El amplio triunfo de Macri coloca a Filmus frente a otra derrota en el ballotage

El jefe de Gobierno le sacó casi 20 puntos a Filmus y se ubicó en la orilla del 50 por ciento que necesita para ganar el ballotage. Además, ya recibió el respaldo de Carrió, Duhalde y Alfonsín y ganó en todas las comunas. El kirchnerismo mete 9 legisladores, pero se expone a una nueva derrota a días de las primarias.
Mauricio Macri obtuvo esta noche un triunfo impactante, que superó hasta los guarismos más pesimistas que manejaba el kirchnerismo. Al haber superado el 46 por ciento de los votos, la discusión sobre la distancia sobre Filmus, empieza a perder densidad, aunque en ese renglón también ganó: le sacó más de 19 puntos.

Tan aplastante fue su triunfo que ganó en las 15 comunas de la Ciudad y estaría sumando más legisladores de los que puso en juego. Este resultado lo consolida además como la estrella electoral exclusiva del Pro y le permite liberarse de ese estigma que afirmaba que en rigor era Gabriela Michetti la que tenía los votos. No hay más que mirar los carteles de campaña, monopolizados por su foto "con la gente" para confirmar la búsqueda de ese objetivo.

En el plano interno, la campaña reposiciona a Marcos Peña -especialmente mencionado por Macri en los fetejos- que cargó con el lastre de ser el "culpable" que convenció a Macri a de bajarse de la presidencial. El secretario General apostó fuerte por reelegir en la Ciudad y arriegó con una campaña "colorida", minimalista, casi fotográfica, que terminó funcionando.

En el otro extremo, los encuestadores y sociólogos que integran el equipo de campaña de Daniel Filmus, como anticipó LPO, habían situado una barrera última para que enfrentar el ballotage tuviera algún sentido: 12 puntos máximo de distancia. Si respetan su propio libreto, no sería extraño que en los próximos días el candidato kirchnerista anuncie que renuncia a pelear la segunda vuelta. Para que se entienda de los 25 puntos en juego, para ganar en le ballotage Macri tiene que conseguir poco menos de tres puntos y Filmus más de 22.

Es que la aventura de pelear el ballotage tiene un costo adicional para el gobierno nacional al que ya está pagando esta noche: enfrentaría casi con seguridad una nueva derrota apenas 14 días antes de las primarias de agosto, donde Cristina enfrenta la parada brava de demostrar que efectivamente ronda los 40 puntos a nivel nacional, como viene instalando la Casa Rosada.

No parece la mejor idea para potenciar las chances en las primarias, someterse a una nueva derrota, que ocupará la tapa de los principales diarios, dos semanas antes de ese desafío.

Algunos líderes opositores seguramente se apresurarán a extrapolar lecturas nacionales de este triunfo de Macri –Alfonsín, Carrió, Duhalde y De Narvaez ya lo hicieron y respaldaron al jefe de Gobierno-, para poner en crisis la idea de la invencibilidad de Cristina en octubre.

El argumento es atendible, pero habría que introducirle algún corchete de importancia. Como se dio cuenta hace bastante tiempo Jaime Durán Bárba, Macri y Cristina comparten muchos votantes en la Ciudad. En el Pro estiman que entre un 15 y un 20 por ciento. Se trata de una síntesis que hacen los ciudadanos y tal vez un voto por mantener el status quo –en Nación y Ciudad- que acaso también arroja lecciones para la Casa Rosada.

Es decir, no termina de quedar claro que la declamación en favor de la “profundización” del modelo -que remite a la pelea con el campo-, los discursos endogámicos de Filmus, Tomada y Cabandié, la exaltación de La Cámpora, la reivindicación reiterada de la “épica” setentista, el revanchismo, sean la mejor idea para sumar en la Ciudad esos votos que Cristina tendría a nivel nacional. Si es verdad que la Presidenta orilla los 40 puntos, algo falló en la campaña, el discurso y los candidatos elegidos para la pelea porteña.

Acaso al kirchnerismo le faltó apertura, humildad y sobre todo orejas para escuchar al electorado que pretendía conquistar. Para decirlo más claro: da la impresión que los kirchneristas “puros” no terminan de visualizar que acaso grandes franjas de la sociedad no los ve, como ellos se ven a si mismos. Trasladado a los números: el camporista Juan Cabandié sacó apenas 14 puntos, la mitad de Filmus.

Es que la imagen de Cabandié reivindicando “la política”, en una generalización tan falta de sentido que bien podría haber enarbolado el rabino Sergio Bergman; afirmando en un desafío brumoso que ellos siempre dijeron “la verdad” de lo que pensaban; acaso exponen la falta de sincro que se percibe en el discurso kirchnerista.

Misma distorsión que exhibió un demacrado Filmus al afirmar como en un remix del 2007, que tenían muchos motivos para "festejar", después de haber perdido una elección por más de 19 puntos. Como si aún en la derrota, les fuera imposible reconocer los errores.

Como si el “relato” al que tanto entusiasmo le dedican, fuera un ruido de fondo que lejos de favorecer, molesta a la hora de valorar las cosas, que es evidente, parte de la sociedad le reconoce al gobierno nacional. Como si toda la exhaltación de La Cámpora, la “lucha” contra las corporaciones, el “cristinismo” naciente, no fueran más que interferencias que suman fastidio y restan votos, de aquellos que respaldan la mejora del empleo y el crecimiento económico, por caso.

Y en el mismo sentido, Macri tal vez haya sido beneficiado por el rechazo a los aspectos mas agresivos de una fuerza que buscó demonizarlo, y que de manera monótona le boicotea donde y cuando puede, la gestión.

Dicho de otra manera: ¿Las tomas de las escuelas de la última semana cuantos votos le agregaron a Macri? ¿Quién fue el genio que imaginó que extremar las hostilidades iba a beneficiar a Filmus?

El candidato del Frente para la Victoria explicó que el kirchnerismo  hizo su mejor elección en la Ciudad, que subió de los 24 puntos del 2007 a poco más de 27. Suena a premio consuelo para una fuerza que se dice con vocación de mayorías.