Mafia de los medicamentos: Oyarbide citó a Vázquez y tiemblan Lingeri y Bellagio

El juez federal citó a indagatoria al ex gerente General de la Superintendencia de Servicios de Salud, Néstor Vázquez. Se trata del hombre clave del sistema que vinculó negocios privados, aportes a la campaña de Cristina y medicamentos adulterados. Es un hombre del sindicalista José Luis Lingeri, al igual que el actual titular de la Superintendencia oScar Bellagio, a quien le armó la estructura genercial.
Néstor Vázquez había logrado hasta ahora mantenerse alejado de los primeros planos de la causa de la mafia de los medicamentos. Una habilidad por cierto importante, tendiendo en cuenta que se trata de un actor clave en el entramado de negocios, aportes de campaña y fortunas instantáneas, que se tejió en torno a la salúd pública.

Luego d emeses de remoloneo, el juez federal Norberto Oyarbide finalmente hizo lo obvio y lo citó a indagatoria. La Justicia lo considera como el supuesto cerebro de las maniobras de falsificaciñon de troqueles e historias clínicas por las cuales las obras sociales percibían reintegros del Estado por la compra de remedios y tratamientos de enfermedades complejas, que nunca habían existido.

Vázquez era conocido ya desde la gestión de Ginés González García como el verdadero poder de la cartera de Salud, en la que pesaron y siguen pesando fuertes los sindicalistas con los millonarios negocios que se tejen en torno a las obras sociales.

Si bien ostentaba el cargo aparentemente menor de Gerente General de la Superintendencia de Servicios de Salud, desde ese lugar Vázquez se aseguró un rol clave en el sector, gracias al respaldo de su eterno padrino, el titular del sindicato de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri.

Vázquez era el gerente general de la Superintendencia cuando el jefe del organismo era Héctor Capaccioli, aunque en rigor en "la Super" todos sabían que el verdadero jefe del organismo era Vázquez, mientras que el operador de Alberto Fernández se entretenía con el Pj porteño y sus negocios vinculados al juego y la gastronomía.

Tan determinante es Vázquez en el entramado de la Salud, que aún fuera del gobierno e investigado por la Justicia seguiría tallando en el Superintendencia. De hecho, el actual titular, Ricardo Bellagio, también responde a Lingeri. Y el "nuevo" cuadro generncial que armó este funcionario, está integrado por las principales espadas de la gestión de Vázquez.

Bellagio hasta intentó reciclar al propio Váezquez, pero el avance de la causa le impidió volver a tomarlo.

Su nombre hasta ahora sobrevolaba la causa de la mafia de los medicamentos. Pero ahora el juez Oyarbide decidió escuchar sus explicaciones como imputado y lo citó para el 22 de diciembre próximo, el mismo día en que deberán presentarse Capaccioli y Horacio Ballesteros, que es su abogado y fue funcionario de la Superintendencia de Servicios de Salud en el área de legales.

La Justicia investiga, además, los nexos de Vázquez con la droguería San Javier, del detenido Lorenzo, según reveló hoy La Nación.

Moyano también complicado

Además, Oyarbide indagó ayer al empresario Marcos Hendler, dueño de Droguería Urbana, principal proveedora de medicamentos de la obra social de camioneros, el gremio que conduce Hugo Moyano.

Hendler fue indagado en la causa porque aparece en tres escuchas telefónicas, mientras conversa con personas ligadas a Droguería Del Plata, otra de las firmas investigadas.

En una de esas escuchas aparece averiguando sobre el costo para conseguir 19 troqueles de un medicamento para tratar el cáncer de colon llamado Erbitux. Su abogado León Arslanian, al salir de los tribunales, dijo que Hendler "jamás vendió o compró medicamentos adulterados".

El empresario también fue interrogado sobre la compra de otro medicamento para el cáncer: Mabhtera, que supuestamente había sido adquirido a la Droguería Del Plata, investigada en la causa por el suministro de medicamentos adulterados.

Hendler argumentó que la investigación se inició el 25 de noviembre de 2008 y que para esa fecha Droguería Urbana ya tenía un sistema de trazabilidad, que permite rastrear, mediante un código de barras, el remedio desde el laboratorio hasta que llega al paciente. Además, agregó que en agosto de 2008 ya no le compraban a Del Plata.