Auditoria de la Ciudad

El macrismo y el kirchnerismo acordarían el reparto de cargos en la Auditoría General

En diciembre se renuevan los 7 puestos del Colegio de Auditores, presidido por el Frente para la Victoria, que podría negociar con el PRO para desplazar a Proyecto Sur en la nueva conformación del organismo de control del sector público. Quiénes se irían y quiénes renovarían su mandato.
El nuevo trato amigable que parece gestionarse entre el PRO y el kirchnerismo, podría tener su correlato en el reparto de cargos en los organismos de la Ciudad, como explicó este medio en la nota referida a la definición de los nuevos miembros del Consejo de la Magistratura.

La relación entre el macrismo y la oposición tendrá un nuevo escenario de rosca en el reparto de autoridades de la Auditoría General, que como indica la propia Constitución de la Ciudad, ejerce el control externo del sector público en sus aspectos económicos, financieros, patrimoniales, de gestión y de legalidad.

La Auditoría está integrada actualmente por 3 auditores generales del kirchnerismo (Sandra Bergenfeld, Josefina Prada y Adriano Jaichenco); 3 del PRO (Santiago De Estrada, Juan Carlos Toso y Alejandro Fernández) y una de la Coalición Cívica (Paula Oliveto Lago).

La presidencia le pertenece a Bergenfeld, que es del sector de Amado Boudou y buscará aprovechar el ascenso del candidato a vicepresidente como jefe del kirchnerismo porteño para mantenerse en ese puesto.

El mandato de los 7 auditores vence el 9 de diciembre y para saber cómo se conformarán esos cargos primero el macrismo deberá acordar con la oposición el método a utilizar para el reparto.

La relación de fuerzas

Dependiendo si se toma la actual relación de fuerzas de la Legislatura como criterio para el reparto o si en cambio éste se ajusta a la nueva conformación del cuerpo deliberativo tras el recambio del 10 de diciembre, variará la cantidad de auditores que tendrá cada partido.

Si se toma al año 2007 como antecedente, el reparto de cargos de la Auditoría se hizo en octubre, con la composición legislativa anterior al gobierno de Macri. En ese entonces, el PRO pudo haber colocado a 4 auditores, pero tras discusiones que se dieron hasta horas de la noche en el Palacio Ayerza, le cedió un cargo al Frente para la Victoria –que ocupó Prada–, con la condición de que Bergenfeld fuera la presidenta del organismo.

Con la correlación de fuerzas que actualmente se configura en la Legislatura, el PRO conservaría 3 auditores; la segunda minoría, que es Proyecto Sur se quedaría con 2; la Coalición Cívica retendría la que tiene y el kirchnerismo se quedaría sólo con una.

Pero al parecer, ni en el macrsimo ni en gran parte de la oposición quieren que eso suceda. Es que como la presidencia de la Auditoría le corresponde a la primera fuerza de la oposición, en este caso ese puesto le correspondería al turbulento Proyecto Sur.

En el macrismo prefieren que continúe Bergenfeld, o en su defecto cualquier otro dirigente del kirchnerismo, una fuerza mucho menos intransigente a la hora de negociar que el partido de Pino Solanas.

Como salvoconducto, en el kirchnerismo podrían ampararse en el artículo 136 de la Constitución de la Ciudad, que establece que los “miembros serán designados a propuesta de los legisladores de los partidos políticos o alianzas de la Legislatura, respetando su proporcionalidad”. La alianza, en este caso, se traduciría en la formación del interbloque que viene explicando LPO.

Si apura la creación del interbloque, el kirchnerismo no sólo podrá negociar con mejores perspectivas los puestos en la Auditoría, sino también podrá cerrar sin problemas el desembarco de Juan Manuel Olmos en el Consejo de la Magistratura y el reparto de cargos en otros organismos de la Ciudad como Corporación Sur, el IVC y acaso el nuevo Consejo Económico y Social aprobado por la Legislatura en 2009.

Si el kirchnerismo logra juntar 8 legisladores antes de diciembre, no tendrá inconvenientes en quedarse con 2 auditorías, incluida la presidencia. El PRO se quedaría con las 3 que tiene, y la Coalición y Proyecto Sur se repartirían un puesto para cada uno.

Pero si el PRO acuerda con la oposición que el reparto se haga acorde a la composición de fuerzas posterior al 10 de diciembre, la Legislatura deberá aprobar una prórroga para todos los auditores actuales.

En ese caso, el reparto sería más simple: con el interbloque K consolidado como segunda fuerza, la presidencia la retendría el Frente para la Victoria, que podría aspirar a conservar los 3 auditores, si es que el PRO vuelve a cederle un cargo como en el 2007. Proyecto Sur se quedaría con el puesto que hoy tiene la Coalición Cívica, desplazada a partir de diciembre.

Los auditores

De los tres auditores que tiene el PRO, dos tienen la continuidad prácticamente asegurada. Santiago De Estrada tiene diálogo directo con Macri –se reunieron en los últimos días tras el regreso del jefe de gobierno porteño– y renovaría sin problemas. El ex diputado porteño respalda además a Alejandro Fernández, que responde al legislador Cristian Ritondo y también estaría firme en su lugar.

No es el caso de Juan Carlos Toso, hombre del riñón del ministro de Educación, Esteban Bullrich. Es que Toso fue designado auditor en abril de 2007, en reemplazo del fallecido Nicolás Corradini.

Como luego fue confirmado en su puesto por cuatro años más, se encuentra en un embrollo jurídico, puesto que los 7 meses que ejerció en 2007 podrían ser considerados como un primer mandato y por ende, al cumplir ahora su segundo mandato, no podría renovar.

Si bien Toso podría apelar a algún artilugio legal, su situación ya motivó versiones de reemplazo. Quien por estas horas suena como un candidato para ser auditor es el legislador Martín Borrelli, que debe abandonar la Legislatura en diciembre.

Según algunas versiones, a Borrelli no lo entusiasma mucho la idea de ser auditor, aunque la reciente confirmación de que quedará afuera de la pelea por un lugar en el Consejo de la Magistratura, habría acelerado su desembarco en el organismo de control del sector público de la Ciudad.

Para ese puesto también se barajó el nombre de Soledad Acuña, funcionaria del ministerio de Desarrollo Social y esposa del legislador Diego Kravetz.

Por el lado del kirchnerismo, la única que tiene la continuidad prácticamente asegurada es Bergenfeld. Por el contrario, Jaichenco, que pertenece al gremio UPCN, estaría con un pie afuera. En tanto que Prada debe abandonar su cargo ya que terminará en diciembre su segundo mandato.

Para los reemplazantes en el kirchnerismo parece número puesto el legislador de Nuevo Encuentro, Gonzalo Ruanova, que entraría a la Auditoría sea cual sea el camino que se defina para la repartija.

Si el kirchnerismo logra colocar 3 auditores, la presidencia seguiría en manos de Bergenfeld, que estaría acompañada por Ruanova y posiblemente por Eduardo Epszteyn, el diputado ibarrista que deberá abandonar el recinto en diciembre.

Por otro lado, si la Coalición conserva su lugar, será Oliveto Lago quien continúe en el puesto. En tanto que la auditoría correspondiente a Proyecto Sur podría ser otro terreno de disputa entre Pino Solanas y Claudio Lozano, que se reparten los diputados del bloque en la Legislatura.