Cuba y Venezuela metieron el caso Wikileaks en la Cumbre Iberoamericana

Los cancilleres de ambos países citaron el escándalo de las filtraciones de los cables diplomáticos de Estados Unidos, donde hubo revelaciones sobre las relaciones de Latinoamérica con ese país. Frustraron así la idea del Gobierno de no mezclar ese tema la cumbre. El funcionario cubano acusó a Washington de confundir "diplomacia con espionaje". Su par venezolano pidió que el tema no sea olvidado. El ecuatoriano Correa no hizo mención alguna. Bolivia y España le bajaron el pulgar.
Si el Gobierno buscaba que el escándalo por los cables de la diplomacia estadounidense que filtró el portal Wikileaks no se mezclara en la vigésima cumbre Iberoamericana de este fin de semana en Mar del Plata, los cancilleres de Cuba y Venezuela se encargaron de que eso no ocurriera.

A su turno, cada uno repudió el contenido de esas comunicaciones y se apartó del tema de convocatoria de esta cumbre, que es el desarrollo de la educación.

El escándalo de wikileaks dejó en una posición incómoda a Argentina, debido a que varias de esas comunicaciones contenían definiciones poco gratas para funcionarios del país pero también lo colocaban como una opción de equilibrio ante los presidentes más radicalizados, como Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador).

El canciller cubano Bruno Rodríguez consideró que los telegramas difundidos por Wikileaks comprobaban que Washington "confundía diplomacia con espionaje".

Habó además de "escandalosos secretos" que prueban "la diplomacia imperial, llena de arrogancia, cinismo e hipocresía" que practica EEUU.
Y fue por más: leyó uno de esos cables en el que mencionaba que "Cuba es uno de los países más seguros para EEUU".

Y le contestó al presidente de Estados Unidos Barack Obama: "Más allá de las sonrisas y palabras amables; no ha habido cambio alguno", destacó, en referencia a la relación de Estados Unidos con la isla.

Ausente Chávez, Venezuela estuvo presente con su canciller Nicolás Maduro, el único de los presentes que pidió que la Cumbre se expresara en repudio del contenido de los cables diplomáticos.

Según trascendió desde Mar del Plata, no sería esa una de las intenciones de Argentina sobre todo luego de las explicaciones que Cristina Kirchner recibió el jueves por parte de Hillary Clinton, la titular del vulnerado Departamento de Estado norteamericano.

La presidenta, además, evitó esta semana pronunciarse sobre el tema, aun cuando llegó a ser aludida en uno de los cables como sospechada de no tener en buen estado su salud mental.

Maduro definió el contenido de los documentos como “una inmensa operación de intriga política, de espionaje y de búsqueda de defensa por vía ilegitima de violación de derecho al principio de igualdad”.

“Se conocen informaciones de persecución permanente, de control de la revolución bolivariana, en contra de la transformaciones se han estado haciendo en América Latina”, denunció en un encendido discurso, que siguió absorta Cristina Kirchner, encargada de coordinar la cumbre.

Es que uno de los controles a los que hacía referencia en los cables, daba cuenta de pedidos de la embajada norteamericana al Gobierno Argentino para que intercediera en Bolivia.

“Es importante que este tema no sea olvidado”, exigió Maduro. Y, sin vueltas, acusó a Estados Unidos de querer “dividir Latinoamérica”.

Rafael Correa, el presidente de Ecuador, aportó su habitual prédica antiimperialista pero no citó el tema wikilieaks, pese a que se especulaba con que sería uno de los buscara un repudio sobre el tema. Esa posibilidad, ahora, será debatida en privado por los jefes de Estado, ante la incomodidad de Cristina Kirchner.

Bolivia y España le bajaron el tono

El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, minimizó la repercusión de los cables secretos que señalaron que el gobierno argentino podía incidir en la administración boliviana por pedido de los Estados Unidos.

Aunque lo hizo con un discurso desafiante ante la principal potencia mundial, similar al de los cancilleres de Venezuela y Cuba. "Quiero decirle señora Presidenta, que según lo que informan sobre nuestras conversaciones que están controladas, pero no le tenemos miedo porque la transparencia de nuestros gobiernos demuestra la fortaleza", advirtió el vicepresidente boliviano.
 
Y agregó: "Este tipo de espionaje no puede limitar la tarea que emprendió América Latina". La canciller de España, Trinidad Jiménez, también le bajó el tono al asunto. "Son sólo expresiones de parte", minimizó.