La Came denunció un “ahogo financiero” a las Pymes industriales
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa(Came) emitió un durísimo comunicado en donde denuncia un “ahogo financiero” en las Pymes industriales a partir de las últimas medidas dispuestas por el Banco Central y pone de relieve la dramática situación que vive por estos días el sector.
De esta manera, la relación entre las pequeñas y medianas empresas y el gobierno continúa deteriorándose, luego de diez años ininterrumpidos en que mantuvieron un muy buen vínculo con el kirchnerismo. Y es que este sector fue uno de los grandes ganadores de la última década.
Sin embargo, el ajuste que empezó a implementar Juan Carlos Fábrega desde el BCRA en las tasas de interés, en el tipo de cambio y en el financiamiento de las importaciones, despertó la furia de la entidad conducida por Osvaldo Cornide, que en diciembre ya había empezado a despegarse del gobierno ante la falta de respuestas por los cortes de luz.
“Las dificultades financieras de las PYMES Industriales se agravaron notablemente en las últimas semanas a partir del encarecimiento del crédito y la suspensión o recorte de las habituales líneas de financiamiento”, arranca el comunicado difundido ayer.
La Came enumera la “suspensión de las líneas de crédito bancario destinados al sector productivo frente a la perspectiva de que la tasa BADLAR sigue en aumento, que es la tasa promedio que se paga por depósitos mayores a $ 1 millón y la que toman como referencia los bancos para prestarle a las PYMES”.
El comunicado también cuestiona los “recortes agresivos en todas las líneas de financiamiento bancario, principalmente, en descuentos de documentos y adelantos en cuentas corrientes, que son las más utilizadas por la industria PYME”.
“Las tasas de interés de todas las modalidades de financiamiento tuvieron un fuerte incremento”, advierte la entidad. “Por descuentos de documentos y cheques los bancos llegan a cobrar más del 40% anual, y fuera del circuito financiero las tasas no bajan del 70%-80% anual", agrega.
Por otro lado, la Came señala el “acortamiento de los plazos para descuentos de cheques y exigencia de mayor calidad en los valores que se toman”. “Los bancos están exigiendo cheques de primera línea, y aun así las tasas llegan al 40% anual”, dispara el documento.
“Para valores de empresas menos reconocidas, la única opción es cambiarlos fuera del sistema financiero formal, donde las tasas son abusivas”, alerta.
Otro punto del que hablan es sobre las dificultades para cambiar cheques de una ciudad en otra. “Muchos bancos de la Ciudad de Buenos Aires no están aceptando cheques del interior del país”, detallan.
También reclama por la “desaparición del crédito de proveedores”, que “están exigiendo el pago anticipado o contra entrega de mercaderías, cuando antes se pagaba a plazos de 15, 30, 60 o hasta 90 días”.
Además, la devaluación de fines de enero impactó negativamente en el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas. “Muchos insumos se han dolarizado y las empresas proveedoras entregan los productos solo con remito, sin emitir la factura. De esta manera, la PYME desconoce el valor final del bien adquirido”, puntualiza el comunicado.
Por último, se ocupa de la decisión del Banco Central de pisar todos los pagos de importaciones salvo de aquellas que estén calzadas con posiciones en dólares en el exterior. La intención del equipo económico es habilitar las compras en el exterior solamente a aquellas que puedan obtener líneas de financiamiento afuera, tengan divisas propias o sean apalancadas por sus casas matrices.
LPO ya había adelantado que la decisión podría impactar de lleno en los empresarios de menor tamaño, que podrían ver frenada su actividad por la falta de insumos industriales.
En ese sentido, el comunicado de la Came cuenta que existen “serias dificultades para comprar en el exterior insumos, partes, piezas y bienes de capital necesarios para la producción por las restricciones financieras impuestas por el Central para realizar los pagos de importaciones”.
“Las dificultades financieras de las PYMES y la política ortodoxa que lleva adelante el BCRA repercuten inevitablemente en la inversión y el consumo, poniendo en riesgo el crecimiento y bienestar de la Argentina. Por eso, resulta urgente buscar soluciones para evitar que estas problemáticas se prolonguen o agraven”, concluye el documento.