Los cálculos de Moyano para permanecer al frente de la CGT

El líder de la CGT, Hugo Moyano, está convencido de contar con alrededor de 900 delegados propios de cara al congreso normalizador que elegirá a la nueva conducción. Y por las encuestas que maneja, que le aseguran una buena imagen entre los trabajadores sindicalizados, confía en "robarle" representantes a los gremios opositores dentro del cuarto oscuro. Su alianza estratégica con el "Momo" Venegas.
Mientras entre los 70 gremios antimoyanistas -"gordos", "independientes" y barrionuevistas- comienzan a surgir diferencias sobre la estrategia a seguir, el líder camionero avanza con su plan para conseguir un nuevo período al frente de la central obrera. Convecido de que le dan los números, convocó al congreso normalizador para el 12 de julio, en el que implementará el voto directo y secreto de los congresales.

Los delegados que votarán en ese congreso se establecerán según la cantidad de afiliados de cada uno de los gremios enrolados en la CGT. Se calcula que habría entre 1600 y 1800 en total. Es la comisión fiscalizadora constituida por el Consejo Directivo el que determina cuántos delegados le corresponden a cada sindicato.

Pero la lapicera, en este momento, la tiene el propio Moyano. Por eso la desesperación de los gremios opositores, sobre todo de los "gordos", por impugar la última reunión del Consejo convocado por el camionero. Lo acusan de querer "dibujar" los padrones, para vaciar de delegados a los opositores e inflar a los aliados.

Moyano comprende que no tiene una buena imagen entre la ciudadanía, pero también sabe que tiene una alta aceptación entre la masa de trabajadores sindicalizados. Es lo que le aseguran las encuestas que le alcanzan sus colaboradores: cuando se le pregunta a los trabajadores qué secretario general querrían al frente de sus gremios, cerca del 60% pide por el camionero, acaso por los grandes beneficios que consiguió para su gremio -por su histórica cercanía a la Casa Rosada o por su dureza a la hora de negociar con los empresarios-.

Como sea, esa imagen entre los trabajadores de otros sindicatos es lo que lo motivó a convocar al congreso normalizar bajo la metodología de votación directa y secreta. Así, según sus especulaciones, delegados de otros gremios, una vez metidos en un cuarto oscuro, podrían votar por su lista. Algo que no sucedería en una votación con mano alzada, por el temor a las represalias.

Además, lejos de la rotunda victoria que ya anuncian los "gordos" -que hablan de 1300 delegados propios contra 400 del moyanismo-, el camionero maneja otros números: considera que en este momento ya tiene cerca de 900 propios y confía en engrosar sus filas desde las posibles listas opositoras gracias al voto secreto.

"De todos modos, Moyano tuvo que hacer una concesión, tuvo que dar una primer paso estratégico, que fue apostar a una alianza con el \'Momo\' Venegas", explicaron a LPO desde el entorno del camionero. Es que la UATRE es el sindicato con mayor número de afiliados, y por ende el que más delegados tendrá en el Congreso. Serán alrededor de 180, mientras que los camioneros tendrán cerca de 70.

Esa escuación es la que explica su oposición al nuevo estatuto del peón rural, que estableció la creación de la RENATEA en lugar del RENATRE, hasta entonces en manos de Venegas. Moyano comprende que su alianza con el "Momo" es vital para continuar al frente de la CGT. Y aceptó negociar con un dirigente que en los últimos años fue un férreo opositor. Algo que no aceptará con Lescano y Barrionuevo.

Otra de las piezas claves para mantener el poder será la tropa de Amadeo Genta, líder de los municipales. A pesar de los rumores de alejamiento, el moyanismo cuenta a sus 150 delegados como propios. También garantizan que tendrán el acompañamiento de casi 170 sindicatos chicos que aportarán cada uno entre 2 y 3 delegados.

"Es imposible que ellos tengan 1300 delegados, como está diciendo Lescano", aseguraron a LPO. Pero admiten que tienen algunos pesos pesados: sobre todo, Cavalieri, cuyo sindicato tendrá no menos de 160 representantes en el congreso. Por eso el especial interés que puso Moyano en los últimos comicios de Comercio, cuando intentó arrebatarle la conducción.

Según estos mismos cálculos, Andrés Rodríguez (UPCN) tendría 80 delegados, al igual que Antonio Caló (UOM). Luís Barrionuevo (gastronómicos) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) como mucho aportarían 17 y 10, respectivamente. "Y de esos hay que restar los que en un cuarto oscuro, se animarán a votar a Hugo", insistió la misma fuente.

Para el moyanismo, el caso de Oscar Lescano (Luz y Fuerza) es atípico: se trataba de un gremio con más de 50 mil afiliados, pero con las privatizaciones comenzaron a perder peso, y hoy tendría no más de 4.500. Sus delegados estarían en baja. Por eso, con sorna, lo llaman "el gordo adelgazado".

A pesar de estos números, de un lado y del otro saben que será difícil llegar a un congreso normalizador con dos listas. Para muchos, en realidad, sólo hay dos caminos posibles: la unidad o una CGT fracturada. Las reuniones se repiten y las negociaciones no están cerradas, sobre todo entre los gremios más dialoguistas. Pero Moyano avanza con su estrategia. "Prefiero perder con dignidad, que obtener una victoria vergonzante", indicó en su acto en el Parque Roca.

El titular de la UTA, Roberto Fernández, ya se comunicó con el líder de la CGT para convencerlo de que la unidad es posible. Pero la respuesta fue lapidaria: el camionero no está dispuesto a integrar una conducción colegiada con "los Lescano y los Barrionuevo".