Elecciones 2015

Massa y Macri empiezan a tantear fórmulas de acuerdo

Se habla de presentar un acuerdo de medidas de gobierno y comprometerse a apoyar al que pase al ballotage.

Es casi una cuestión matemática. Si se suman los votos que sacaron los frentes que lideran Mauricio Macri y Sergio Massa, en Nación y provincia, se ponen a tiro del kirchnerismo y hasta pueden soñar con un triunfo.

Como suele suceder en estos casos, las propuestas empiezan a esbozarse por los bordes, algún dirigente periférico o con fama de incontrolable es lo ideal, fácil de desautorizar, si las negociaciones fracasan.

El diputado massista Mauricio D´Alessandro fue el primero en proponer una fórmula operativa para el acuerdo: Convertir la primera vuelta en una gran PASO opositora, con el compromiso público de Macri y Massa –y eventualmente Stolbizer si acepta- de apoyar al que gane, en el ballotage.

Julio Cobos, que vio lo mismo que casi todos los argentinos que quieren un cambio, aportó el contenido “radical”. Pidió a Macri que convoque a Massa y Stolbizer a firmar un acuerdo de gobernabilidad que contenga las políticas de Estado que aplicaría el eventual ganador.

Esto fue receptado de inmediato por el massismo, que desde su centro de campaña de Tigre, puso en boca del candidato a diputado Marco Lavagna, los contornos del primer boceto de propuesta: Massa no se baja, pero se puede y se deberían acordar políticas de Estado con Macri y otros sectores de la oposición al kichnerismo.

En el PRO lejos de lo que uno podría suponer leyendo las declaraciones de Macri un tanto refractarias a Massa, recibieron con entusiasmo y prudencia, las propuestas. Nicolás “Nicky” Caputo es y fue uno de los grandes impulsores del acuerdo con Massa.

Como la macana ya está hecha, la propuesta de convertir la primera vuelta en una PASO opositora tiene su atractivo. De esa manera, Massa se integraría a un futuro bloque de poder sin tener que resignar su aspiración y al mismo tiempo se evitaría un riesgo importante si se baja: Que una parte de sus votos vayan hacia Scioli y le den los muy pocos puntos que le faltan para ganar en primera vuelta.

Además, Massa metería así varios diputados nacionales que en un eventual gobierno opositor, sin mayorías parlamentarias y casi sin gobernadores, van a ser más necesarios que el agua.

Pero el movimiento no sólo viene desde arriba. En los distritos, donde todo es más real, los candidatos que quedaron a tiro de ganar la intendencia ya empezaron los contactos con sus rivales del PRO o el massismo. Dos casos concretos: En San Miguel, el massista Joaquín de la Torre, sabe que en el PRO están los puntos que le faltan para superar el porcentaje que sacó el Frente para la Victoria. Lo mismo sucede en Chivilcoy, donde una alianza del PRO y el Frente Renovador podría desalojar al actual intendente randazzista.

Nada de esto es sencillo de hacer, ni mucho menos se hace solo. Pero el baile, discreto por ahora, ya empezó. En el macrismo creen que lo que queda de agosto se irá en estos escarceos, mientras sube la temperatura para un acuerdo real, que si se concreta se produciría en septiembre, justo cuando la gente –estiman- volverá a sintonizar con la elección presidencial.