Corrupción

Acusan a Casanello de montar un show con el caso Lázaro Báez para acomodarse con Macri

El Magistrado pasó de frenar todas las causas a motorizarlas montando un espectáculo judicial.

El juez federal Sebastián Cassanello, vinculado a La Cámpora, ahora quiere ser camarista de la Sala 1 de la Cámara Federal y la cinematográfica detención de Lázaro Báez aparece como un gesto hacia Mauricio Macri de cara a ese objetivo.

Así lo planteó hoy el abogado Ricardo Monner Sans -que acumula denuncias contra el kirchnerismo cuando nadie se atrevía a hacerlo-, que cuestionó los barquinazos del magistrado que pasó de pisar todas las causas a la aparente sobreactuación actual. “Yo quiero jueces con estabilidad emocional y psíquica, no que deseen ser el mejor del colegio después de haber sido uno de los peores”, dijo.

“No me gusta esto de que se confunda justicia con venganza y justicia con show”, manifestó el abogado y recordó que Casanello se ganó el mote de ‘tortuga Casanello’, precisamente por pisar la causa de Lázaro Baéz, cuando Cristina era presidenta. "Se pasa de una lentitud exasperante a algo de una motorización exorbitante”, agregó el abogado.

En la misma línea, Carlos Pagni se posicionó sobre el tema en La Nación de hoy. “Los procedimientos suelen llamar la atención por su lentitud”, escribió sobre el accionar de los encargados de castigar el robo de los recursos públicos.

Cassanello, según la mirada de Monner Sans, hizo hoy un show mediático para detener a Báez. La Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Federal lo esperaban cuando aterrizó su avión Lear Jet (matrícula LV-BPL) en el aeropuerto bonaerense de San Fernando. El juez dijo que lo detenía ante un eventual peligro de fuga, pero lo cierto es que Báez estaba aterrizando en territorio bonaerense proveniente de Santa Cruz, precisamente para declarar pasado mañana.

Pero, además, llamó la atención que al aterrizar el avión en el aeródromo de San Fernando hubiera cámaras de los medios, como si alguien les hubiera avisado. En paralelo, en las redes, varios periodistas adelantaban lo que iba a suceder, lo que marca la magnitud del show montado por el juez.

Casanello fue el mismo que sobreseyó a Macri -a pocos días de asumir como presidente- en la causa por escuchas ilegales telefónicas. El Presidente había sido acusado de ordenar espiar a su ex cuñado, Néstor Leonardo, y al dirigente vinculado a la agrupación 18J de familiares de AMIA Sergio Burstein, y por haber montado una "asociación ilícita" destinada al espionaje clandestino.

En esa causa, Macri quedó complicado junto al entonces jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios y el espía Ciro James, que tenía un cargo en el Ministerio de Educación de la Ciudad que conducía Mariano Narodowski. Estos dos -a diferencia de Macri- siguen procesados.

No es un secreto -como subrayó Monner Sans- que Casanello tiene motivos para querer acercarse a Macri. Su carrera hacia la Cámara chocó con los objetivos de Julio De Vido, que quería ubicar allí a Mariano Llorens.

Llorens es amigo del juez Ariel Lijo. El magistrado aseguraba que el ex ministro y Lijo eran quienes le entorpecían el camino a la Cámara.

Monner Sans, en sus declaraciones a la Once Diez, disparó contra ese poder judicial, incluso contra el camarista Eduardo Freiler quien fue acusado por enriquecimiento ilícito por el abogado en agosto del año pasado.

Freiler y Casanello son amigos. El primero es coleccionista de autos de lujo, hacendado y dueño de una mansión en lo mejor de Olivos, a metros de la residencia presidencial. Incluso Freiler fue quien le enseñó a Casanello a navegar barcos a vela en Pinamar.

Todos quieren acercarse a Macri. También Jorge Ballestero, uno de los integrantes de la Sala I de la Cámara Federal y un reconocido operador de Daniel Scioli en la Justicia. “Pati” -así le dicen- también es amigo de Casanello.