Parrilli admitió los oscuros negocios hoteleros entre Cristina y Lázaro Báez

El secretario de la Presidencia dijo que son "negocios entre privados" y reconoció que el empresario santacruceño alquilaba habitaciones de hoteles de los Kirchner, un mecanismo mediante el cual les garantizó al menos 15 millones de pesos. Ya hay una denuncia por lavado de dinero.

El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, salió al cruce de las acusaciones contra Cristina Kirchner por los negocios hoteleros con Lázaro Báez, pero no hizo más que reconocer la existencia de esas oscuras maniobras, que ya fueron denunciadas ante la Justicia por el presunto delito de lavado de dinero.

En declaraciones a radio Vorterix, Parrilli repitió hoy los conceptos que había dado anoche en un comunicado en el que habló de "falsas afirmaciones efectuadas por el diario La Nación y repetidas por Clarín".

Pero el funcionario también reconoció que empresas de Báez alquilaron habitaciones de hoteles propiedad de los Kirchner en El Calafate y dijo que se trata de "negocios entre privados" que fueron declarados por Néstor y Cristina Kirchner.

La Nación reveló hoy nuevos detalles sobre estas maniobras y aseguró que entre 2010 y 2011 Báez pagó al menos 14,5 millones de pesos a los Kirchner por el “alquiler” de los hoteles Alto Calafate, Las Dunas y Los Sauces. Los pagos se realizaron a través de la empresa Valle Mitre, una sociedad que gerencia los hoteles de la familia de la presidenta y que también controla Báez.

“Sólo por el ‘alquiler’ del Alto Calafate, el matrimonio presidencial recaudó más de $ 10,1 millones a través de Hotesur SA, la sociedad con la que controlan el hotel”, escribió el periodista Hugo Alconada Mon. “A esos desembolsos se sumaron más cheques de Valle Mitre por algo más de $ 4,3 millones durante esos dos años”, correspondientes a Los Sauces y Las Dunas.

En el caso de Alto Calafate, siete empresas de Báez firmaron acuerdos con Valle Mitre -controlada por Báez- para alquilar 935 habitaciones por mes, se ocuparan o no. Parrilli dio una curiosa explicación sobre esto y afirmó que sería “para subalquilarlas, no creo que fuera tenerlas cerradas”.

Pero cualquier especialista en lavado de dinero podría sostener que en realidad se trata de una maniobra típica que ese utiliza para concretar ese delito. Se sabe que los hoteles y los casinos son las principales actividades que se utilizan como pantalla para el lavado de activos.

En ese sentido, uno de los métodos más habituales de los lavadores de dinero es “inflar” la ocupación de los hoteles. Es decir, declarar ante el fisco que las habitaciones están siempre ocupadas por turistas fantasmas e ingresar los fondos negros al circuito legal. Así, por ejemplo, se pueden justificar incrementos patrimoniales con las ganancias que genera un hotel trabajando siempre al máximo.

Estas sospechas generaron la primera denuncia judicial de parte de los diputados de la Coalición Cívica Elisa Carrió y Fernando Sánchez. Los legisladores hicieron una presentación que recayó en el Juzgado Penal Tribuntario N° 1 para que investigue la comisión del delito de lavado de dinero por parte de la familia Kirchner y Báez.

Pero el propio Báez también se presentó en el juzgado federal de Río Gallegos, a cargo de la subrogante Andrea Askenazi Vera, para que lo investigue por la supuesta comisión de los delitos denunciados por el diario La Nación. Con esta maniobra, el empresario buscó anticiparse a la denuncia que se presentó en los tribunales de Buenos Aires y que la causa sea investigada en Santa Cruz, donde hasta ahora no ha tenido mayores inconvenientes con la Justicia.