Observatorio

La batalla por el menor error

La precisión de las consultoras en el último mes fue la materia prima esencial para el mejor pronóstico del Observatorio a la fecha.

Tras unas PASO con victorias y resultados –por lo menos- traumáticos para algunas consultoras, las elecciones generales en la Ciudad mostraron un panorama de encuestas más ordenado.

A diferencia de las primarias, las consultoras estuvieron de acuerdo en el orden en el que terminarían los candidatos y no hubo errores de envergadura en los pronósticos (aunque la mayoría se haya equivocado en pronosticar una victoria de Bregman sobre el inmedible Zamora).

Los guarismos que obtuvo Recalde en la semana previa a las elecciones fueron exactos y precisos (el intervalo de confianza final fue de menos de 6 puntos), así que la real diferenciación entre las encuestadoras fueron los pronósticos que hicieron sobre los números de Larreta y Lousteau.

Más allá de que, razonablemente, la guerra de encuestas terminó dando pronósticos por encima y por debajo de las cifras finales, los resultados de la elección en la Ciudad probaron una vez más la validez de la idea central del Observatorio.

Es decir, el promedio ponderado de los datos arrojados por las encuestas realmente funciona como una herramienta para predecir un número más cercano a la realidad que lo que puede ofrecer una medición individual: con el 92,8% de las mesas escrutadas, Larreta obtuvo el 45,6% y Lousteau, el 25,6% del total, mientras que el Observatorio había arrojado promedios de 44,2% y 26,1% respectivamente. Se trata de diferencias de un punto y medio para el candidato del PRO y menos de medio para ECO.

Entre los trabajos de la última semana se destacan los de Politia, que sumó un error total para los cinco candidatos de apenas tres puntos; lo siguieron, en precisión, Poliarquía y Aragón. González y Valladares, por su parte, dio el pronóstico más ajustado para Larreta, pero el error en la medición de Lousteau y Recalde quitó precisión a la encuesta total.

Query Argentina y Circuitos, las dos jóvenes encuestadoras que se habían destacado en las PASO esta vez mostraron errores totales por encima de las encuestadoras más establecidas.

Párrafo aparte merece la medición de los dos candidatos del espectro de izquierda, Myriam Bregman del FIT y Luis Zamora, el histórico líder de Autodeterminación y Libertad. Es esperable que en una carrera electoral con cinco candidatos las consultoras puedan pronosticar al menos el orden en que saldrán los partidos, especialmente con el antecedente de unas PASO de hace dos meses, que en ocasiones no es otra cosa que una encuesta realizada con una muestra del 100% de la población.

Tal vez Zamora sea la excepción que quiebra la regla. Con una campaña que, por lo menos, pasó desapercibida y enfrentando un armado más grande como el del FIT, logró imponerse a Bregman en la candidatura a jefe de gobierno, al revés de lo que pronosticaron todas las consultoras, a excepción de G&V y Query. Quedó en cambio, quinto en la categoría a legisladores, pero poco le importa: ambos partidos lograron un diputado para la Legislatura porteña.