Refinerías, el talón de Aquiles de la política petrolera

El gobierno busca de manera desesperada que las petroleras aumenten su oferta de combustible en el mercado interno. La reciente decisión de suspender los programas que incentivaban la exploración y la construcción de refinerías atenta contra los propios objetivos oficiales. El caso Pan American Energy.
El perfil de Martín Buzzi, gobernador de Chubut, se trastocó abruptamente en los últimos días. De ser consagrado como presidente de la Ofephi, la organización que nuclea a las provincias petroleras, pieza clave en la embestida que lidera el kirchnerismo contra YPF, pasó a interceder ante el ministro de Planificación, Julio De Vido, para levantar una medida del Gobierno que complica seriamente a la mayor operadora petrolera del distrito patagónico.

La suspensión del programa Petróleo Plus, que establecía beneficios fiscales para las compañías que sumen nueva oferta de crudo, complicó severamente la rentabilidad de Pan American Energy (PAE), la segunda productora de crudo de la Argentina, que explica un 85% del petróleo que se extrae en los yacimientos de Chubut. La interrupción –ordenada por De Vido la semana pasada- provocará que las empresas exportadoras de crudo, entre las que se destacan PAE (de la familia Bulgheroni) y la china Sinopec pierdan hasta un 50% de lo que facturaban por vender crudo fuera del país.

No es una cuestión menor: PAE exportó el año anterior 3,02 millones metros cúbicos (MMm3) de crudo, un 46,3% de su producción (6,51 millones) por un total de u$s 1.964 millones, según datos de la Secretaría de Energía. Y Sinopec exporta entre un 20 y un 25% de su oferta. “Las operadoras ya nos avisaron que si el programa no se reanuda reducirán la explotación de los pozos y frenarán la inversión. No exportarán a pérdida”, señaló un allegado directo a Buzzi, que en las últimas horas abrió una gestión con el Gobierno para destrabar la situación. Le preocupa no sólo un descenso de la oferta del oro negro, sino también su efecto negativo sobre las regalías petroleras que recauda la provincia.

De enero a septiembre de 2011, último mes publicado por Energía, Chubut cobró por ese concepto 337,94 millones de dólares. En todo el año, lo ingresado a las arcas provinciales superó los US$ 450 millones. A eso hay que sumarle cerca de $ 100 millones en materia de regalías gasíferas. Son números importantes: representan un 35% del Presupuesto 2012 que ronda los 6.800 millones de pesos. De ahí la celeridad de Buzzi para solucionar la situación.

Misterios kirchneristas


En el sector no terminan de comprender las razones de la suspensión del Petróleo Plus. “A YPF prácticamente no lo beneficiaba. Y perjudica a la petrolera que más incrementó las reservas y la oferta de crudo en los últimos año, que es PAE”, analizaban desde una petrolera que opera en Neuquén.

En otra empresa señalaron que la interrupción obedece a un error de cálculo de los funcionarios nacionales: “Pensaron que por la recomposición del precio interno del crudo (creció un 40% en 2011), el programa de incentivos ya no era necesario. No se anoticiaron del efecto que tendría para las petroleras exportadoras”, señalaron.

El argumento encuentra sentido en el hecho de que los técnicos de la Secretaría de Energía, que son los que conocen los alcances reales de la iniciativa, se enteraron por los diarios de la suspensión.

Otros, en cambio, se permiten pensar que la medida busca presionar a los Bulgheroni para que refloten el plan de construir una refinería en Chubut, una idea que se evaluó en 2007 pero finalmente fue desechada por inconvenientes en términos económicos por la empresa. Pero en la industria ese análisis es descartado. “¿Qué sentido tendría pelearse con los dos grandes jugadores del sector, YPF y PAE, al mismo tiempo?”, se preguntó un alto directivo de una refinadora. “No es coherente. Y más cuando los Bulgheroni siempre mantuvieron un buen diálogo con el Gobierno de Cristina Kirchner”, analizaron.

Falta de refinación

Chubut es el máximo productor de crudo del país. En 2011 extrajo 98,89 MMm3 de petróleo, un 29,6% de la oferta nacional. Sus yacimientos ofrecen un crudo de tipo pesado, denominado en la jerga petrolera como Escalante, que por su baja graduación API (en promedio, 23 grados) es el menos requerido por las refinerías locales, preparadas para procesar petróleos más livianos como el Medanito, de Neuquén o el Hidra, de Tierra del Fuego.

Es que las destilerías del país fueron construidas hace ya varias décadas, cuando Chubut solo era un player secundario de la industria. Se las construyó para que refinen el petróleo de Neuquén, que hasta mediados de la década pasada era el líder indiscutido entre los productores petroleros. Por eso, hoy no hay refinerías capaces de procesar todo el crudo que aporta la cuenca del Golfo San Jorge, que cubre Chubut y el norte de Santa Cruz. Y entonces las petroleras se ven obligadas a exportar los excedentes que no pueden ser colocados en las destilerías locales.

Sin embargo, el Gobierno también suspendió el programa Refinación Plus, que otorga incentivos económicos y financiamiento estatal para las empresas que inviertan para incorporar capacidad de refinación. La decisión afectó a YPF, Esso, Petrobras, PAE, Sinopec, Total y Pluspetrol con el objetivo de ahorrarle al Estado una erogación de 2.000 millones de pesos y a raíz de percibir “un cambio en las condiciones de mercado”.

La medida complicó los planes de YPF, la mayor petrolera del mercado, que tiene comprometidas inversiones por u$s 866,77 millones bajo la órbita del programa creado para solventar la ampliación de las destilerías. Del total de los desembolsos, previstos para incrementar la capacidad de las plantas de Ensenada y Luján de Cuyo, YPF ya colocó u$s 440,4 millones, según informaron desde la Secretaría de Energía.

También afectó a Petrobras, que en enero colocó bajo el paraguas del Refinación Plus un proyecto de US$ 146 millones para agrandar su destilería de Bahía Blanca, a fin de incrementar en un 50% la producción de gasoil y en un 60% la destilación de naftas. Pero con el cambio de escenario no está claro qué sucederá con la iniciativa.