El kirchnerismo aprovechó ausencias opositoras y convirtió en ley el matrimonio gay

Desechó el dictamen desfavorable por 32 a 30 y sancionó en general el proyecto por 33 a 27. Se benefició con las ausencias, que en la última votación incluyeron a tres referentes del peronismo federal como Juan Carlos Romero, Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Reutemann. También faltaron varios oficialistas que estaban en contra y hubieran volcado la votación, como Mansilla y Vigo. Negre de Alonso lloró tras el discurso de Pichetto.
La Argentina se convirtió esta madrugada en el primer país latinoamericano en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, tras una prolongada sesión de 15 horas en el Senado que se definió con 33 sufragios a favor, 27 en contra, 3 abstenciones y 9 ausencias.

Poco antes el cuerpo rechazó el dictamen desfavorable a ese proyecto por un margen más ajustado:  32 votos contra 30, con 3 abstenciones y 6 bancas vacías.

Lo llamativo fue que los tres senadores que optaron por la negativa y se apartaron al momento de decidir la suerte del texto que envió Diputados fueron tres referentes del peronismo federal: Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y Juan Carlos Romero.
 
Con su presencia quizá podría haberse modificado algún artículo y reenviado a la Cámara baja. De hecho, el radical Alfredo Martínez había anunciado que los cinco de su bloque que aceptaban el enlace gay iban a objetar algunos artículos. Eso nunca ocurrió y con el tridente del peronismo federal afuera, no habría alcanzado.

Como se preveía, la clave para la sanción en general fue la ausencia de senadores oficialistas que habían adelantado su voto en contra y al dejar su banca vacía facilitaron la aprobación.

Además de los anunciados faltazos de Ada Iturrez (Catamarca) y Mariana Riofrío (San Juan), quienes acompañaron a la presidenta a China, no aparecieron el tucumano Sergio Mansilla (antes había renunciado a la Comisión de Legislación General) y la misionera Élida Vigo. Lo justo y necesario.

Casualidad o no, antes habían avisado que votaban en contra varios senadores K de esas provincias, como César Gioja (San Juan), Laura Corpacci (Catamarca), Luis Viana (Misiones), que se sumaron a José Mayans (Formosa), Guillermo Jenefres (Jujuy) Adolfo Bermejo (San Luis) y Adolfo Bermejo (Mendoza). La riojana Teresa Quintela no tuvo chance: voto a favor aunque debio aclarar que lo hacía por el bien de su provincia porque no acordaba con el matrimonio gay.  

Sugestivamente, el oficialista Fabián Biancalani (Chaco) esperó que Pichetto iniciara el último discurso de la madrugada para anunciar que se abstendría.

Igual postura tomaron María José Bongiorno, quien reporta al peronismo federal y había votado en contra del dictamen en comisión; y la chubutense Graciela Di Perna, leal al gobernador Mario Das Neves. Otra vez fue aliada del Gobierno Roxana Latorre, santafecina y ex aliada de Reutemann, quien ya había ayudado al Gobierno para nombrar a Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central.

Si ambas iban por la negativa la votación hubiera terminada empatada. También podría haber cambiado la historia si definía su posición Carlos Menem, quien otra vez volvió a mostrarse al inicio de una sesión y a desaparecer cuando había que votar. Los radicales aportaron un ausente que también ayudó a la sancion: el santiagueño Emilio Rached, aquel que empató la contienda en la madrugada de las retenciones y que esta vez había adelantado en la reunión de bloque que votaría en contra. Pero nunca apareció.

En este escenario, la fuerza ganadora estuvo integrada por un conjunto transversal de 20 legisladores del Frente para la Victoria (FpV), sus dos aliados de Tierra del Fuego, los cinco radicales que ya habían anticipado esa postura, incluidos el presidente del partido y jefe de la bancada, Ernesto Sanz y Gerardo Morales; y un conglomerado de seis parlamentarios de otros partidos, como el socialista Rubén Giustiniani y María Eugenia Estenssoro, de la Coalición Cívica.

En el sector perdedor se encontraron además nueve miembros del bloque oficialista, once de la UCR y nueve de otras agrupaciones, sobre todo del peronismo disidente y expresiones afines.

Álgido debate

Las deliberaciones fueron cambiantes y hubo momentos de tensión, que incluyeron fuertes intercambios de acusaciones, chicanas y cuestiones de privilegio. Hubo 50 senadores (sólo 22 no hablaron) y recién se votó a las 4 de la madrugada.

Los momentos más álgidos los protagonizó la senadora Liliana Negre de Alonso, quien defendió el rechazo al proyecto que vino de Diputados y empezó la tarde denunciando un “avallasamiento de derechos” del presidente provisional del cuerpo, José Pampuro.

Le cuestionó que el día anterior haya aceptado una impugnación al dictamen de Unión Civil presentada por el jefe del bloque, Miguel Pichetto, quien inició y terminó la sesión con diatribas para la legisladora puntana. Derrotada, Negre de Alonso terminó llorando cuando Pichetto la acusó de nazi, poco antes de la votación.