La estrategia del candidato único y el riesgo de adelantar el ballotage

Los sectores empresarios que lidera Techint impulsan la unificación de las propuestas opositoras detrás del radical Ricardo Alfonsín. Porque esta estrategia de adelantar el ballotage es evaluada como un suicidio político. Las opciones que estudia Macri.
Está claro que en el último año Techint y el grueso del empresariado opositor que lo sigue en sus aventuras políticas, le regalaron al gobierno una sucesión de torpezas y jugadas contraproducentes que ni el más optimista de los kirchneristas hubiera imaginado.

Sin embargo, como decía un anciano general “no hay peor cosa que los torpes con iniciativa”. Y en esa dinámica voluntariosa, ahora la siderúrgica avanza con la estrategia del “candidato único”, como la bautizó Lilita Carrió.

La propuesta, como anticipó La Política Online, consiste en unificar a toda la oposición detrás de un único candidato que enfrente a Cristina y el elegido es Ricardo Alfonsín.

Como el hijo del ex presidente no es ni fue uno de esos políticos que el grupo de Paolo Rocca tiene de a montones en sus bolsillos, pero es el único más o menos competitivo que quedó en pie, ahora optaron por un camino que podría sintetizarse: “Sino tenemos al candidato, al menos tengamos su gobierno”.

Y en esa línea ya pujan para colocar en los dos cargos más importantes de la administración nacional –de un eventual gobierno del radical-, a dos de sus hombres de mayor confianza: Ricardo Lavagna como ministro de Economía y Ernesto Sanz como jefe de Gabinete. Se sabe de la cercanía de ambos con Techint.


Reparos opositores


“Están locos, no entienden nada de política, no se dan cuenta que siguen siendo funcionales a Cristina”, afirmó a La Política Online un destacado dirigente del PRO que recorre con naturalidad las cúpulas empresarias.

La crítica apunta a Paolo Rocca, pero sobre todo a su ministro del Interior, el director de Asuntos Corporativos, Luis Betnaza. Es que la unificación de la propuesta opositora, no haría otra cosa que anticipar el ballotage. Obligaría a la población a elegir entre Cristina y Alfonsín, con un pequeño detalle que parece haberseles escapado a los estrategas de la candidatura única.

Si polarizan la elección en la primera vuelat, no sólo que subirán los votos de Alfonsín, pero también los de Cristina que podría ganar así superar los 45 puntos y ganar vuelta; sino que además que es en ese turno que se eligen los diputados nacionales.

“Si polarizan, esto puede terminar 60 a 40 y ahí si el kirchnerismo va a meter diputados nacionales a paladas y después van a tener las mayorías para reformar la Constitución y buscar la reelección indefinida”, alertó la fuente.

Por eso, en los sectores más sensatos de la oposición tratan de explicarle a los hombres de negocios, que lo razonable sería diversificar en el primer turno electoral la propuesta opositora para que el votante que no comulga con Alfonsín, encuentre diagonales que lo alejen de un voto a Cristina como el mal menor.


Las opciones de Macri para octubre


En ese marco, un capítulo no menor es que hará finalmente el líder del Pro, si es que hace algo. El tema se está discutiendo por estas horas en la mesa política nacional del macrismo que integran cinco dirigentes: los peronistas Humberto Schiavoni y Emilio Monzó; Jorge Macri y Federico Pinedo y el ministro de Desarrollo Económico, Francisco “Pancho” Cabrera.

En esa mesa hoy las opciones para octubre son las siguientes: Schiavoni y Monzó proponen armar una fórmula encabezada por Felipe Solá e ir a un acuerdo o interna con Duhalde y Rodríguez Saá, para presentar en octubre una fórmula peronista-pro de “centro”.

El problema –para los puros del Pro- es que Solá suele descolgarse con declaraciones que desperfilan el ideario de la fuerza, como los elogios a Néstor Kirchner y posiciones sobre temas delicados como la inseguridad, más cercanas al progresismo que al macrismo. Es decir, temen quedar atrapados detrás de un candidato presidencial que contradiga en la campaña el discurso del macrismo, y esto les enajene su propia base electoral.

Para zafar de ese riego, Pinedo propone ir con una fórmula Pro “pura” encabezada por él junto a Gabriela Michetti, por ejemplo. Mientras que Jorge Macri y Cabrera empujan el acuerdo con Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez.

Cabrera fue CEO de La Nación y no se mueve con naturalidad entre el alto empresariado, sino que es uno de ellos. De manera que se entienden sus preferencias por la estrategia del candidato único que empuja Techint. Lo curioso son las razones que esgrime Jorge Macri para acordar con Alfonsín y De Narváez.

El primo de Macri quiere ser intendente de Vicente López y sabe que con un acuerdo con el radicalismo –que pesa en ese municipio-, mas el arrastre del “colorado”, tiene chances de ganar. Acaso sea el único que hasta aquí haya esgrimido un argumento político atendible para justificar la alquimia. Claro que definir una estrategia nacional por un objetivo municipal puede parecerle a algunos una desmesura ¿Pero no es acaso un gesto de político consumado buscar el propio provecho en la confusión general?