Un escándalo pocas veces visto es protagonizado por Ricardo Bustos Fierro, el juez federal de 87 que en 1998 abrió una ventana a la re-reelección de Carlos Menem, al aceptar una medida cautelar presentada a instancias de José Manuel de la Sota que lo habilitó a presentarse en la interna partidaria, sentencia por la que fue juzgado (y absuelto).

Pero eso es historia. Hoy Bustos Fierro, de 87 años, se niega a entregar su despacho al juez subrogante, Sergio Pinto, y reclama retener las funciones electorales, entregadas al juez Alejandro Sánchez Freytes.

Por una resolución de la Cámara Federal de Córdoba, Bustos Fierro dejó de ser juez federal de primera instancia el 26 de enero. Pero el ¿ex? Magistrado se adelantó y presentó su renuncia ante Alberto Fernández, a la que le puso día y hora: el 10 de diciembre de 2023, cuando asuma el próximo presidente. Argumentó que por ser el juez con competencia electoral, no podía abandonar su cargo este año. Así, Fernández aún no aceptó la renuncia de Bustos Fierro, por lo que èl entiende que debe permanecer en el cargo hasta que esto ocurra.

Cuando Pinto llegó a tomar posesiòn de su despacho en la torre de Tribunales Federales, en el recoleto barrio Rogelio Martínez, se encontró con Bustos Fierro negándose a entregar la oficina que ocupa ininterrumpidamente desde 1993

La Cámara Federal ya recibió los dos escritos: el del subrogante Pinto informando del atrincheramiento de Bustos Fierro, y el del polèmico juez, asegurando que se irá cuando Alberto Fernández le acepte la renuncia.

Bustos Fierro viene prolongando su salida de Tribunales desde hace varios años. La última vez fue en 2018, cuando Gabriela Michetti firmó el decreto 77, renovándole el mandato por cinco años, plazo que expiró el último 25 de enero, razón por la cual la Cámara Federal lo jubiló.

Unos meses antes, cuando tenía 87 años, logró que la comisión de Acuerdos del Senado le extendiera su vida judicial. En la audiencia, el juecista Ernesto Martínez definió al juez con competencia electoral como "ecuánime y estrictamente apegado a la ley".

Bustos Fierro estuvo casi una década sin ser funcionario judicial: en 1984, Raúl Alfonsín bloqueó su ascenso luego de que la UCR de Córdoba, aliada del presidente radical, lo responsabilizara por armar durante la dictadura (cuando era fiscal) una causa contra Héctor "Tito" Sandler, el padre político del fallecido ex gobernador Ramón Mestre.

La historia judicial cuenta que en 1981, por pedido del general Cristino Nicolaidas, Bustos Fierro acusó a Sandler, presidente del radicalismo, de "alterar la paz social" a raíz de una solicitada. En la acusación, Bustos Fierro trató al radical de subversivo. Pese al malestar con el radicalismo, fue Jorge de la Rúa quien contrató sus servicios en el ámbito privado hasta que en 1993, Menem lo sentó en el sillón que no quiere dejar.

Además del escándalo -se asegura que hubo gritos-, con Bustos Fierro acuartelado no hay certeza de quién es el juez que debe actuar ante cualquier caso en flagrancia: el juzgado federal 1 está de turno con dos jueces: Pinto, el subrogante, y el atrincherado Bustos Fierro. Pero tampoco está claro qué puede pasar en la estratégica Secretaría Electoral: decide el veterano juez o Sánchez Freites, designado para reemplazarlo en este fuero.