La inflación en enero anotó 6% respecto de diciembre y acumuló 98,8% desde en los últimos doce meses, informó este martes el Indec. La cifra es la más alta desde el 6,3% de octubre. De esta forma, anotó un rebote que el ministro ayer reconoció que le genera "bronca" y que lo obligará a anunciar en las próximas horas nuevas medidas microeconómicas y macroeconómicas para darle previsibilidad a la baja de precios.

"El número no nos gusta, estabilizamos en un piso alto y el Ministro decidió tomar más medidas macroeconómicas que se conocerán en las próximas horas para seguir un sendero a la baja", aseguraron a LPO desde el Ministerio de Economía.

Los alimentos subieron 17% en enero y empujaron la inflación al 7,3% en la Ciudad

La suba no fue pareja en todo el territorio nacional. En el Gran Buenos Aires impactó la quita de subsidios energéticos y al transporte, lo que redundó en una inflación del 6%. En el resto del país, la inflación fue del 6,1% en la región Pampeana, del 6,3% en el Noroeste, del 5,6% en el Noreste, del 6,4% en Cuyo y del 5,9% en la Patagonia.

El número no nos gusta, estabilizamos en un piso alto y el Ministro decidió tomar más medidas macroeconómicas que se conocerán en las próximas horas para seguir un sendero a la baja

En enero, tal y como lo anticipó LPO, las frutas y verduras fueron lo que más subieron con un alza del 11,6%y 16,7%, respectivamente. Las aguas, jugos y gaseosas subieron 10% en el mes. La suba del 30% en las carnicerías solo impactó en los últimos días de enero, por lo que en el agregado del mes su impacto fue del 3,9%, la incidencia será mayor en febrero. Así y todo, estas subas al ser ponderadas con las menores subas de otros productos llevó al capítulo de Alimentos y bebidas no alcohólicas al 6,8%.

Pero el capítulo que más subió fue el de Recreación y Cultura (9%) empujado por los aumentos de los espectáculos y los servicios de turismo por la temporada alta de verano, además de las subas de la TV por cable. En segundo lugar, quedaron empatados con el 8% los capítulos de Comunicaciones (por las subas de telefonía celular e internet) y de Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles por la quita de los subsidios a las tarifas. Alimentos y bebidas no alcohólicas quedó, entonces, en cuarto lugar.

 Si bien el rebote desde el 4,9% de noviembre al 5,1% de diciembre y ahora al 6% de enero es preocupante y desembocará en nuevos anuncios de la cartera de Economía, lo cierto es que en el IPC de enero se esconde un dato positivo: el salto al 6% estuvo impulsado por la suba de los precios estacionales (7,9%) y de los precios regulados (7,1%), lo que quiere decir que los precios de la canasta núcleo -esa que contiene al 60% de los precios relevados por el Indec y que muestra la tendencia de la inflación- se mantuvo casi invariable. En diciembre había marcado 5,3% y en enero se elevó solo al 5,4%. 

La inflación núcleo, a excepción de noviembre, se mantiene entre el 5,3%y el 5,5% desde septiembre, lo que muestra que lo que hizo el Gobierno es medio transitorio, una baja respecto del pico de los meses previos. La inflación está quieta, no sube, pero no baja como el Gobierno quiere. Vamos a ver cómo impacta el precio de la carne que sí está dentro de la inflación núcleo. 

Al respecto, el economista Camilio Tiscornia de C&T Asesores Económicos, afirmó a LPO: "La inflación núcleo, a excepción de noviembre, se mantiene entre el 5,3%y el 5,5% desde septiembre, lo que muestra que lo que hizo el Gobierno es medio transitorio, una baja respecto del pico de los meses previos. La inflación está quieta, no sube, pero no baja como el Gobierno quiere. Vamos a ver cómo impacta el precio de la carne que sí está dentro de la inflación núcleo".

Como anticiparon economistas a este medio, con el dólar oficial subiendo al 5,86% -como en enero- y el paralelo al 6,77% como en el caso del contado con liquidación, es difícil que los precios se muevan por debajo del 6%. 

En efecto, en enero la base monetaria anotó un salto real de 3,9% mensual que también presionó sobre los precios. Por eso, el Gobierno busca dólares con los que poder contener el ritmo de devaluación y, por ende, la inflación; además de acuerdos sectoriales para que las expectativas inflacionarias se estabilicen en un nivel más bajo que el 100% anual de comienzos de año.