Diputados avanza con la despenalización del aborto y complica a Cristina

La presidenta adelantó su rechazo en la apertura de sesiones, aun cuando varios legisladores oficialistas impulsan la iniciativa, a la espera de tratamiento en la Comisión de Legislación Penal. Como con el matrimonio gay Liliana Negre y Chyntia Hotton lideran negativa. Cobos también mostró su oposición.
Hace un año, Néstor Kirchner aceptó avalar, con voz y voto, el proyecto para habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo, decisión que le permitió recuperar simpatía en sectores progresistas que parecían abandonarlo.

A meses de los comicios en los que buscaría su reelección, Cristina Kirchner está en la situación inversa: su oposición al proyecto para despenalizar el aborto, pronto a tratarse en Diputados, la enfrenta a los mismos sectores que aplaudieron la vocación del Gobierno por ampliar las opciones maritales.

La mejor muestra de esa contradicción es el archivo del sitio web de la Asociación de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización, donde se encuentra un pésame por la muerte de Kirchner, con bandera en plaza de mayo el día del funeral; y una encendida militancia por el aborto legal, donde no encuentran ni por asomo una palmada de la Casa Rosada.

Ni siquiera su afán de resignar algo de la buena imagen que, con altibajos, mantiene desde la muerte de su esposo, hizo cambiar a Cristina su estricta negativa a este proyecto, cuya carátula es “interrupción voluntaria del embarazo”.

Fue presentado el año pasado con ese título y el asesoramiento de organizaciones feministas, que esperan su tratamiento en la Comisión de Legislación Penal de Diputados, presidida por el entrerriano Vega, de la Coalición Cívica.

El dato de color es que entre los 39 firmantes de esa iniciativa hay 8 diputados del Frente para la Victoria – PJ y otros seis que actúan como aliados. Con su rúbrica, ese núcleo oficialista desafió a Cristina Kirchner, ya que en Diputados es sabido que fue la presidenta quien en noviembre de 2009 frenó un proyecto similar de la socialista Silvia Augsburger.

Presidida por Vega, en noviembre esa comisión le abrió la puerta a la directora del área de Derechos de las Mujeres de Human Rights Watch, Marienne Mollmann, histórica defensora del tema. Sus principales receptoras fueron Cecilia Merchan (Libres del Sur) y la radical Silvia Storni. Quien la enfrentó fue Cynthia Hotton, del monobloque Valores para mí País.

Cercana a la iglesia evangélica, Hotton fue el año pasado quien coordinó sin éxito el rechazo al matrimonio gay. El 11 de noviembre, la misma noche que denunció coimas en el debate por el presupuesto nacional, blanqueó que había recolectado firmas para oponerse al aborto, lo que ella le dio en llamar en apoyo a la vida.

En el Senado la resistencia al matrimonio gay la lideró la puntana Liliana Negre de Alonso, con vínculos en el opus dei. Advertida por la visita de Mollmann a la otra Cámara, este año no quiso perder tiempo: el 4 de febrero organizó y coordinó el Encuentro Internacional de Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia,

Lo hizo como miembro de Acción Mundial, una organización internacional integrada por representantes de más de 40 países que rechaza en forma enfática cualquier interrupción del embarazo. Preparada, la escena tuvo la presencia de Christopher Smith, congresista Nueva Jersey por el Partido Republicano de Estados Unidos, emblema de la lucha antiabortista.

Aunque la mayoría de los legisladores no acudieron por encontrarse aún de vacaciones, varios dieron su aval por escrito. Uno fue el vicepresidente Julio Cobos.

Cristina, la impensada aliada de Hotton

Después de denunciar al Gobierno de impulsar el pago de dádivas, Hotton se amparó en la presidenta para bloquear la legalización del aborto. : "Confío en el liderazgo de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner y en su compromiso público de defender la vida desde la concepción", dijo en noviembre, después de escuchar a Mollmann.

En la apertura de sesiones ordinarias, la presidenta pareció responderle con gentileza, cuando anunció la ampliación de la asignación universal por hijo al tercer mes de embarazo. “Viendo las estadísticas, hemos decidido seguir apostando a la vida”, señaló, parafrasenado a las máximas exponentes antiabortistas del Congreso.

Tras enredarse con las cifras sobre las muertes por aborto, Cristina ratificó su rechazo a esa suspensión del embarazo. “Estamos haciendo una muy fuerte apuesta a la vida y a uno de los objetivos también de descender la mortalidad infantil y descender la mortalidad materno-infantil, y estoy segura que lo vamos a poder lograr”.

La cruzada de Cristina no es fácil. En el Senado, ya hubo una voz oficialista a favor: la chaqueña Elena Corregido. “Lo que tenemos que plantear es cuál es la política pública que como argentinas vamos a exigir para que no se mueran más mujeres por abortos”, exigió.

Por si faltaba algo para describir lo sensible de este tema, la ultra K Diana Conti admitió que está entre los primeros a tratarse en la Comisión de Legislación Penal. Habitual militante feminista, Conti, que habla seguido con Cristina, no firmó el año pasado el proyecto para interrumpir el embarazo.