Aerolíneas

Exclusivo: el ajuste de Aerolíneas que Macri impuso a Isela

La funcionaria pidió US$1100 millones para 2016 y le avisaron que sólo recibirá 350.

Mauricio Macri obligó a Isela Constantini a hacer un drástico plan de ajuste para reducir el déficit de Aerolíneas Argentinas a 350 millones de dólares -menos de la mitad de lo que perdía bajo la gestión del camporista Mariano Recalde-, el monto que el presupuesto 2016 le asignó a la compañía.

Su flamante presidenta pidió estirarlo a US$ 1100 millones, pero la negativa fue tajante y llegó acompañada de un detallado plan para bajar los costos, que incluye 1500 retiros voluntarios, desprogramar los vuelos con los Airbus 340, fusión entre Aerolíneas y Austral y la eliminación de las rutas a Barcelona, New York y Roma.

El ajuste fue diseñado por el coordinador económico Gustavo Lopetegui, quien promovió la llegada de Isela y pronto comenzó a lidiar con sus vacilaciones para meter la tijera en uno de los agujeros financieros más grandes del Gobierno.

Como explicó LPO, la ex General Motors retuvo a los gerentes de La Cámpora, no eliminó vuelos deficitarios y hasta se tomó unas vacaciones que tenía programadas antes de asumir y se negó suspender.

Isela Constantini, la CEO de Aerolíneas Argentinas.

Obsesionado en reducir el déficit heredado, Macri estalló cuando le informaron que en el primer semestre el pasivo de Aerolíneas podía superar al último de la gestión de Mariano Recalde y le ordenó a Lopetegui actuar por su cuenta.

Se suma otro condimento: Lopetegui fue CEO de LAN y reducir los vuelos de Aerolíneas al exterior es un favor implícito a sus ex jefes.

De todos modos, el ajuste pensado por el coordinador económico no tendría efectos en el corto plazo y es eso lo que tiene nerviosa a Isela.

Los retiros voluntarios no reducen el presupuesto en lo inmediato, porque obligan a abonar jugosas indemnizaciones. La reducción de la flota internacional dejaría a 4000 personas sin tareas y otros 320 (260 pilotos y 460 auxiliares) sobrarían si los A340 no vuelven a despegar.

Además, la devolución de estas naves no es automática, porque los contratos de leasing tienen fechas y penalidades previstas. Por eso Isela pidió más plata. Pero Macri se la negó.