Por falta de insumos, Mondial suspendió la producción de sus motos

Las restricciones a las importaciones siguen generando problemas en la industria automotriz. Luego de los problemas en Fiat, la firma Juki -que produce las motocicletas Mondial y tiene la representación de Kawasaki- debió suspender turnos en su planta de Ramos Mejía por falta de insumos. "Tenemos 5.080 motos paradas en la Aduana y eso nos provoca problemas financieros", reconoció su gerente general.
La compañía Juki, fabricante de las motocicletas Mondial y representante comercial de Kawasaki en Argentina, debió suspender turnos en su planta de Ramos Mejía, lo que generó la desvinculación de al menos 24 empleados. Los trabajadores aseguran que los problemas se profundizaron con las restricciones a la importación que impulsa el Gobierno.

Desde la firma, sin embargo, prefieren evitar cualquier cruce con las autoridades del Poder Ejecutivo, y en especial con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, principal impulsor de estas políticas. Acaso sea esa la razón por la cual no atendieron los reiterados llamados de La Política Online.

Ayer, el generente general de la empresa, José María Maggiani, quiso despegarse de la polémica y aseguró que los turnos se suspendieron porque no eran habituales, sino que eran sobreturnos que se agregaron en octubre y diciembre por picos de demandas. Pero también comentó: "Tenemos 5.080 motos paradas en la Aduana y eso nos provoca problemas financieros".

"Nos dijeron que si el 2012 venía bien, había renovación de contratos, pero todo se terminó el jueves 29 de diciembre de 2011", se quejaron los trabajadores desvinculados. Es que la eliminación de esos turnos sobreturno implicaron, por el momento, la desvinculación de 24 personas.

El martes y el miércoles, Fiat también había decidio frenar la producción en su planta de Córdoba por la falta de insumos. En ese caso, son cerca de 4000 mil los trabajados que están vinculados a la firma italiana. La reacción del Gobierno fue instantánea, y la ministra de Industria, Débora Giorgi, dijo que la empresa de Ratazzi tenía una "actitud mezquina".

El Gobierno interpretó que Fiat estaba presionando para que se modifique la política de control en las importaciones. "Es incomprensible la actitud del grupo Fiat de parar la producción con el consabido perjuicio que esto le ocasiona a sus trabajadores. Argumentan un supuesto faltante de piezas ocasionado por una modificación en el sistema de importación, cuando se tienen pruebas fehacientes de que los requerimientos que la empresa realizó el viernes pasado para importar partes y piezas fueron liberados en gran parte", explicó Giorgi en un comunicado.