Carne

El cierre de exportaciones alimentó los rumores de renuncia de Casamiquela

La feroz desautorización de Kicillof y Costa a las negociaciones del ministro en Rusia, reavivaron las versiones.

Hacepoco más de una semana La Política Online planteó si la Argentina está encondiciones de aprovechar el mercado que abre Rusia a partir del bloqueocomercial que impuso a las potencias mundiales por el conflicto que mantienecon Ucrania.

Unpoco tarde en relación a los países vecinos (como Uruguay, Brasil y Chile), lapresidenta Cristina Kirchner decidió enviar una comitiva para intentar captardicho mercado compuesto por unos 140 millones de habitantes.

Yhasta Moscú llegaron el ministro de Agricultura Carlos Casamiquela y laministra de Industria Débora Giorgi. La presencia de Casamiquela tenía unaclara razón de ser: Rusia es el primer importador mundial de carne vacuna.

Poresa razón en apenas un par de horas las autoridades sanitarias del gobierno deVladimir Putin habilitaron a 58 nuevas industrias frigoríficas brasileñas paraexportar carne a su país (sólo estaban autorizadas 31 plantas).

Perola oportunidad no era solo para Brasil. En la reunión entre Casamiquela y el ministrode Agricultura de Rusia, Nikolái Fiódorov, se dejó en claro que el bloqueo“genera la necesidad de importar 60.000 toneladas de carne de alta calidad”.

Elescenario era inmejorable y todo parecía indicar que la Argentina nuevamenteiba a tener una enorme oportunidad para posicionarse en el mercado mundial decarne que abandonó en la última década por las políticas kirchneristas.

Dehecho, la agencia de noticias de Rusia, Ria Novosti, indicó que ambos ministros“firmaron un memorándum para la provisión de carne”. Nada parecía ser mejor;las noticias que llegaban a la Argentina reabrían la esperanza en la ganadería.

Pero,mientras Fiódorov y Casamiquela firmaban dicho memorando, en las últimas horasse supo que el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, decidió nuevamentecerrar “por tiempo indeterminado” las exportaciones.

Ladecisión de Costa, comunicada a los frigoríficos exportadores por elsubsecretario de Comercio Interior, Ariel Langer, se toma para intentarpromover una baja en los precios de la carne a través de la desaceleración enlos valores de la hacienda.

Eltema es que el último cierre de exportaciones de carne dispuesto en febreropasado por Costa no sólo no logró reducir los precios en el Mercado de Liniers,sino que, por el contrario, los valores en la plaza porteña siguieronincrementándose.

Además,esa medida provocó que en el primer semestre de 2014 se registrara una caída delas exportaciones del 11,3 por ciento respecto a igual periodo de 2013 y queuna gran cantidad de frigoríficos despidan miles de trabajadores.

Asílas cosas, según pudo averiguar LPO, lo cierto es que este nuevo papelón provocóla bronca de Casamiquela con Costa y el ministró de Economía, Axel Kicillof,quien, en definitiva, es el que avaló el cierre de las exportaciones.

Casamiquela está en la cuerda floja, porque Kicillof que ya le intervino más de la mitad d ela cartera -hasta le maneja la comunicación-, ahora directamente quiere echarlo y poner en su lugar al camporista secretario de Coordinación Política Institucional de Agricultura, Javier Rodríguez, un protegido suyo de las épocas de la Facultad de Economía.

Ajenos a estas internas de Palacio, como era previsible, en el sector  salieron al cruce de la medida. El vicepresidente de Federación Agraria (FAA) Ariel Toselli, salió alcruce de la medida: “El kirchnerismo es incapaz de aprender de sus errores y dereconocer el fracaso rotundo que tuvo esta medida en 2006”, dijo.

“Pensarotra vez que cerrar las exportaciones podría bajar los precios internos es unaenorme equivocación. Estamos frente a una crisis de perspectiva y estas decisionesno hacen más que empeorarla”, agregó.