Paco Pérez entregaría a un jeque árabe las obras que paralizó la brasileña Vale

El gobernador mendocino negocia con el magnate inmobiliario Sulaiman al-Fahim, dueño del Manchester City y hermano del empresario más poderoso de Abu Dhabi. Habría diferencias sobre el retorno de inversión, pero hay optimismo. Las negociaciones con la minera brasilera están totalmente estancadas. 
El gobierno de Mendoza estaría a punto de dar un giro inesperado en el megaproyecto de Potasio Río Colorado, actualmente paralizado por la empresa brasileña Vale, que presiona a Francisco Pérez y a la Casa Rosada para obtener beneficios impositivos a cambio de reanudar las obras, que en total implican una inversión de 6.000 millones de dólares.

La Política Online adelantó el mes pasado que el gobernador amenazaba a Vale con entregarle la obra a inversores chinos, que serían algunos de los “muchos interesados” en ocupar el lugar de la firma brasileña, que hasta ahora ya habría desembolsado unos 1.000 millones de dólares.

Ahora, según el diario mendocino El Sol, un grupo de inversores encabezado por el jeque árabe Sulaiman Al-Fahim está negociando con la administración provincial y estaría cerca de quedarse con la mina de potasio, ubicada en la zona de Malargüe.

De acuerdo a la información, las tratativas avanzaron a paso firme durante los últimos días, aunque todavía no hay definiciones. Uno de los puntos donde todavía las negociaciones están algo complicadas es el porcentaje de retorno de la inversión. Paco Pérez le aseguraría un 12%, pero los árabes quieren 15%.

No obstante esa diferencia, en Mendoza ha cambiado el humor. Las negociaciones con Vale están absolutamente estancadas y pese a que la minera tiene plazo hasta fin de mes para presentar un nuevo plan de obras, se descuenta que eso no sucederá y pedirían una nueva prórroga. En cambio, el clima con los árabes es mucho más ameno.

Una familia poderosa

Sulaiman Al-Fahim, de 35 años, es la cara visible del grupo inversor Abu Dhabi United Group for Development and Investment en el Manchester City, el club de fútbol inglés que adquirió en 2008 y por el que ya lleva gastados unos 1000 millones de dólares, con unos resultados deportivos que no se corresponden con ese desembolso.

Ese grupo en realidad es propiedad del jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan, hermano de Fahim. Mansour, de 42 años, es un hombre al que le sobra dinero y poder. Es el empresario más poderoso de los Emiratos Árabes Unidos, miembro de la familia gobernante de Abu Dhabi y está al mando de las inversiones petroleras del emirato, entre otros negocios.

Mansour, que tiene una fortuna personal estimada en unos 23.000 millones de dólares, delegó en Fahim el negocio inmobiliario y deportivo. En 2008, adquirieron el Manchester City en unos 250 millones de dólares. Más tarde se quedarían con el Porsmouth, club por el que pagaron unos 100 millones de dólares y al cual intentaron llevar a Diego Maradona, algo que finalmente no consiguieron.

El grupo no tuvo ningún reparo para gastar fortunas en el City, un equipo que recién a mediados de 2012 logró un título de importancia, al ganar la Premier League. Esa conquista le costó a Fahim casi 900 millones de dólares. Por ejemplo, gastó US$ 65 millones en Sergio Agüero y otros 40 millones en Carlos Tevez, entre otras contrataciones desorbitantes. Algunas de esas figuras siendo transferidas por cifras mucho menores.

Mucho más rentable fueron los negocios inmobiliarios. Fahim fue el CEO de Hydra Properties, una empresa encargada del desarrollo de Dubai y otras ciudades de los Emiratos Árabes Unidos. Estos “éxitos” le permitieron ser el presidente de la Unión Árabe para el Desarrollo Inmobiliario (AURD), la primera asociación comercial inmobiliaria de los países del golfo arábigo, que realiza inversiones en distintas partes del mundo. Actualmente es la cara visible del holding Royal Group of Companies, integrado por unas 50 empresas.

Actualmente, Fahim -que se ha convertido en uno de los 10 empresarios árabes más poderosos del mundo- tiene en mente otro proyecto imponente: planea construir una nueva ciudad a 20 km de distancia de La Meca, en la que habrá miles de viviendas, áreas industriales, una universidad y centros médicos. El plan tiene un plazo de ejecución de 15 años y contempla una inversión que supera los 20.000 millones de euros.


Negociaciones estancadas

La posibilidad de que vale retome las obras parece difícil en lo inmediato. La empresa asegura que la suba de costos y algunas complicaciones extras en el proyecto inicial en desequilibrado las finanzas y es necesario realizar una reestructuración del plan.

Sin embargo, por lo bajo mantiene una dura disputa con el gobierno nacional por la imposibilidad que tuvo desde que comenzó a trabajar para poder enviar sus dividendos al exterior, algo que la Casa Rosada prohibió cuando empezó a aplicar medidas tendientes a contener el dólar.

En las últimas reuniones entre funcionarios argentinos y brasileños, la firma agregó otra exigencia y pidió que el gobierno habilite exenciones impositivas por unos mil millones de dólares. El pedido es para diferir el pago del IVA hasta que la mina esté en pleno funcionamiento, algo que se preveía para 2014 pero que podría retrasarse hasta tres años.

Además, la minera pidió un mejor tipo de cambio para las divisas que ingresen al país destinadas a los gastos de producción. Hasta ahora, la parte argentina no parece dispuesta a ceder, aunque se reconoció que los funcionarios trabajan en una contrapropuesta. La resolución del tema podría tener como fecha clave el 7 de marzo próximo cuando se reúnan Dilma Rousseff y Cristina Kirchner.