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Bancos retoman la negociación con los buitres para sacar a la Argentina del default

Como anticipo anoche LPO, las conversaciones siguen en pie. JP Morgan está en tratativas para comprar los bonos.

Representantes de bancos argentinos y extranjeros se vuelven a reunir con los fondos buitres para tratar de destrabar las negociaciones para hacerse cargo de la deuda que tienen en su poder y que llevó a la Argentina al default.

Según informó la periodista Silvina Sterin Pensel, corresponsal de TN, en estos momentos se lleva a cabo una reunión entre fondos buitre, banqueros y fondos de inversión en un edificio ubicado en el número 712 de la Quinta Avenida de Nueva York.

Al mismo tiempo que se confirmaba la realización del encuentro, medios estadounidenses enviaban una noticia de alto impacto a los mercados al confirmar que la banca JP Morgan está analizando la posibilidad de comprar la deuda en poder de los fondos buitres. Se trata de una posibilidad que se viene escuchando hace varias semanas y que también incluía a Goldman Sachs, otro gigante de Wall Street.

La versión de las negociaciones con JP Morgan habría sido ratificada por Brian Schaffer, un vocero del fondo Aurelius, según publicó Bloomberg. Aunque luego Aurelius lanzó un comunicado desmintiendo que hay recibido alguna oferta del sector privado que pueda ser considerada "seriamente". Además, indicó que los reportes de la prensa "son inexactos", según indicó Reuters.

#Aurelius: reportes prensa sobre acercamientos compra #deuda #argentina no canjeada han sido "hasta donde sabemos inexactos o no confiables"

— Reuters Latam (@ReutersLatam) julio 31, 2014

El encuentro confirma el anticipo que hizo anoche La Política Online, acerca de que las conversaciones seguían en pie pese a que corrían fuertes versiones primero de un acuerdo cerrado y luego de un acuerdo caído.

Lo que sucede realmente en Nueva York es que el grupo de banqueros que está tratando de sacar a la Argentina del default no es un grupo homogéneo ni mucho menos. Allí el error de quienes dieron por confirmado o caído el acuerdo. Se trata de empresarios con distintas visiones, pero sobre todo con distintos intereses, por lo cual se hace bastante complicado el entendimiento.

Como es obvio, los bancos que por estas horas tantean la posibilidad de rescatar a la Argentina del default no lo hacen por beneficiencia sino que hay millones en juego a través de distintas operaciones cruzadas. 

La posibilidad latente de un acuerdo hace que más allá del default no haya un derrumbe generalizado de las acciones argentinas en Nueva York, como preveían los analistas. De todos modos, algunas ADR que ayer subían más de 10% hoy cotizan con caídas de más de 5%. 

"La expectativa de un acuerdo de los bancos es lo que está sosteniendo el precio de los bonos", reconoció a la prensa especializada Siobhan Morden, jefe de negocios de Latinoamérica de Jefferies LLC. 

Uno de los obstáculos para el acuerdo es la feroz interna que atraviesa a la Casa Rosada. De hecho, Axel Kicillof pareció irrumpir ayer en las negociaciones lideradas por los bancos para boicotearlas porque habían sido impulsadas por dos de sus principales adversarios en la interna de Palacio: El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y el presidente del Banco Central Juan Carlos Fábrega.

Algunos medios sostuvieron que su duro discurso en el consulado argentino había sido la razón para que algunos banqueros se bajaran de la discusión. Es una tontería pensar que gente acostumbrada a dar pulseadas de miles de millones de dólares se va a espantar por un discurso.

Lo que ocurre es que este entendimiento "entre privados" es difícil de alcanzar desde lo técnico, requiere de muchas aprobaciones internas en los bancos involucrados y sobre todo no está claro que tipo de compromiso de repago podría ofrecer el Estado argentino, sin disparar la cláusula RUFO. 

La administración de Cristina Kirchner no ha construido precisamente confianza en los mercados, como para que algunos bancos de primer orden se tiren a la pileta a una operación de más de 1.300 millones de dólares sin tener garantías muy sólidas.