Paritarias

Cristina endureció la pelea con los sindicatos con críticas a Caló y Barrionuevo

Como adelantó LPO, desestimó la unión de las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. Fuerte crítica a Antonio Caló.

Los primeros segundos deldiscurso de Cristina Kirchner desde la Rosada anticipaban que se vendría una bateríade cuestionamientos a empresarios, sindicalistas, supermercadistas y, obvio,los medios críticos. "Hay tanta cadena de mala onda, del desánimo”, dijo apneas tomó el micrófono.

De hecho, la Presidenta dedicó unos pocos minutos a los dos anunciosque justificaron la Cadena Nacional: Un aumento a partir de marzo lasjubilaciones y un incremento de la asignación por ayuda escolar. El resto de sudiscurso fue una crítica de la que no salvaron los propios oficialistas.

Pero quizás el cuestionamiento más duro fue hacia el líderde la CGT oficialista, Antonio Caló. "Yo no creo, como dijo Antonio, queningún argentino esté pasando hambre", aseguró la jefa de Estado.

El gremialista, titular de la Unión Obrera Metalúrgica(UOM), había manifestado días atrás, en la previa a la negociación salarial,que "a la gente no le alcanza para comer".

El dirigente metalúrgico escuchó atento desde su silla elreto de la Presidenta. A su lado estaba el senador Aníbal Fernández, impasible.

Pero los cuestionamientos también llegarían para lascentrales que gestionan Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. Pese a no haberlosnombrados, apuntó contra el gastronómico Luis Barrionuevo y el titular deUatre, Gernónimo "Momo" Venegas, quienes habían lanzado duroscuestionamientos a la Casa Rosada tras el cónclave sindical en Mar del Plata.

Cristina cuestionó a los sindicatos que inauguran casinos.Una referencia al hotel Sasso que pertenece al líder de los gastronómicos yque logró inaugurar un casino semanas atrás en Mar del Plata con la presencia estelar de Daniel Scioli y Sergio Massa.

Lo curioso es que fue el vicegobernador ultrakirchnerista Gabriel Mariotto uno de los grandes lobbystas de Barrionuevo para que la provincia le habilitara el casino. Operación que luego de algunas resistencias terminó convalidando el propio Scioli.

Como sea, Cristina hizo del ataque a los principales líderes sindicales del país el eje de su discurso como adelantó ayer LPO. La Jefa de Estado decidió así ignorar el desafío que plantea a su Gobierno la unión de las CGT que gestionanHugo Moyano y Barrionuevo. Ese armado sindical debutó en Mar del Plata con laadhesión de 105 gremios, entre ellos colectiveros y maquinistas de trenes.

De hecho, en el kirchnerismo no son pocos los que reconocen que las paritarias de marzo, en medio de la disparada de la inflación, son un verdadero test de gobernabilidad para la Casa Rosada. Cristina, fiel a si misma, parece decidida asumir ese desafío a todo o nada y se niega por ahora a abrir instancias de negociación con las centrales obreras.

La inflación

Cristina reveló además en su discurso de hoy la enorme preocupación que tiene por la escalada de los precios, pese a que no lo reconozca abiertamente. En un pedido casi deseperado, reclamó a los sindicalistasque no se preocupen sólo de exigir mejores sueldos, sino que también ayuden acontrolar los precios para "cuidar los bolsillos de la gente"."A mí me gustaría ver a mis compañeros dirigentes sindicales en cada supermercado,en cada farmacia, controlando que los precios cuidados estén", dijo, sin precisar como y con que herramientas deberían los gremialistas cumplir esa extravagante función.

Cristina Kirchner cuestionó a los "pequeñosgrupos" que identificó como de "izquierda" que "cortan unacalle por cualquier cosa" y los instó a "cuidar los precios y losintereses que dicen representar". "Me llama poderosamente la atenciónque subsisten grupitos de 10, 15 o 20 (personas) que cortan una calle y no hacen nada cuando ven lo que hacenotros respecto de los intereses que dicen representar", señaló.

Y siguiendo esa línea y después de enumerar los incrementos salariales registrados por losdistintos sectores de la economía, lanzó: "Del otro lado parece ser quesolo aumentan los precios, pero sería bueno que también aumenten lasinversiones porque los empresarios tienen asegurada la ganancia", dijo. Yagregó: "Pero es necesario que en lugar de fugar las divisas al exterior,la reinviertan en el país, porque el país ha creído en ellos y ha apostado enel desarrollo de una industria nacional".

También se refirió a los argentinos que compran dólares yvolvió a mencionar la posibilidad de recortar subsidios para aquellos queadquirieron divisas, una opción que fue su Gobierno el que volvió a habilitar hace pocos días. "No es justo que alguien que compra dólares tengasubsidios de gas y luz", advirtió.

"Ristra de chorizos"

Cristina también hizo mención a una nota publicada por eldiario Página/12 sobre una denuncia por explotación laboral presentada contrael ex gobernador de Misiones Ramón Puerta. "Miren la ristra de chorizos,en Misiones donde hacen 40 grados de calor. Seguro que era la comida que ledaban", apuntó la Presidenta, quien indicó que "los sindicatos nopueden estar ajenos, porque los patos de la boda son los trabajadores,siempre".

Antes de despedirse, Cristina habló desde los balcones de dos de los patios internos de la Casa Rosada -repitiendo la coreografía que estrenó en su último discurso- alentada por cientos de jóvenesmilitantes. Con palabras más coloquiales, la mandataria volvió a atacar a lossupermercadistas: "No nos moleta que ganen mucho dinero. Los que nosmolesta es que nos tomen de estúpidos a todos los argentinos", dijo.

Los militantes, desde el patio de la Rosada cantaban:“Patria si, colonia no”.