
El presidente del Gobierno hace sus propios cálculos desde hace meses. En un año electoral, y con la batalla polÃtica centrada en el PSOE y el PP, Unidas Podemos no tiene margen para dejar la coalición. Pedro Sánchez cree que los morados están forzando una crisis con la modificación de la ley del "solo sà es sÃ" para diferenciarse de los socialistas y mostrarse como la opción más genuina dentro de la izquierda.
El Presidente del Gobierno dice a los suyos que esto no es 2016, aunque UP sueñe con un sorpasso que nunca llegará. En la dirección morada saben que esta campaña será cuesta arriba, sobre todo por el enigma que será Yolanda DÃaz, y deslindan la reforma de la ley de garantÃa integral de libertad sexual de cuestiones electorales. Por eso han salido este viernes a bajar los ánimos y preservar el Ejecutivo de coalición.
Jaume Asens, el lÃder de UP en el Congreso de los Diputados, coincidió con Sánchez sobre el ruido por las modificaciones a la norma, que calificó de técnicas cuando Irene Montero habÃa hablado de discrepancias ideológicas, y resaltó que el espacio confederal presentó siete propuestas durante las negociaciones. Asens admitió también que la coalición pasa por su peor momento, sin ahondar sobre la profundidad de la crisis, tal como adelantó LPO, y lamentó que el PSOE quisiera acordar la reforma con otros socios y hasta el PP.
Dentro de UP, el sentimiento es de impotencia, reconoce a este medio un integrante del espacio que se desempeña en uno de los ministerios a cargo de la alianza. En cierta forma, el PSOE les está presionando para cerrar la nueva versión de la ley y algunos dentro de UP sienten que el pulso es polÃtico, si bien muchos otros piensan que la norma es mejorable y es momento de pasar de página.
En Ferraz cuesta entender por qué UP no modificarÃa la norma si no es por una cuestión electoral. El enfado de Sánchez es real: si su partido cedió en la ley trans, que dividió al PSOE y supuso la ruptura con Carmen Calvo, y le dio el crédito por la nueva ley del aborto al ministerio de Igualdad de Montero, con lo que eso implica para las socialistas feministas, UP deberÃa devolver el gesto y aceptar la reforma de la ley del "solo sà es sÃ".
Sánchez espera el "milagro", es decir, que la parte más racional de UP, cuyo exponente en el Congreso es Asens, evite la foto del PP saliendo a socorrer al PSOE. Félix Bolaños está midiendo los ánimos en la base de apoyo parlamentaria del gobierno. PNV se mostrado a favor de modificar la ley, pero ERC dijo que sin UP no habrá negociación. Los ministros socialistas aclararon que el diálogo comenzará por los socios en el Congreso, sin confirmar si el PP se encuentra en ese esquema.
El PSOE juega con esa posibilidad. No es solo Félix Bolaños el encargado de sumar votos. MarÃa Jesús Montero, número dos del partido, e Isabel RodrÃguez, portavoz del Gobierno, abonan esa versión, que en la formación que lidera Sánchez avisan que es una estrategia para apurar a los morados y en particular a Irene Montero, que siente la modificación de la ley como un ataque personal y a su gestión al frente de Igualdad.
El presidente del Gobierno dijo hoy estar orgulloso de sus "ministros y ministras" y declaró que aún queda mucho por hacer, consciente de la necesidad de reeditar la alianza con UP o lo que resulte de Sumar y los partidos a su izquierda en caso de ganar las generales. En el PSOE dicen que la situación actual les recuerda a la época en que habÃa que negociar con la intransigencia de Pablo Iglesias.
Sánchez especula también con la imposibilidad de UP de romper la coalición, pero busca evitar un pacto con el PP. Si los socios no entienden el ultimátum, ellos serán castigados en la opinión pública y serán señalados por el votante cuando siga produciéndose la rebaja de penas para violadores. Sánchez, como jefe del partido mayoritario del Gobierno, no dará el brazo a torcer.
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