Cristina impulsa la despenalización de la marihuana para retomar la agenda

La presidenta quiere el debate para el segundo semestre y ocultar efectos del default. Conti ya lo presentó.

Cristina Kirchner ya encontró una jugada para distraer la opinión pública en lo que resta del año, cuando empiecen a sentirse los efectos del default: Impulsará en la Cámara de Diputados el debate por la despenalización de la drogas “para uso terapéutico”.

El proyecto fue presentado el 5 de marzo por la diputada Diana Conti, histórica militante del tema, que cobró relevancia tras la decisión de José Mujica de habilitar la cosecha y venta de cannabis en Uruguay.

La repercusión que logró en el mundo Mujica logró captar la atención de Cristina, interesada en volver a tomar control de la agenda en la primera etapa de recesión profunda de su Gobierno.

Recuerda con nostalgia como revitalizó su gestión la ley de matrimonio gay hace cuatro años. Claro que aquellos no eran tiempos de caída del empleo y default.

Cristina no tuvo la misma apertura con otros temas progres, como la interrupción del embarazo, que frenó varias veces en el Congreso, la última durante el debate por el nuevo Código Civil, pendiente de sanción en Diputados.

Pero con el porro libre no tiene problemas. El proyecto de Conti autoriza la siembra, cultivo y hasta comercio de “variedades del compuesto químico tetrahidrocannabinol (THC), ya sea de origen natural o sintético”.

Aunque sólo cuando es “utilizada con fines terapéuticos o para la investigación de su posible eficacia como medicación terapéutica o de control de síntomas”.

Como en el matrimonio gay, Cristina está preparada para una resistencia de los legisladores de provincias más conservadores, que puede ser fácilmente subsanada con aliados de la centroizquierda.

De hecho, los principales militantes de la despenalización de la marihuana están el Frente Progresista y la izquierda, que pueden aportar una veintena de diputados.

En el Senado la historia es otra: la mayoría de los miembros tienen larga trayectoria en sus provincias y estrechos vínculos con la iglesia, que rechaza la libre circulación del cannabis.

Pero a esa Cámara el proyecto tal vez pueda llegar cuando el debate esté haya avanzado varios pasos y el clamor popular por el cannabis para todos se haya hecho sentir.

Ocurrió eso con el matrimonio gay, cuando figuras de la oposición como Ernesto Sanz y Gerardo Morales sorprendieron con su apoyo. Ahora deberán pensar si están de acuerdo en aceptar la marihuana libre.