Carrió enfrenta el riesgo de una elección testimonial

Representó la oposición más votada en la última década pero no hay encuesta que la de con posibilidad de pelear por el segundo puesto. Su cierre de campaña tuvo casi un tono de despedida. "Hace 17 años que lucho en forma inclaudicable por la verdad", se definió.
La primera edición de las elecciones primarias, abiertas y obligatorias podría quedar en la historia política contemporánea como la de aquellos comicios que marcaron acaso uno de los puntos más duros para la carrera política de Elisa Carrió.

Si se cumplen lo que indican todos los sondeos previos, la chaqueña quedará lejos del segundo lugar que logró en 2007, cuando obtuvo 23 puntos, nada menos que con 4.400.000 votos. Cuatro años antes su debut en las presidenciales había sido con la nada despreciable suma de 2.700.000 mil sufragios en las presidenciables del 2003, un 14% de los votos.

El desempeño de Carrió se completó con elecciones competitivas en Capital Federal, donde casi le gana a Macri en 2005 y quedó tercera en 2009, pero con cerca de 20 puntos.

En las elecciones presidenciales la diputada marcó presencia en provincias y distritos que la tomaron como una de las principales opciones. Estuvo a décimas de ganar Santa Fe en 2003, cuando quedó muy cerca de Menem (25,26 a 25,16). Cuatro años después alcanzó 34,08 en esa provincia, esta vez cerca de Cristina, que terminó con 35,5.

En Córdoba obtuvo casi 20 puntos en 2007, cuando, además, se consolidó como una opción elegida en ciudades grandes del interior de la provincia de Buenos Aires, donde además de quedar segunda con 26 puntos, ganó en La Plata y Mar del Plata, donde ya había punteado en 2003.

La situación actual

“El problema es que ahora la gente la respeta pero ya no la vota. Y ella se equivocó en competir sola”, confió a LPO un legislador que la acompaña desde 2003 e identifica como otro problema a los “si lilitos”, quienes “la rodean y sólo le dicen que sí”.

A esos le adjudica la decisión de no hacer alianzas justo en una elección en la que su imagen decayó. “No vamos a llegar al piso en muchos distritos, es un desastre”, se alarman en la Coalición Cívica, que temen quedar afuera de las generales en algunos municipios -y acaso provincias- por no alcanzar el piso mínimo de 1,5% de los votos que fija la nueva ley electoral.

Un dato central en el pesimismo que hoy embarca a la Coalición Cívica es la escasa penetración de su candidato a gobernador Juan Carlos Morán en el electorado bonaerense, que concentra el 40% del padrón nacional. "Estamos en problemas serios, hay grandes franjas de la sociedad que ni siquiera lo conocen", reconocieron fuente de la fuerza que lidera Carrió a LPO.

Acaso un anticipo de ese riesgo se observó en las recientes elecciones de Córdoba, donde los candidatos de Carrió no alcanzaron el 1% de los votos en en lo que fue su bastión, la Capital Federal, donde la senadora María Eugenia Estenssoro apenas obtuvo el 3,32% de los sufragios.

La actitud principista de Carrió, refractaria a todo acuerdo con el radicalismo y el socialismo, con los que había contruido en la anterior elección el exitoso Acuerdo Cívico y Social, acaso la llevaron a refugiarse en los más incondicionales apostando a una traslación de votos de su figura hacia sus candidatos, que hasta ahora no se está verificando.

La situación actual también pareciera confirmar que la ruptura de Margarita Stolbizer fue una pérdida vital para la fuerza de Carrió, que de la mano de las sucesivas candidaturas a gobernadora de esta diputado supo crecer en la provincia de Buenos Aires.

Hoy en el interior de la Coalición Cívica, apenas se conforman con qued hagan una buena elección las listas de diputados nacionales que encabezan en Capital y Provincia, Patricia Bullrich y Mario Llambias.

Como sea, el cierre de campaña de Carrió dio muestras de ese escenario. En el Palacio Rodríguez Peña y ante 400 seguidores, la diputada no sólo realzó los valores que le permitieron adueñarse de una porción del electorado, sino que recordó su historia política, casi en tono de despedida o justificación.

“Hace 17 años que vengo luchando en forma inclaudicable por la verdad”, se presentó. Vestida con un pantalón y saco azul, Carrió pronunció un que mezcló la melancolía con reiteradas menciones a Dios. Recordó su "dolor por la traición de la Alianza" y sentenció: "No se ama cuando se usa a los otros solo para ganar una elección o conservar el poder".

"Si hubiéramos querido solo obtener votos, hoy estaríamos hundidos en la corrupción de los Duhalde, de la Alianza o el kirchnerismo", se justificó.