Republicanos

Trump clausuró la Convención con el retrato más oscuro de Estados Unidos

El republicano apeló a la estrategia del miedo y dijo que su país pasa por el peor momento de su historia.

El cuarto día de la Convención Nacional Republicana, en el que finalmente el candidato ungido por los conservadores aceptaría la misión de buscar la presidencia de manera oficial, se suponía iba a girar alrededor del tema Hagamos América Unida Otra Vez/Let's Make America One Again, pero —igual que los otros tres días— bien pudo llamarse Let's Make America Scared Again.

De nuevo los discursos de la mayoría de los invitados giraron alrededor del terrible estado de la nación americana, del peligro que los inmigrantes representan, especialmente en términos de pandillerismo y drogas; de la amenaza de ISIS; de los terribles acuerdos comerciales que están destruyendo a una clase obrera que se extinguió en los noventa, y así hasta repasar punto por punto la larga lista de miedos que habitan en la mente conservadora estadounidense.

El único momento luminoso e importante (y sorpresivo) fue la participación del billonario tecnológico Peter Thiel, fundador de Pay Pal e inversionista de Facebook y miembro del equipo de Y Combinator.

En su discurso Thiel habló de la innovación tecnológica que a él le tocó vivir cuando en Estados Unidos, y que en años recientes se ha perdido, abriendo paso a que otros países ocuparan ese lugar de liderazgo. “En lugar de ir a Marte invadimos medio oriente”, dijo el inversionista. 

El único momento luminoso lo ofreció la participación del billonario Peter Thiel, fundador de Pay Pal e inversionista de Facebook, quien advirtió: En lugar de ir a Marte, invadimos Medio Oriente

Pero el momento más importante del discurso se dio cuando abordó su sexualidad de manera abierta: “Estoy orgulloso de ser gay, de ser republicano, pero sobre todo de ser americano”, declaración que fue recibida con aplausos y gritos por parte de los asistentes, avanzando en un tema que ha mantenido al Partido Republicano atado al siglo XX durante años: los derechos de la comunidad LGBT.

Más tarde el candidato presidencial recibió una generosa introducción por parte de la candidata a Primera Dama de facto, su hija Ivanka, quien hizo su mejor esfuerzo por atraer el voto juvenil y por suavizar la imagen de Trump ante las mujeres, entre quienes Donald lleva una desventaja de dos dígitos.

Ivanka habló de cómo su padre es “daltónico (color blind) y neutral ante el género”, y lo único que le importa son los resultados. Ivanka habló también de temas que entraron al debate público gracias a Bernie Sanders, como los costos de la educación para los jóvenes.

 El célebremente racista sheriff Arpaio no dijo nada memorable.


Sin embargo, minutos después, con Donald en el escenario regresamos a la distopía infernal de Trumpland, donde todo es gris, el gobierno es incompetente, ISIS es superpoderoso y los inmigrantes son todos violadores narcotraficantes que comen bebés.

Trump lanzó en un ataque de una hora y quince minutos contra todos y contra todo lo que se ha hecho durante la administración de Barack Obama. Anunció que hablaría exclusivamente de los hechos: “Vivimos un momento de crisis para nuestra nación. Los ataques a nuestra policía y el terrorismo de nuestras ciudades amenaza nuestra misma forma de vida”, arrancó. “Cualquier político que no entienda este peligro, no es capaz de liderar”, dramatizó.

Trump, como Nixon en 1968, se presentó como el candidato de la ley y el orden y agitó los miedos de las comunidades

El magnate prometió acabar con “los bárbaros de ISIS" y agregó "los vamos a derrotar rápido”. No hubo ninguna sugerencia acerca de cómo planeaba acabar con un grupo organizado de manera horizontal que opera a través de células desconcentradas y sin un liderazgo central.

De acuerdo a Trump, y a pesar de lo que señala básicamente cualquier indicador y medición, Estados Unidos pasa por el peor momento en su historia: “América está menos segura y el mundo es menos estable que cuando Obama decidió poner a Clinton a cargo de la política exterior americana”.

“La retorica irresponsable de nuestro presidente”, dijo, refiriéndose al cobijo que el movimiento Black Lives Matter ha recibido desde la Casa Blanca, “nos ha dividido en raza y color; ha creado en Estados Unidos un ambiente mas peligroso del que francamente he visto jamás, o que cualquiera en este lugar haya visto”.

De nuevo, a pesar de lo que indican los números, por ejemplo que los crímenes violentos han ido bajando de manera consistente desde hace 20 años, o que la economía tuvo una recuperación sólida desde la crisis de 2008, Trump acusó a Obama de ser un fracaso en todos los rubros: “Esta administración ha fallado a las ciudades americanas. Les ha fallado en educación, en crimen, en trabajos, en todas las formas y en todos los niveles”.

Trump volvió sobre el tema de la inmigración, y regresó a su punto de venta favorito: el célebre muro inconstruible en la frontera con México: “Vamos a construir un gran muro fronterizo para detener la inmigración ilegal, para detener a las pandillas y la violencia, y para detener las drogas que entran a nuestra comunidades”, aseguró.

“En esta carrera por la Casa Blanca, yo soy el candidato de la ley y el orden”, enfatizó.

América está menos segura y el mundo es menos estable que cuando Obama decidió poner a Clinton a cargo de la política exterior americana, afirmó el candidato

“América está menos segura y el mundo es menos estable que cuando Obama decidió poner a Clinton a cargo de la política exterior americana”, dijo, y luego sugirió que probablemente hasta Obama se arrepentía de su nombramiento.

El mensaje de Trump fue una condensación de más de una hora de los mismo que lleva el último año diciendo: tienen mucho miedo y sólo yo puedo salvarlos. Llama la atención que el único esfuerzo por acercarse a votantes alejados de su base fue por parte de su hija Ivanka. El Trump moderado y “presidencial” que personajes como el líder del Partido Republicano Reince Priebus prometieron al electorado americano, simplemente se niega a entrar a la contienda. El presidencialismo se niega a entrar al Partido Republicano.