Una sensación de tranquilidad atravesó al peronismo de Córdoba cuando este viernes Rodrigo de Loredo confirmó que será candidato a intendente, y no a vice de Luis Juez, un "desacople" a la fórmula más competitiva de Juntos por el Cambio.
En el comando de campaña entienden que sin De Loredo, Juez pierde potencia, no sólo por los votos que el radical le hubiese aportado, sino porque en estos 17 meses, desde noviembre de 2021, cuando ganaron la elección legislativa, alimentaron una "narrativa" de juntos eran la "versión más fuerte" de la oposición.
Fue primicia de LPO: De Loredo será candidato a intendente y Juez busca vice
Con este mar de fondo, habÃa tranquilidad de que la campaña provincial vuelve a su cauce, y que la única variable incontrolable para el peronismo es la de la gestión, particularmente en los temas sensibles, en particular la inseguridad, el principal reclamo del electorado al Gobierno provincial.
"La sensación que hay es que De Loredo entregó la elección provincial. Creemos que finalmente se desmarcará de la campaña de Juez. Al final del dÃa, a Juez lo condenaron sus socios", dice un integrante del comando de campaña del peronismo capitalino que califica de "acting" las declaraciones en modo zen del candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.
Un schiarettista duro, de esos que considera que el gobernador saliente será recordado como prócer, suma un apunte, con la intención de hundir el dedo en la llaga más que de aportar un dato: "Schiaretti y Macri nunca dejaron de hablar; siempre tuvieron sintonÃa fina. Quizá ahora Macri se desenoje con De Loredo".
Siembra asà la sospecha que detrás del renunciamiento provincial del radical estuvo la mano del ex presidente. Ya se aclaró: no es información, sà una forma de revolver más el rÃo de Juntos por el Cambio.
La valoración en el Gobierno provincial es que la ingenierÃa electoral desplegada por Schiaretti se cumple al pie de la letra: mientras MartÃn Llaryora querÃa votar en mayo, con elecciones pegadas en provincia y ciudad para ganarle en un mismo turno a Juez y De Loredo; Schiaretti pergeñó lo contrario: votar en junio, hacerlo un mes después en la ciudad de Córdoba y forzar el "desacople" de los dos candidatos opositores.
Los peronistas admiten que la dificultad mayor estará en la elección municipal que se hará el 23 de julio, un mes después de la elección provincial, comicios en los que De Loredo aparece como favorito en las encuestas previas.
Analizan que el principal riesgo es que, en medio de la campaña por las Paso y la crisis económica, el escenario se nacionalice y potencie a la oposición.
En contraposición, creen que ante una (eventual) derrota de Juez, De Loredo no tendrá chances matemáticas de vencer en la ciudad: "Si huele traición, el juecismo no votará a De Loredo. Y el próximo gobernador hará un mes de campaña en la ciudad de Córdoba a favor de Passerini. Es una pelea posible de ganar porque, además, la sensación es que con la jugada de De Loredo, firmaron la derrota", es el análisis que hace una dirigente que trabaja con Alejandra Vigo, jefa del peronismo capitalino.
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Schiaretti esta nervioso