Cristóbal López quiere quedarse con Papel Prensa

Su abogado Cúneo Libarona se reunió con Lidia Papaleo, viuda de Graiver y la sondeó: "Hay empresarios interesados en comprarte tus derechos litigiosos en Papel Prensa". Los puntos flacos de la estrategia del Gobierno y la reunión de Papaleo con Saguier, donde le hizo una insólita confesión: "Yo siempre leí La Nación".
El empresario kirchnerista, Cristóbal López, quiere quedarse con Papel Prensa, la empresa que el Gobierno toma como el último bastión para asestarle el golpe fatal al Grupo Clarín. La intención es concretar la compra hostil junto a otros hombres de negocios muy cercanos al ex presidente.

Papel Prensa es una empresa mixta, en la que el socio mayoritario es el grupo de Ernestina Herrera de Noble (49%) y los minoristas, La Nación (22,5%) y el Estado (27,5%).

Desde el año pasado, el Gobierno avanza con la idea de quitarles sus acciones a Clarín -y con menos intensidad a La Nación-. El principal argumento para lograrlo se basa en la versión de que Lidia Papaleo, viuda del dueño de la compañía, habría cedido la empresa a ambos diarios y La Razón bajo tortura cuando fue secuestrada por la última dictadura militar en los 70. De esta manera, se establece el hecho como un crimen de lesa humanidad.

Pero detrás de esta estrategia que el Gobierno planteó como una reivindicación histórica y castigo por crímenes imprescriptibles, comenzó a develarse un interés patrimonial muy concreto y vinculado a hombres de negocios que orbitan en torno de Kirchner.

Es que mientras la idea del kirchnerismo de consolidar el "Caso Papel Prensa" avanza de manera dificultosa y con la promesa de un informe elaborado por Beatriz Paglieri bajo el mando de Guillermo Moreno, el zar del juego analiza comprar la empresa.

Así se lo confesó su abogado Mariano Cúneo Libarona a Papaleo en una reunión secreta que mantuvo con ella. “Hay empresarios interesados en comprarte tus derechos litigiosos en Papel Prensa”, la sondeo el mediático letrado. Todavía no obtuvo respuesta.

Debilidades en la estrategia kirchnerista


La pata empresarial apareció hace pocos días porque se comienzan a dilucidar al menos dos flaquezas del plan del Gobierno.

La primera debilidad de la estrategia es la misma que esgrimen constantemente desde el Grupo Clarín. Lidia Papaleo nunca denunció que le habían quitado las acciones bajo tortura y cuestionan por qué lo hace ahora.

La viuda de Graiver tuvo varias oportunidades de hacerlo.

En 1986, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de Capital Federal investigaba los delitos de lesa humanidad efectuados por el general retirado Ramón Camps y el ex policía Miguel Etchecolaz en los centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar. En la causa Nº 44 de los Juicios por la Verdad, ni Lidia Papaleo ni el ex testaferro de David Graiver, Rafael Ianover, lo denunciaron y declararon que fueron detenidos el 14 de marzo de 1977 y el 12 de abril de 1977. Según los papeles de compra de Papel Prensa, la empresa fue adquirida el 2 de noviembre de 1976, seis meses antes.

El Gobierno asegura que esos documentos son apócrifos y es lo que intenta demostrar con el informe de Moreno, “Papel Prensa, la verdad”, que el secretario de Comercio le presentaría a Cristina Kirchner el 24 de agosto.

Pero no fue la única oportunidad que la viuda de Graiver tuvo de denunciar el delito. También en 1986, el entonces titular de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas de la Argentina, Ricardo Molinas, abrió una investigación precisamente sobre las diversas compras que rodeaban a Papel Prensa.

En su informe, detalla que "consultados los integrantes del Grupo Graiver sobre el precio convenido coincidieron en señalar que no era el que ellos esperaban pero que no tuvieron mejor oferta dado lo exiguo del tiempo” y se autoexcluye de fallar sobre ese tema: "El problema del precio es ajeno a la competencia de la Fiscalía”. Nada dice de la manera en que fue cedida la empresa.

El acuerdo con los Papaleo

Como publicó en exlusiva La Política Online. Cristina y Néstor Kirchner cerraron un acuerdo con los hermanos Papaleo (el histórico dirigente peronista de derecha, Osvaldo Papaleo y su hermana Lidia) en mayo de este año. Moreno la pasó a buscar junto al diputado Carlos Kunkel en un auto oficial por su departamento y la llevó a una cena con Cristina y Néstor Kirchner en la Quinta de Olivos.

Allí se decidió que ella denunciara a Clarín y La Nación por obligarla a ceder sus acciones en Papel Prensa bajo tortura, y como contraprestación se trataría de asegurarle un reconocimiento patrimonial por lo que se entiende fue una compra forzada de la papelera de su esposo. Hasta ahora, las denuncias son sólo mediáticas. Aún no se presentó ante la Justicia.

Las terribles declaraciones de Osvaldo Papaleo, en los medios de comunicación en las que describe cómo fue torturada y violada su hermana, y la aparición de la propia Lidia en una reunión de accionistas de Papel Prensa para ratificar la denuncia, llevó a que el presidente de La Nación, Julio Saguier, la convocara a una reunión privada. En ese encuentro Lidia le confesó: “Yo siempre leí La Nación”.

Concubina, no esposa

Sin embargo, el principal punto que puede poner en jaque el plan de los Kirchner sobre Papel Prensa se encuentra precisamente en la mujer a la que le confiaron la batalla. Lidia Papaleo, viuda de Graiver, jamás se casó con el empresario según las leyes argentinas.

Graiver nunca se divorció de su anterior esposa y contrajo matrimonio con Lidia en 1974 en Nueva York, Estados Unidos. Pero éste enlace no es válido en el país. Por ello, la heredera del dueño de Papel Prensa es su hija, María Sol, con quien su madre no tiene la mejor relación, sino varios juicios cruzados.