Sapag, Obeid y Olmedo, los aliados de Cristina para aprobar la reforma judicial

Los tres neuquinos fueron siempre funcionales al Gobierno y el kirchnerismo cree que los tendrá. Otros cuatro monobloques que también suelen ayudar a Rossi definen qué harán. El fueguino Garramuño adelantó que vota en contra. El salteño Olmedo ayudará al menos con el quórum. Forconi y Fiore de Viñuales, las otras esperanzas.
 Agustín Rossi está convencido que no tendrá problemas para aprobar el miércoles los tres proyectos de reforma judicial, pero para eso no necesita más que confirmar los aliados que viene teniendo.

Sin los cinco rebeldes (los moyanistas Omar Plaini y Facundo Moyano, Jorge Yoma, Blanca Blanco de Peralta y Mabel Muller), sobre quienes tampoco están cerradas las expectativas, Rossi cuenta 111 diputados del Frente para la Victoria.

Descuenta el apoyo de los siete santiagueños, cuatro de Nuevo Encuentro y los dos del PJ pampeano. En el bloque también dan por hecho a los tres del Movimiento Popular Neuquino, aunque su titular, Alicia Comelli, pidió cambios y en el oficialismo no descartan concedérselos y enviar el proyecto al Senado.

Desde el MPN descuentan que dará quórum. "Seguro que (el gobernador Jorge) Sapag negocia un ATN o un nuevo aumento al gas en boca de pozo", razonan desde la oposición.  

El kirchnerismo necesita 129 votos para empezar la sesión y también para aprobar el sistema electoral del Consejo de la Magistratura. Para ampliar los Tribunales de Casación y cambiar el régimen de cautelares alcanza con mayoría simple, por lo que algún aliado podría ayudar con su banca vacía.

La presión de las ONG sobre 12 aliados rindió su primer fruto hoy, cuando Mauricio Ibarra anunció que esta vez no dará quórum. También lo hizo Alberto Roberti, una ayuda inesperada en la última sesión. Y el fueguino Jorge Garramuño, otro aliado habitual que ahora se bajó.  

“No voy a acompañar ninguno de los tres proyectos y mañana recién definiré si doy quórum”, confirmó Garramuño a LPO.

El fueguino se reunirá con sus pares del interbloque Unión Federal, siete diputados que suelen ayudar de distinta forma al Gobierno y ahora serán claves.

Los otros tres de este grupo son Julio Ledesma, sindicalista de La Matanza que cambia de referente (este mes se lo vinculó a Macri y a Massa) pero pocas veces complica al Gobierno; Mariana Veaute, ex Frente Cívico de Catamarca y esencial en el acuerdo por Irán; y el salteño Walter Wayar.

Wayar votó siempre con el kirchnerismo y ni siquiera se plegó a aquel Grupo A de 2009. Ahora hace equilibrio: “En el tema de las cautelares estoy más cerca del sí. Pero en algún tema estoy más cerca del no y en el tema de las cámaras de Casación tengo mis dudas, tendría que ver los argumentos de un lado y del otro".

El de la Magistratura, que no mencionó, es el que más necesitará de su voto. Quien sí dará quórum es el salteño Alfredo Olmedo y tal vez siga ese camino su coterránea María Fiore de Viñuales, del Frente Renovador, otra habitual aliada K, en silencio hasta ahora.

En el bloque oficialista dan por hecho al santafesino Juan Carlos Forconi, ladero de Jorge Obeid, quien trabaja para el Gobierno en Santa Fe.  

Con él, Wayar, Olmedo y los neuquinos, el quórum estaría garantizado. Después en cada proyecto el kirchnerismo podrá sumar otras ayudas y tener las leyes sancionadas, como cree Rossi que hará sin problemas.

Pero la presión le puede jugar una mala pasada. En la oposición no tienen grandes expectativas y se concentran en la movida que harán en la plaza de los dos Congresos, donde instalarán carpas. “Lo importante es que esto sea como la 125 y el que vote lo pague en su pueblo”, resumen.