Deuda externa

Estiman que el próximo gobierno deberá cancelar vencimientos de deuda por U$S29 mil millones

Equivale al nivel de reservas que tiene actualmente el Banco Central. Por el Club de París y Repsol se sumaron U$S16 mil millones.

El sucesor de Cristina deberá afrontar vencimientos de deuda durante sus cuatro años de mandato por 29 mil millones de dólares, un monto equivalente al nivel actual de reservas que tiene el Banco Central, según estimaciones de consultoras.

Los últimos arreglos del gobierno en el “frente externo”, que encabezó el ministro de Economía Axel Kicillof, implicaron mayores compromisos no sólo para este año y medio que le queda a la presidenta sino principalmente a quienquiera que gane en los comicios del 2015 para ocupar el sillón de Rivadavia.

En ese sentido, el acuerdo con Repsol por la expropiación de YPF implicó la emisión de un nuevo bono a diez años por U$S6.000 millones, con una tasa del 8,75% anual, mientras que el cierre con el Club de París fue por un total de U$S9700 millones a desembolsar en cuotas de acá a cinco años.

Es decir que en los últimos años el gobierno le sumó U$S15.700 millones al stock de deuda externa pública total. A eso habrá que agregarle las nuevas emisiones que probablemente deriven de las negociaciones con los fondos buitre, y los posibles nuevos juicios que inicien los holdouts, que llegarían a unos U$S8.000 millones.

Los años más complicados serán el que viene y el 2017, cuando vencen el Boden por U$S6000 millones y el Bonar por U$S7.000 millones, respectivamente. El nivel actual de reservas, que subió sólo en un quinto de las compras que hizo el BCRA en las últimas semanas, sumado al estancamiento de las exportaciones y el freno al pago de importaciones, no augura un panorama demasiado alentador para la entidad presidida por Juan Carlos Fábrega.

Martín Polo, economista de la consultora Analytica, calculó que dentro entre 2015 y 2018 habrá que afrontar aproximadamente unos U$S10 mil millones por año con acreedores privados. “Van a tener que apostar a recomponer reservas. Se terminó la época de vivir con lo nuestro: las reservas ya no alcanzan y si no las recompone el gobierno tomando deuda lo tendrá que hacer el sector privado ya sea recuperando el saldo comercial o pidiendo préstamos en el exterior”, consideró el analista, en diálogo con LPO.

De acuerdo a las estimaciones de Analytica, el stock de divisas alcanza solamente a cubrir el 16% de la deuda pública con acreedores privados.

Por su parte, el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, aseguró que “lo que uno espera es que en el próximo gobierno se sigan manteniendo las condiciones externas favorables para la región y que rápidamente podamos volver a los mercados y reinsertarnos”.

Sin embargo, mientras tanto el Central deberá afrontar los vencimientos en pesos de las Lebac y Nobac, que se duplicaron respecto al año pasado y ya alcanzan los 200 mil millones de pesos.

Las letras aumentaron notablemente tras el giro que hizo Fábrega a principios de año cuando subió las tasas y retiró pesos del mercado como en ningún otro año de la era kirchnerista, tras la devaluación del 23 de enero y ante una corrida cambiaria que no se detenía.

Rodolfo Santángelo, del estudio Carlos Melconian y Asociados, calculó que por esta vía el pasivo del BCRA se incrementaría en $120 mil millones en el año, lo que generaría un pago de $50 mil millones solamente en intereses, incrementando en un tercio el déficit fiscal, el origen del problema.

Es que como el gobierno no puede acceder a los mercados internacionales, termina financiando el rojo del sector público con emisión monetaria. Por eso los economistas creen que en el segundo semestre el gobierno deberá imprimir 100 mil millones de pesos para cubrir el bache entre gastos e ingresos. Santángelo va aún más lejos y pronostica que serán entre $130 y $150 mil millones.

“Esta política deteriora persistentemente al patrimonio del Central, algo con lo que deberá lidiar el próximo gobierno más el exceso de pesos e inflación. Cuando se deteriora el patrimonio, se pierden grados de libertad en política monetaria”, reflexionó Frigerio.

Polo sostuvo que “las tasas de interés están muy altas porque tienen que estar arriba de las expectativas de devaluación. Si estas últimas no bajan, las tasas de interés van a seguir en este nivel”.

El especialista de Analytica desestimó que los vencimientos de las Lebac y Nobac de corto plazo puedan resultar en un problema para el Central, porque “los bancos tienen mucha liquidez”. La preocupación surge porque si el estado no ajusta el gasto “la presión para emitir es cada vez mayor” en el momento en que se cancelan las letras, porque se debe saldar el monto más la tasa de interés y, por ende, cuanto más pague el central por las mismas, más pesos se van a volcar a los bancos en el momento de devolverlas.

Por eso la dificultad aparecerá cuando se quiere terminar con el círculo vicioso en el que entró esta dinámica de gasto, emisión y letras.

Mientras el Central siga financiando al Tesoro con más impresión de billetes crecerá lo que se conoce como “déficit cuasi fiscal” y, si además la entidad compra dólares como lo viene haciendo desde marzo, será una fuente más de emisión monetaria que Fábrega deberá controlar para que no se escape al "blue" o fogonee la inflación.