Boudou elude el bloqueo de Moreno y usa Mac

Mientras el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, profundiza su política de restricción a las importaciones, el vicepresidente Amado Boudou disfruta de los últimos lanzamientos de Apple, productos que en los locales tecnológicos argentinos escasean. Exhibe una costosa iMac en su despacho y lleva a todos lados su Ipad 2. El recuerdo de los habanos de JFK antes de firmar el bloqueo a Cuba.
John F. Kennedy levantó el teléfono y llamó a uno de sus más cercanos colaboradores. "¿Hiciste lo que te pedí?", le preguntó, con el lenguaje y el tono enigmático que se utiliza cuando hay que resolver cuestiones de Estado. "Sí, señor", le contestó su secretario. Pocas horas después, el entonces presidente de los Estados Unidos firmaba el histórico embargo comercial, económico y financiero a Cuba, que se sostiene hasta hoy, más de 50 años después.

Este diálogo -siempre difícil de comprobar, tratándose de la máxima autoridad estadounidense- es el que habría tenido JFK con un asistente de confianza para atesorar una inmensa cantidad de cajas de habanos, confesa debilidad del jefe de Estado. Estaba por prohibir el intercambio para el resto de los norteamericanos, e incluso él dejaría de comparlos, pero antes se aseguraba una buena cantidad de los mejores cigarros del mundo.

En la Argentina de las restricciones a las importaciones, sucede algo parecido. Mientras el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, avanza con su política de control a la compra de productos que provienen desde el exterior, el vicepresidente -presidente en ejercicio por la licencia de Cristina Kirchner- exhibe su lujosa iMac en su despacho y pasea con su costosa Ipad 2. No corre la misma suerte el intendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, quien -como se observa en la imagen de apertura- "sólo" pudo comprar el modelo anterior, la ya "antigüa" Ipad 1.

Lo cierto es que estas medidas, siempre polémicas, no sólo afectan a la industria local, que en un gran porcentaje depende de los insumos que se importa de otras economías. También impactan contra los usuarios que desean consumir productos del exterior. Acaso sean los fanáticos de la tecnología los que más sufren estos controles. Queda en evidencia que el ex ministro de Economía no es uno de los perjudicados.

"Era una cabeza importante, uno de los hombres que más ha investigado. Me hubiera gustado conocerlo", recordó Cristina con admiración al fundador de Apple, Steve Jobs, al siguiente de su fallecimiento, y nada menos que durante la inauguración del Polo Científico Tecnológico en las ex bodegas Giol de Palermo.

Más allá de la supuesta admiración presidencial, las políticas de Guillermo Moreno incluyeron a los productos de Apple y la marca de Jobs tiene problemas para ingresar al país desde hace casi un año, cuando empezó a cerrarse la frontera para sus preciados productos. No importó que su consumidores sean una pequeña elite, que represente un ínfimo procentaje del mercado de computadoras portátiles.

Cuando se decidió avanzar con esta estrategia proteccionista, el propio Guillermo Moreno, junto con la ministra de Industria, Débora Giorgi, le propusieron a Apple que acepte ensamblar sus productos en Tierra del Fuego, como ya lo estaban haciendo otras compañías. Pero pese a las presiones, la firma de Jobs se negó.

La Política Online pudo contastar estas restricciones en los dos principales firmas comercializadoras de Apple, Maxim y Mac Station, donde la gran mayoría de los modelos escasea. En los locales se exhiben, por ejemplo, las Macbook, pero cuando se intenta consultar por alguna de ellas, los vendedores responden con un decepcionante: "Sólo nos quedan las Mac de escritorio, no hay Macbook en venta".

Las ventas se redujeron notablemente por las largas demoras que sufren los compradores para recibir su Apple. Pero también por el riesgo que implica comprar un producto de la firma de Jobs y no tener garantías en torno a los repuestos, que también quedan demorados en las fronteras.