Macri arrolló a Filmus en el ballotage porteño

El jefe de gobierno le ganó al candidato kirchnerista por 64,3 a 35,7 por ciento, una diferencia aún mayor que en 2007. El PRO calcó los preparativos de la primera vuelta en Costa Salguero y envió un mensaje de diálogo al Gobierno nacional, que respondió con las felicitaciones telefónicas de Cristina y de Scioli.
Como se esperaba, Mauricio Macri le ganó el ballotage porteño a Daniel Filmus con facilidad. Los números finales arrojaron una diferencia de casi 30 puntos -64,3  a 35,7 por ciento-, por lo que el jefe de gobierno mejoró incluso su performance de 2007 contra el mismo rival.

Quizás por cábala o simplemente porque no había necesidad de cambiar algo que había funcionado, el festejo del PRO en Costa Salguero fue prácticamente un calco al que ya se había dado el pasado 10 de julio.

Estuvieron los mismos dirigentes pululando por el pabellón 6 del complejo y los personajes pintorescos como el mago Sin Dientes, se agasajó a todo el mundo con la misma comida y se escuchó la idéntica música que eligió el partido amarillo para coronar a su líder, Mauricio Macri, tres semanas atrás.

Esta vez el triunfo era tan anunciado que ni bien pasadas las 18, cuando en las pantallas gigantes dispuestas alrededor del escenario en el que Macri volvió a bailar Gilda se exhibió el anuncio de la efectiva reelección del jefe de gobierno, los militantes ni se inmutaron.

El calor del triunfo se hizo notar recién después de las palabras de Horacio Rodríguez Larreta, visiblemente eufórico por la holgada victoria sobre Daniel Filmus.

El ambiente, sin embargo, nunca llegó a tener una mínima cuota de suspenso que sí había tenido el 10 de julio, cuando al menos hubo que esperar varias horas para saber cuántos cargos legislativos y comunales se repartía cada fuerza.

El momento más animado se dio lógicamente con la aparición de Macri, cerca de las 21, que curiosamente despertó la mayor ovación de la noche cuando dijo que agradecía el llamado de Cristina Kirchner.

En su breve discurso, ya propio de un político –dijo que el suyo fue un triunfo “de una forma de hacer política”–, el jefe de gobierno anunció que mañana empezará a reunirse con los candidatos presidenciales "incluida la presidenta”.

Fueron gestos importantes hacia Cristina, sólo opacados con un claro dardo que Macri coló en su discurso: “es tan importante que los líderes de Argentina aprendamos a ser humildes porque es fácil ante un éxito caer en la soberbia", advirtió.

Presencia extrañaEntre las variopintas figuras que se acercaron al búnker del PRO para sumarse a la fiesta por la victoria de Macri, se pudo ver al fiscal Carlos Stornelli.Su aparición generó sorpresa en los dirigentes macristas, puesto que el hombre estaba retirado de la política tras abandonar el ministerio de Seguridad de la provincia que gobierna Daniel Scioli.

Y después, ahorró un párrafo para los palazos que recibieron los propios porteños por parte de figuras emparentadas al kirchnerismo luego de la primera vuelta. "Los enemigos de esta ciudad no pueden ser otros porteños, piensen como piensen”, dijo el jefe de gobierno.

Esas palabras resonaron una vez que terminó de hablar, cuando comenzó a sonar en el búnker el tema “Dale alegría a mi corazón”, de Fito Páez, autor de una de las frases más polémicas del último tiempo.

“Nosotros mostramos la otra mejilla”, se vanagloriaban en Costa Salguero. El mensaje de paz y amor, no por trillado, dejó de ser efectivo para el macrismo.