Tucumán

Tucumán: la Junta Electoral militarizó el escrutinio: "Si joden tenemos palos y piedras"

Gendarmería copó el recuento definitivo. Frenaron a fiscales que llevaban 2 mil boletas.

La Junta Electoral de Tucumán donde se desarrolla el escrutinio definitivo de los comicios del pasado domingo se convirtió en una fortaleza en el segundo día de recuento.

La policía local valló toda la cuadra de la calle Mendoza al 1040 en donde se encuentra la Junta presidida por el titular de la Corte tucumana, Antonio Gandur.

Gandur quedó como la única autoridad responsable del escrutinio luego de que el candidato José Cano hiciera echar a los otros dos miembros de la Junta, que fueron removidos el sábado.

El titular de la Corte ordenó que ante el mínimo reclamo de los fiscales se abriera cada una de las urnas, que como sucede en todas las provincias, quedan a merced del gobierno provincial desde que finaliza el escrutinio provisorio del día de la elección hasta que comienza el definitivo.

En ese sentido, el escrutinio se podría alargar hasta tres semanas puesto que en algunas mesas debió contarse voto por voto otra vez. Así sucedió en la mesa 322 donde, como dijo a LPO uno de los supervisores de la Junta Electoral, se le habían computado a un candidato 130 votos que le correspondían a Cano.

Antes del fin del segundo día de escrutinio, Cano sacaba el 56,19% y Juan Manzur el 33%, aunque hasta el momento todas las mesas que se escrutaron (93 el 7,27% del total) son de la capital, donde Cano hizo su mejor performance. 

La fortaleza

Una vez atravesado el control de la policía, el tinglado donde se alojaron las urnas quedó fuertemente custodiado por Gendarmería, que colocó un efectivo por mesa.

Tras escrutar sólo 60 mesas durante la mañana, los gendarmes interceptaron a la entrada del edificio a cuatro fiscales que intentaron ingresar a la Junta con boslas que contenían unas 2 mil boletas.

Desde Gendarmería explicaron a este medio que eran fiscales de "todos los partidos" que no pudieron ingresar al establecimiento.

"No los podemos detener porque no hay delito", dijeron a LPO desde Gendarmería. Es que en la práctica los fiscales no tienen acceso a las urnas que sólo pueden tocar las autoridades de mesa con la vigilancia de un gendarme por cada uno de los 10 boxes que se montaron el tinglado de la Junta Electoral.

"Si alguno se hace el vivo lo rodeamos entre ocho y se calma", dijo a LPO uno de los gendarmes que participa del operativo y confesó que "por las dudas tenemos un escuadrón con palos y piedras por si quieren joder".