Brasil intimó a Cristina: "Tienen que desaparecer las barreras"

El ministro cuestionó las trabas a las importaciones impuestas por el Gobierno argentino, que afectan a las relaciones comerciales bilaterales. El malestar de los brasileños se arrastra desde la cumbre de la semana pasada, en la que Dilma Rousseff se fue un día antes, furiosa con Cristina.
El gobierno de Brasil salió a cuestionar las trabas a las importaciones que impone el Gobierno de Cristina Kirchner. El asesor internacional de la presidenta, Dilma Roussef, Marco Aurelio García, intimó a la Argentina a que termine con las “barreras”.

García, que estuvo ayer junto al ministro de Trabajo Carlos Tomada en un seminario de la Universidad Tres de Febrero, fue abordado por Clarín, que le preguntó si las barreras que acaba de montar el gobierno de Cristina a las importaciones por un problema de divisas afectan a Brasil.

La respuesta del brasileño fue contundente: “Sí, afecta. No digo que el descenso del comercio bilateral en 2012 se deba sólo a las restricciones argentinas. Los dos países tuvimos una caída de la actividad económica y eso repercutió seriamente. Pero existen restricciones que afectan al comercio y queremos que terminen. Eso lo dijimos claramente en la reunión de la semana pasada. También abordamos las cuestiones de desvío de comercio”.

“Nosotros queremos que el Mercosur se fortalezca y por eso mismo es que deben desaparecer las barreras”, aseguró Aurelio.

El malestar de Brasil con el gobierno de Cristina se arrastra desde al menos una semana, luego de la cumbre que la presidenta argentina mantuvo con Dilma. Según el periodista Marcelo Bonelli, Rousseff suspendió imprevistamente el jueves de la semana pasada el cronograma que incluía su viaje a Buenos Aires.

Dilma tenía actividades al otro día, pero molesta con Cristina resolvió no dormir en Argentina y regresar esa misma noche a Brasilia.

Según Bonelli, Dilma enfureció cuando confirmó que ninguna de las promesas políticas de Cristina Kirchner para mejorar la relación bilateral se iban a cumplir. Están en juego miles de millones de dólares en inversiones automotrices, de la alimentación y mineras.

Las diferencias habrían motivado que Brasil comunicara el disgusto internacional que existe por la “chavización” del gobierno de Cristina.