Cristina respaldó a Recalde y agravó la pelea con los gremios

Inauguró un hangar de Aerolíneas en Aeroparque y acusó a los sindicatos de hacer "boicots encubiertos". Se hizo cargo de la gestión del presidente de la compañía, disparó contra Cirielli y volvió a aludir con ironías a Moyano. "Hay que convencerlo para que trabaje", dijo.
Cristina Kirchner pronunció hoy un extenso discurso con durísimas críticas a los gremios y un manifiesto apoyo al titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, en el centro de las críticas por las demoras y suspensiones de vuelos en los últimos meses, así como un déficit escalofriante que ronda los 2 millones de dólares por día.

En Aeroparque, donde lideró un acto para inaugurar un hangar de Austral que según los técnicos en realidad es apenas una reacondicionada intalación de más de trés décadas, la Presidenta se sacó las ganas en su pelea conra los gremialistas del sector. "Son boicots encubiertos. No son acciones declaradas y abiertas. Son vuelos que no salen, vuelos que no llegan, vuelos que se caen. Hacen lo mismo que se hacía en aquella época que se vaciaba la empresa. ¿Pero hacerlo ahora con un gobierno democrático que recuperó la línea de bandera?", se preguntó.

La presidenta apuntó contra los pilotos, agrupados en Apla y Uala, gremios enfrentados que protagonizaron varias medidas de fuerza. Papeles en mano, recordó que, según le informaron, hubo pilotos que en 2008 frenaron los vuelos en Roma y en Auckland, porque tenían “colitis”, justo “en lugares donde no podíamos llegaron con médicos”, se lamentó.

Sus principales blancos fueron Ricardo Cirielli, titular de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y Hugo Moyano, para quien tuvo otro golpe sutil, un clásico de cada acto público. Esta vez lo recordó cuando contó que un pasajero le había contado que un vuelo se demoró por falta de catering,

"Eso es por otro bloqueo”, recordó con sorna, en clara alusión a la disputa de camioneros para tener bajo su órbita a los empleados que trasladan los menúes a los aviones de la empresa suiza Gate Gourmet.

A Cirielli los silbaron los presentes, en su mayoría empleados agrupados en la Asociación de Personal Aeronáutico (APA). "Hay que convencerlo para que trabaje", señaló y recordó que no tomó descanso tras quedar viuda: "Yo tuve a mis hijos hechos pelota y salí a hacerme cargo de la Argentina".

Cristina llamó a "reflexionar" a los seis gremios que operan en Aerolíneas y respaldó a Recalde, cuya gestión enfrenta durísimos cuestionamientos y esta semana fue virtualmente intervenida por el ministro Julio de Vido. "A Recalde lo nombré yo, no el Espíritu Santo. El plan presentado la semana anterior fue elaborado y consultado conmigo en Olivos antes de ser enunciado. A no confundirse. Yo decido por mandato popular", enfatizó.

Además, dedicó un tramo a recitar los salarios promedio de los empleados de cada gremio: 11 mil para los de Apa, 16.600 en Apta (los controladores, de Cirielli), 21 mil Upsa (personal técnico), 12.760 en servicio de abordo, 37.800 los pilotos de Apla (a cargo de Jorge Pérez Tamayo, otro moyanista) y 38 mil los de Uala.

Cristina Kirchner aprovechó además para responder a la vicejefa porteña María Eugenia Vidal que comparó al Subte con Aerolíneas, al fundamentar su rechazo a un traspaso apresurado.

"Por ahí, cuando una escucha que no se pueden hacer cargo de los subtes, administrados por una empresa nacional solvente, con un solo gremio, con una buena situación económica, quiero recordarles a todos los argentinos y a quienes tienen responsabilidades sindicales e institucionales en qué momento esta Presidente se hizo cargo de una compañía quebrada, vaciada, sin aviones", señaló.