Apareció el cuerpo de Luciano Arruga y La Bonaerense quedó bajo la lupa

Estaba enterrado como NN hace casi seis años. Ochos policías están siendo investigados.

La Justicia determinó que Luciano Arruga, el chico quedesapareció hace casi seis años en Lomas del Mirador (La Matanza) trasdenunciar "aprietes" policiales, estuvo todo ese tiempo enterradocomo NN en el cementerio porteño de Chacarita, luego de ser atropellado por unauto cuando cruzaba la avenida General Paz.

Así lo anunciaron hoy en conferencia de prensa el Centro deEstudios Legales y Sociales (CELS) y los familiares de Luciano, apenas doshoras después de haber recibido la información oficial -tras el hallazgo dehuellas dactilares coincidentes- suministrada por la Justicia federal de Morónque, no obstante, ordenó la realización de un ADN al cuerpo que será exhumado.

El caso salpica de manera directa a la Policía Bonaerense.Es que hay pruebas que confirman que el último día de su vida Luciano Arrugaestuvo detenido. El 31 de enero de 2009 fue la última vez que su familia lo viocon vida.

Según la causa, murió atropellado en General Paz y EmilioCastro. El “accidente” no releva a la policía de la sospecha. Puede haber sidouna práctica similar a la que usaron los policías federales en 2002 conEzequiel Demonty. un joven a quien los agentes de la comisaría 34 lo golpearonsalvajemente y lo obligaron a meterse al Riachuelo. Murió ahogado.

Las sospechas de que los mismos policías están involucradosen la desaparición de Arruga se basan en cinco pruebas: hay pericias quemuestran que estuvo en el destacamento de Lomas del Mirador y que el libro deingreso de detenidos fue adulterado. También se sabe que estuvo en elpatrullero, que lo llevaron a un descampado y que los móviles, esa noche, sesalieron de su jurisdicción.

El caso de Luciano tuvo escasa resonancia en la Legislaturabonaerense. En Diputados, La Cámporaavanzó con un pedido de informes para que el Ejecutivo brinde explicacionessobre la desaparición del joven. Por entonces era marzo de 2012 y los jóvenesultrakirchneristas habían sido ubicados en las listas para atacar a DanielScioli. El tiempo hizo lo suyo y hoy Miguel Funes -el diputado que pedíainformes- se limita a homenajear aNéstor Kirchner.

En el Senado, el propio Gabriel Mariotto recibió alguna veza Vanesa Orieta, la hermana de Luciano que junto a su madre lo buscóincansablemente.

Quien tuvo un tensoroce con Orieta fue Santiago Carreras. El senador había asegurado endeclaraciones radiales que “estaba en permanente contacto” con la familia deLuciano. "Siempre estamos atentos, poniéndonos a disposición para escucharsu reclamo", aseguró. Pero fue la propia Orieta quien salió a desmentirlo.“Lo que dijo Carreras es totalmente mentira, tuve que googlear su cara parasaber quien era. Nunca acompaño a mi familia”, escribió en su cuenta deTwitter.

Casi seis años enterrado

El cuerpo de Luciano estuvo estos seis años enterrado y elCentro de Estudios Legales y Sociales (CELS ) confirmó en una conferencia deprensa que lo identificaron. “Vencimos a la desidia, a la impunidad. Vencimos ala mirada discriminadora y criminalizante que hay hacia los jóvenes pobres”,dijo Vanesa Orieta, la hermana del joven desaparecido el 31 de enero de 2009.

Horacio Verbitsky, titular del CELS, denunció: “Durante casi6 años ha habido, por parte del Estado, una desidia absoluta para llegar a lainformación que hoy tenemos y que, aclaro, es insuficiente e insatisfactoria”.El cuerpo de Luciano se encontró gracias a los mecanismos institucionales quese pusieron en marcha cuando la Cámara Federal de Casación Penal aceptó elhabeas corpus que presentó la familia junto con el CELS. El recurso ya habíasido rechazado previamente por la justicia.

La huellas dactilares siempre estuvieron allí. El cuerpo deLuciano también. La familia recorrió hospitales sin dormir durante días eintentó presentar habeas corpus que la justicia les rechazó. “¿No entró uncuerpo NN con estas características?”, contó Orieta que preguntaronincansablemente. “Lo hicimos muchas veces, por eso esto es un desastre, esfalta de respeto a la vida, falta de respeto a los pobres”, dijo. Nadie lesprestaba atención. Pablo Pimentel, de la APDH (Asamblea Permanente por losDerechos Humanos) de La Matanza, fue el primero que la escuchó.

Se podría haber resuelto antes. “Estuvimos 5 años y 8 mesesgolpeando puertas, organizándonos y haciendo todas las actividades posiblespara que se visibilice la causa. Esto nos tiene que hacer replantear el pocovalor que se da a la vida de los pobres”, dijo Orieta. Según el periodista,“esto no hubiera ocurrido si hubiera desaparecido un joven de clase media enPalermo Rúcula”. Afirmó que hay un componente de discriminación contra losvarones pobres de Gran Buenos Aires.

El cuerpo de Luciano llegó al hospital Santojanni después dehaber sido atropellado cuando cruzaba la General Paz. Lo operaron y murió a las8 de la mañana. De ahí lo trasladaron a la morgue judicial y el 3 de febrero letomaron las huellas digitales. “Acá hay un rompecabezas que hay que armar parasaber la verdad”, dijo Orieta.

La información sobre la muerte del joven estaba en una causajudicial del fuero de instrucción de la Ciudad de Buenos Aires. En esas fojasdice que la misma noche de su desaparición (31 de enero de 2009) Luciano fueatropellado en General Paz y Emilio Castro, en el mismo lugar en donde hay undestacamento de la Policía Bonaerense. “No es un lugar habitual para cruzar, esla vía rápida”, dijo. Esa pregunta abre un nuevo capítulo de la investigación.Y además cuestionó: “¿Por qué en el Santojanni no le dijeron nada a la familia?La mamá de Luciano fue esa noche hasta allí y le dijeron que había un chicoatropellado pero no le dieron ninguna explicación”.