El llaryorismo orgánico puso en cancha a Daniel Passerini como candidato a intendente de la ciudad de Córdoba, y de esta manera blanqueó que el plan electoral tiene un tridente que lideran Juan Schiaretti, como precandidato a presidente, y Martín Llaryora disputando la gobernación.

Aunque aún no hay fecha de elecciones provinciales ni confirmación si las municipales irán en la misma fecha, Hacemos por Córdoba ya tiene en cancha a sus dos candidatos, lo que parece una ventaja ante el desordenado Juntos por el Cambio, que aún no logra definir -tras un año de negociaciones- con qué mecanismo elegirán a sus candidatos.

Passerini jugó con el nerviosismo interno del campamento de enfrente: "Cuando pongan la fecha, ya vamos a estar ganando", dijo rodeado del legislador Juan Manuel Cid y del diputado nacional Ignacio García Aresca, dos de los cuatro integrantes que tiene la mesa chica de Martín Llaryora.

"Llaryora va a ser gobernador y yo quiero continuar su gestión en la ciudad"

Passerini dijo que asume "el desafío de ser el garante de la continuidad" de la gestión LLaryora, y afirmó que "la garantía" de ese proceso era quienes colmaron el club Unión Eléctrica, es decir el grueso del llaryorismo: en el recinto estaban varios secretarios, la mayoría de los concejales y aliados estratégicos, como Ignacio Segura, el presidente del Colegio de Abogados. Así, el histórico delasotista selló su alianza con Llaryora y con Alejandra Viga, representada por Raúl La Cava, secretario de Políticas de Inclusión e hijo político de la senadora.

En ese marco, Passerini envió una señal hacia Miguel Siciliano, el secretario de Gobierno que mantiene su precandidatura y se presenta como el principal rival interno: "Este acto es una demostración de lealtad, un valor que nos pertenece exclusivamente a los peronistas; una demostración de la mayor fortaleza que podemos tener a la hora de afrontar un desafío electoral: la unidad del peronismo".

Y agregó: "La unidad es la fortaleza más grande que tenemos, y el capital más importante es la lealtad. Acá no hay confundidos, acá todos tenemos en claro qué es lo que se juega; acá nadie se cree más importante que todos nosotros. Esto nos enseñaron José Manuel y el Gringo".

El plan del llaryorismo puro es presionar para que en las próximas semanas declinen sus precandidaturas el concejal Diego Casado (tiene contratada una campaña de vía pública) y el secretario de Transporte, Marcelo Rodio, para encolumnarse con Passerini. Luego vendría la avanzada final sobre Siciliano. Lo que está confirmado es que no habrá internas, por lo que todo quedará en una negociación que se extenderá hasta el cierre mismo de las listas.

Cuando apuntó hacia Juntos por el Cambio, Passerini dijo respecto de la gestión que encabeza Llaryora: "Nos hicimos cargos de 20 años de fracaso de una ciudad que nos dolía, donde todos esos que nos piden explicaciones (por Juntos por el Cambio) deberían pedir disculpas; una ciudad que necesitaba un liderazgo como el de Llaryora y el acompañamiento de dirigentes como los que estamos acá". Se refiere a las decenas de funcionarios aportados por Fogón Peronista, el think tank que comanda Cid, nuevo aliado de Passerini en la estrategia electoral.

Parte de la estrategia de campaña es repasar el fracaso de la gestión de Germán Kammerath (quien llegó a la Municipalidad de la mano de José Manuel de la Sota, pero ahora comanda a una pata del PRO desde las sombras) y la "desidia" de las gestiones de Luis Juez y Ramón Mestre.

El otro puntal de la campaña es la precandidatura presidencial de Juan Schiaretti, aunque para que esta se confirme habrá que esperar. Por ahora es un ensayo publicitario. En ese sentido, Passerini dijo que "Schiaretti es un estadista, un hombre que puede proyectar en el país todo lo que hacemos en Córdoba", y quien puede "comenzar a dar vuelta los muchos años de frustraciones en Argentina al encabezar el proceso de transformaciones que el país necesita".