El gobierno chino le pasó a Massa por el cuello el filo de la pelea geopolítica. El ministro de Comercio, Wang Wentao, le dijo con toda claridad que esperaban que la Argentina declare la "neutralidad tecnológica" en la disputa que China mantiene con Estados Unidos y Europa por el 5G, una pelea que puede definir el mundo que viene.

"La tecnología es tecnología, no es de izquierda ni de derecha. Yo visito otros países y veo los problemas que hay de conexión, como se cortan las llamadas, lo invito a que pruebe como funciona el 5G acá", lo desafió con humor el ministro Wentao, uno de los hombres más poderosos del régimen que encabeza Xi Jinping.

Massa le hace un guiño a EEUU y le entrega la banda de Wifi6 a Amazon, Google y Facebook

La reunión fue acaso la de mayor nivel político del primer día de Massa en Beijing, ciudad a la que aterrizó después del mediodía y donde lo esperaron con protocolo presidencial: auto resguardado en burbuja de custodia que iba cortando el paso de autopistas y avenidas por las que circulaba y guardia permanente en la puerta de su habitación.

La tecnología es tecnología, no es de izquierda ni de derecha. Yo visito otros países y veo los problemas que hay de conexión, como se cortan las llamadas, lo invito a que pruebe como funciona el 5G acá.

Massa venía de tres días en Shanghai que culminaron con su encuentro con Dilma Rousseff que le anunció la incorporación de la Argentina al banco de los Brics. Shanghai es una ciudad más occidental y amable para caminar que Beiging que todavía transmite esa rigidez militar del viejo comunismo, de avenidas enormes cercadas y edificios grises. Pero es también la ciudad del poder. "Shanghai es la capital económica y nos reunimos con empresarios, Beiging es la capital política y nos reunimos con los dueños de las empresas", bromeó un integrante de la comitiva de Massa.

Massa junto a Pesce y Vaca Narvaja en la reunión con el ministro Wentao.

La posición de China en favor de la neutralidad tecnológica del 5G implica que las empresas de telecomunicaciones puedan elegir libremente que proveedor usar. El despliegue de ese argumento no es retórico. Huawei está negociando con el Grupo Clarín para ser el proveedor del 5G de Telecom. 

No es un tema menor, los montos en juego son enormes y la firma china estaría ofreciendo al grupo financiar la operación con un crédito a siete años y tasa preferencial. Al mismo tiempo, Telecom negocia un crédito con el BID que deberá avalar el Gobierno. Para China que Telecom Argentina opere con el 5G de Huawei, es un antecedente muy importante en su proyecto de despliegue en la región.

Clarín está en tensión con Massa porque el ministro habilitó a la empresa Telecentro de Alberto Pierri a brindar telefonía celular.

Se trata de un tema cruzado de intereses que no siempre son lineales. Clarín está en tensión con Massa porque el ministro habilitó a la empresa Telecentro de Alberto Pierri a brindar telefonía celular. Esa licencia que vuelva a esa compañía activo atractivo para algún player internacional que quiera meterse en el negocio de las telecomunicaciones en Argentina, un escenario que genera tensión con los dueños de Telecom.

Como sea, en su despliegue global, China enfrenta la oposición total de Estados Unidos, que no logró desarrollar una tecnología con la calidad de servicio que brinda Huawei. Por eso, suele apelar a temas de "seguridad nacional" para tratar de vetar el avance de la tecnología china en la región.

En la cena que compartió este jueves con funcionarios chinos, Massa pudo comprobar incluso de manera más descarnada el nivel de tensión geopolítica que este tema genera. Un muy importante funcionario chino habló en la cena sobre los mecanismos coloniales de las potencias occidentales. "Los países emergentes enfrentan un ataque por tres vías de extorsión: el dólar, las armas y los multilaterales", afirmó y dijo que China por el contrario busca con la Argentina una relación  de "cooperación".

"Si ustedes tienen un proyecto de desarrollo nosotros lo respaldamos", le dijo el ministro Wentao a Massa cuando analizaron la preocupación del gobierno por evitar que la relación con la potencia quede limitada a suministrarle materias primas.