Los economistas k dicen que país está preparado para defenderse de la crisis internacional

El equipo de economistas ligado al gobierno nacional explicó en un congreso de la industria metalúrgica porqué la Argentina está a resguardo de la crisis internacional. Criticaron los ajustes decididos en Europa y Estados Unidos. Una vez más, la inflación quedó afuera del debate.
Durante todo el día se llevó a cabo en Parque Norte el Segundo Congreso Metalúrgico, cuyo cierre estuvo a cargo de Cristina Kirchner y por el que pasaron las empresas más importantes del sector, los ministros Amado Boudou y Debora Giorgi y el secretario General de la UOM, Antonio Calo.

Pero acaso lo más interesante no estuvo en los discursos de los funcionarios, sino en la mirada de los economistas kircheristas sobre la situación actual y los eventuales efectos de la crisis internacional que por esos momentos rebotaba en las pantallas de los plasmas.

Miguel Peirano, Matías Kulfas e Ivan Heyn fueron algunos de los expositores del encuentro organizado por Juan Lascurian, titular de Adimra. Los expositores pusieron particular énfasis en las medidas tomadas por el gobierno nacional para reducir los efectos de la crisis internacional en el país y los logros alcanzados por la economía argentina desde el 2003, aunque evitaron hablar de la inflación.

Durante la mañana Boudou explicó que “La argentina pudo sortear la crisis internacional de 2008 y 2009” porque “se había preparado los años anteriores”. Defendió las últimas medidas del gobierno como el aumento de las jubilaciones y habló de la previsibilidad actual de la economía nacional.

Por su parte, Miguel Peirano, presidente del IDISA (Instituto para el Desarrollo Industrial y Social Argentino), criticó fuertemente en su intervención a los organismos internacionales y países desarrollados por recomendar políticas que perjudican a las economías emergentes y agudizan los efectos de la crisis. El ex funcionario nacional puntualizó la importancia del mercado interno para continuar con el desarrollo económico y destacó la integración del MERCOSUR “pero no con el carácter liberal de la década del noventa”

Antonio Calo, otro de los disertantes del panel y actual Secretario General de la UOM, habló de “los delegados que no entienden lo que es discutir el salario”. El dirigente gremial criticó a “quienes piden los máximos salarios, porque perjudican al país” y consideró que “si hay conflictos cuando se va a negociar el salario, es porque el país no está bien”. Sin embargo consideró positivo que “los sindicatos sean poderosos” porque implica que “las empresas también son poderosas” y esto es una buen síntoma de la salud de la economía.

En el siguiente panel Ivan Heyn explicó que las respuestas a la crisis fueron mejores en los países en desarrollo, donde se alcanzaron altas tasas de crecimiento, que en las economías desarrolladas, en donde el crecimiento fue muy bajo. El actual apoderado de ALUAR postuló que “vamos hacia un mundo mucho más protegido” en relación a las medidas proteccionistas “generalizadas en todo el mundo”. Además comentó que “la inversión pública casi se cuadruplicó” y que es necesaria “la articulación entre el sector público y el privado”. En ese sentido recalcó el rol que cumplen los fondos de la ANSES en fomentar mayores inversiones productivas.

Luego fue el turno del actual director del Banco Nación, Matías Kulfas. Su exposición se centró en refutar algunas opiniones difundidas en el último tiempo con respecto a los niveles actuales de producción, empleo y productividad. “Esta es la primera vez en tres décadas en que existe crecimiento del empleo y la producción” declaró. Además mencionó que la productividad tuvo un crecimiento del 4,6% en la década frente al 3,4% de la anterior, que “en realidad era provocada por la mayor cantidad de despidos”.

Kulfas también expresó que el empleo formal está gozando de una tasa del 5% de crecimiento anual y un 6% en la del crecimiento en el uso de la capacidad instalada, consecuencia de “una mayor inversión y más producción y productividad”. Por último comparó las exportaciones de la Argentina con las del resto de los países latinoamericanos y concluyó que “nuestro país es el único que no ha desindustrializado sus exportaciones”, lo cual reforzó con el dato de que un cuarto de la producción industrial es exportable.