Wado suma poder y planea barrer a Di Tullio de la jefatura de bloque

Desde el tercer piso de la Cámara Wado De Pedro habla con Cristina y baja línea a gobernadores y ministros. Larroque se concentra en los jefes territoriales y gremios. En la primera sesión sin Agustín Rossi también coparon el discurso y se lucieron con una ley para los centros de estudiantes. En diciembre el cuervo o quien él decida reemplazaría a Di Tullio.
La Cámpora intensificó sus reuniones con ministros y diputados en su oficina de la Cámara de Diputados y para el año próximo quiere la jefatura del bloque oficialista, en reemplazo de la interina Juliana Di Tullio.

Muchas cosas cambiaron en la Cámara desde diciembre de 2011 pero ninguna tan comentada como las visitas de ministros, gobernadores e intendentes a la remodelada oficina del tercer piso, centro de reuniones de La Cámpora.

La oficina está pegada la del jefe de bloque y es aquella que usaba Patricia Vaca Narvaja y refaccionó Néstor Kirchner para ocuparla en 2009, aunque luego sólo fue una vez. En enero de 2012 volvió a ser refaccionada para convertirse en el comando político de La Cámpora en Diputados.

En las últimas semanas la actividad no tuvo tregua en esos despechos. El intendente de Corrientes, Carlos "camau" Espínola, fue a pedir ayuda ante la embestida judicial que amenaza su candidatura a gobernador.

Temas del Gabinete o de las provincias pasan allí por las manos de Eduardo “Wado” De Pedro, quien, en ese caso, tomó el teléfono y ordenó a Miguel Pichetto ocuparse de activar un proyecto para intervenir la justicia de Corrientes.

Sólo esta última semana, De Pedro se entrevistó varias veces con Julián Álvarez, el viceministro de Justicia de La Cámpora, tal vez para diagramar la frustrada elección de abogados de la Facultad de Derecho de la UBA.

Línea directa

Quienes lo frecuentan aseguran que no hay mañana que no hable con Cristina Kirchner y que cuando baja línea, todos saben que no viene de otro lado.

En la oficina de La Cámpora, Larroque hace de duro: Suele recibir a sindicalistas y punteros varios. Lo suyo es, o quiere ser, el territorio. Wado esel hombre del palacio, de la superestructura política.

El otro cambio de esta semana es la definitiva partida de Agustín Rossi, quien solía asomarse cada vez que ministros o gobernares circulaban por su oficina vecina.

Julián Domínguez también era advertido por los suyos y subía desde el primer piso.

En la primera sesión sin Rossi, La Cámpora armó un escenario a su medida al aprobar, justo ese día, la ley para proteger los centros de estudiantes de los colegios, un trofeo para su militancia juvenil que volvió a copar las gradas y marcó el ritmo de la era post Rossi.

Fue la ocasión para que Larroque volviera a tomar el micrófono y ensayara una serie de frases que antes repetía el ya ex jefe de bloque. “No hay que tenerle miedo al pueblo”, afirmó.

Extrañamente, la versión taquigráfica de esa sesión no está publicada y sí lo está la del día siguiente que hizo en minoría Victor De Gennaro y unos pocos aliados.

Alguien quiso que el texto no trascendiera. La mano que La Cámpora tiene para eso es el secretario Legislativo, Gervasio Bozzano. 

Otra cosa llamó la atención: se aprobó la renuncia de Rossi a su banca sin su presencia, como se esperaba tras ocho años al frente del bloque. Los aplausos fueron unánimes pero su foto agradeciéndolos no se dio. 

En la Cámara creen que será difícil que el Cuervo no quiera presidir el bloque en diciembre, cuando ni siquiera está claro si Di Tulio seguirá siendo diputada. Su designación como jefa de la bancada fue casi un paso burocrático, era la número dos -pero sin poder real- y la dejaron a cargo hasta que termine el año. 

Fue una manera de no abrir esa discusión antes de las elecciones y cuando todavía no está claro que dimensión tendrá el bloque de Cristina en sus últimos dos años de mandato. Pero nadie se hace ilusiones sobre la continuidad de Di Tulio como jefa de bloque, luego que asumen los nuevos diputados en diciembre.

“Si el Gobierno hace una buena elección querrá ir por el bloque y tendrá que hacerlo con La Cámpora. Pero si queda en minoría necesita uno fiel y tampoco tendrá otra opción”, interpretan en la bancada. Nadie podría discutirlos, al menos ante Cristina.