Burstein cruzó insultos con los legisladores del PRO y hubo trompadas y corridas

"Pendejo pelotudo", le gritó el testigo Sergio Burstein al legislador macrista Fernando de Andreis, luego que desde esa bancada lo trataran de "payaso" y "testigo falso". La tensión fue creciendo y hubo trompadas y corridas en plena Legislatura. Qué dijo Burstein en su polémico testimonio.
La presentación del testigo estrella Sergio Burstein ya venía cargada. Se trata del hombre que dio origen con su denuncia a la causa de espionaje y que según el macrismo tiene demasiada relación con la SIDE y con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

El clima empezó a caldearse cuando los legisladores del PRO, encabezados por Cristian Ritondo, Fernando de Andreis y Martín Ocampo, empezaron a exigirle que explique "de qué trabajas".

"No voy a hablar de mi vida privada, diganme de qué me acusan y yo me defiendo", repetía Burstein, familiar de una víctima de la AMIA. La tensión fue subiendo, hasta que la reunión en el solemne Salón Montevideo de la Legislatura desbarrancó en insultos.

"Pendejo pelotudo, andá a limpiarte los mocos", le dijo Bustein al joven De Andreis, y desde la bancada le contestaron "payaso" y "testigo falso", entre otras barbaridades que se cruzaron. Minutos antes, Burstein había finalmente concedido que se dedicaba a "la compra venta de artículos usados".

En ese clima, el presidente de la Comisión Investigadora, Martín Hourest, pidió pasar a un cuarto intermedio. Fue allí cuando comenzaron los incidentes. Al parecer, todo se desencadenó en un cruce entre personal de Seguridad de la Legislatura y un camarógrafo de Canal 7 que acompañaba al periodista Fernando Alonso, cuando intentaba hacerle una entrevista al titular de Familiares de víctimas de la AMIA.

En medio del caos de gritos y empujones, el diputado del MST Marcelo Parrilli les gritó a los legisladores del PRO: "Ya van a ver cómo termina todo esto", lo que despertó la furia del macrista Martín Borrelli. En otro ángulo del salón, Ritondo tuvo un fuerte cruce con la legisladora Gabriela Cerruti, en el que intervino Tito Nenna. "Ustedes dan asco", "Más asco me das vos", fue lo más suave que se dijeron. 


Empezaron las trompadas, las corridas y la situación se descontroló. El legislador del PRO Oscar Zago fue detenido por sus compañeros porque estaba muy alterado y quería meterse en la pelea. Burstein aprovechó la batahola para escaparse a las corridas del recinto, en medio de empujones. En esa corrida, resultó golpeada la diputada macrista Victoria Morales Gorleri, que se encontraba cerca de la puerta del salón.

Más temprano, cuando declaró su mujer también se había producido otro escándalo, aunque no tuvo consecuencias violentas. Es que Dora Viotti hizo un comentario sobre ciertos temas que leyó en la transcripción de las escuchas, cuando en rigor esta documentación es secreta y sólo está bajo custodia del juez Norberto Oyarbide. Ni siquiera los legisladores tienen acceso a estas pruebas.

"Yo sólo tengo la desgrabación de mi escucha, pero no se las voy a dar porque hace a mi privacidad", aclaró mas tarde el propio Burstein, en defensa de su esposa.

La polémica declaración

La exposición del titular de Familiares de víctimas de la AMIA empezó complicada. "Mi mujer leyó lo que retiré  de sede judicial (por la transcripción de las escuchas) pero ustedes no va a tener acceso porque hace a mi vida privada", declaró Burstein, al sentarse frente a los legisladores.

Sobre la noche del 22 de septiembre de 2009 -en la que él se encontraba con la comitiva presidencial en Nueva York, y su hija, Glenda, recibió el llamado anónimo alertando que el teléfono de su padre estaba pinchado-, Burstein precisó que hizo lo que "le había enseñado Palacios" y se comunicó directamente con el ministerio de Justicia.

Más precisamente con "el querellante del Gobierno en la causa AMIA , el doctor Mena".  "Le dije: tengo miedo, mi familia está sola. Este señor me dijo: ´despreocupate que me encargo´. Inclusive él llamó para que le abra la puerta mi mujer cuando llegó el patrullero que las condujo a prestar declaración", relató.

Burstein aclaró que tiene una flota de teléfonos nextel, dos teléfonos celulares a su nombre que pertenecen a sus hijos, y un aparato más que le fue otorgado como regalo por una compra. Pero señaló que es el número que utiliza a diario, el que fue "pinchado" por la SIDE.

Sobre el ex comisario Jorge "Fino " Palacios, dijo conocerlo desde los primeros años de investigación de la causa AMIA, "Palacios investigaba a los tres años del atentado, cuando todavía creíamos que se podían encontrar y encarcelar a los culpables", recordó y aclaró que en su momento, tuvo una gran estima por él. "Incluso, cuando el primo hermano de mi mujer estuvo secuestrado, yo lo llamé  y le pedí que lo encontraran", añadió.

"Cuando estaba en la causa, nos pasaba mucha información, en especial sobre la conexión que involucraba a la policía bonaerense. Pero despues nos traicionó. Fue el Astiz de los familiares de las víctimas del atentado", denunció. 

Bustein no desaprovechó la oportunidad para denostar al macrismo: al Jefe de Gobierno lo acusó de ser él el responsable principal de las escuchas, y sobre el Secretario Marcos Peña, dijo "el funcionario que dijo que el embajador de Israel miente, me averguenza". Cargó también contra el ex ministro de Educación Mariano Narodowski -de quien dijo que debería estar procesado y detenido- pero desligó de responsabilidades al titular de Seguridad, Guillermo Montenegro.

"Creo en su palabra, por eso no apelé su sobreseimiento. Acá la relación de culpables es directa: Fino Palacios, Mauricio Macri", puntualizó y respondió que su decisión de no apelar no tuvo nada que ver con que el hecho de que la recusación de Montenegro podía hacer que el juez Oyarbide perdiera la causa. 

El clima comenzó a caldearse cuando Burstein precisó que no iba a decir de qué trabaja "porque eso es parte de mi vida privada". Finalmente, y ante  un ida y vuelta de chicanas, respondió que era comerciante y que se dedicaba a la "compra y venta de cosas usadas". 

"Decime qué sospechas, denunciame", inquirió Burstein a los gritos al diputado Martín Ocampo, cuando se le exigieron más detalles y ese fue el principio del fin de una sesión de más de tres horas, cuya principal característica fue el escándalo.