Matrimonio gay: el kirchnerismo va a todo o nada y amenaza con hacer caer la sesión

En una jugada de último momento, José Pampuro aprovechó su paso ocasional por la presidencia del Senado para aceptar la impugnación del dictamen de Unión Civil emitido por la Comisión de Legislación General que había presentado el jefe de su bloque, Miguel Picheto. Pero el resto de los bloques rechaza esa decisión y pedirán ponerla a consideración del recinto. Como ninguna posición reúne a la mayoría, los K podrían dejar el recinto sin quórum si no triunfa su postura.
El día anterior a que el Senado decida la suerte del proyecto para habilitar el matrimonio gay, quedó claro que, a diferencia de cuando el tema fue tratado en Diputados, esta vez Néstor Kirchner no quiere margen de error y va a todo o nada por la sanción.

La maniobra final fue compleja, pero puede ser decisiva. Sólo unas horas antes de la reunión de labor parlamentaria José Pampuro, desde la ocasional presidencia del Senado que ocupa por el relevo presidencial que debe hacer Julio Cobos, aceptó la impugnación del jefe de bloque oficialista, Miguel Pichetto, al polémico dictamen para implementar la Unión Civil entre personas del mismo sexo.

El rionegrino había objetado el incumplimiento del artículo 81 de la Constitución Nacional, que impide tratar un proyecto sobre un tema que ya fue rechazado ese mismo año.

En esa falla incurrió la puntana Liliana Negre de Alonso, titular de la Comisión de Legislación General, cuando, en su afán por archivar el matrimonio, además de impulsar un dictamen en rechazo a esa iniciativa hizo votar otra en la que unió los cinco proyectos que proponían la Unión Civil.

Los pasos de Pichetto fueron perfectos: presentó la impugnación la noche del jueves, conociendo que tras el feriado del día siguiente Cobos debía dejar la titularidad del Senado y dejar todo en manos de Pampuro.

El bonaerense, que todavía no hizo pública su postura sobre el tema, aceptó la impugnación sólo unas horas antes de la reunión de labor parlamentaria, por lo que los representantes kirchneristas llegaron ahí con los argumentos para pedir que en la sesión de este miércoles sólo se trate el dictamen a favor o en contra del matrimonio gay.

El detalle no es menor: la mayor parte de los 110 diputados que no aceptaron el enlace entre personas del mismo sexo avaló dictámenes que proponían la Unión Civil. De lo contrario habrían considerado con su voto que no quieren ningún derecho para esas parejas, postura que ya nadie tiene.

Por eso el jefe del bloque radical, Gerardo Morales, rechazó la impugnación en la reunión de labor y se sumó al pedido del peronismo federal para que sea sometida a consideración del cuerpo.

El kirchnerismo insistió en que la Unión Civil debe quedar afuera del debate y si bien hubo un compromiso para que todos vayan a sesionar, nadie tiene garantías de reunir los 37 senadores necesarios para llevar adelante una votación.

¿Permanecerán en el recinto los kirchneristas dispuestos a apoyar al matrimonio gay si con su ausencia evitan su derrota? Difícil. Pero la estrategia parece difícil, ya que los 12 peronistas federales, los 18 radicales y el resto de los bloques minoritarios podrían garantizar el quórum. En ese caso el interrogante es otro: Tanto el socialista Rubén Giustiniani o el cordobés Luis Juez, militantes de la causa, ¿Aceptarán sellar su derrota por no moverse de su banca? Kirchner los puede poner en ese aprieto.

El final es abierto ya que ni los que están a favor ni los que se oponen logran juntar 37 votos, lo necesario para festejar a cuenta. Las únicas certezas son las ausencias de la sanjuanina Mariana Riofrío y la catamarqueña Ada Iturrez, las dos oficialistas y en China. Se especula también con faltazos de los misioneros Luis Viana (enfermo) y Élida Vigo, nunca confirmada. Carlos Menem tampoco estaría.

Aunque mantienen su libertad de conciencia, los 18 radicales se reunieron el lunes y volvieron a contar igual: cuatro a favor y el resto en contra. También apoyaría el catamarqueño Oscar Castillo, aunque ahora estaría en duda.

Las otras posiciones a favor son las del jefe del bloque, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Eugenio Artaza y Alfredo Martínez, el más militante. Un dato: para evitar un triunfo de Kirchner, Morales y Sanz estudian hacer retoques y enviarla a Diputados. El kirchnerismo lo rechazaría. "Hay radicales que se están dando vuelta como una media", protestó Juez tras salir de la reunión de labor parlamentaria.

Entre los K se saben las posiciones en contra de Adolfo Bermejo, Guillermo Jenefres, César Gioja y José Mansilla, el tucumano que se ausentó de la Comisión de Legislación General para no votar en contra. La riojana Teresa Quinquela tampoco acordaba. Con faltar, todos ayudarían. Aunque la discusión por los dictámenes podría trabar todo pero no por mucho tiempo.

Si el tema vuelve a la comisión de Legislación general ,sólo un resquicio legal permitiría llevar al recinto la Unión Civil: los mismos nueve legisladores que la ampararon como dictamen proyecto propio deberían hacerlo como un cambio del texto de Diputados. Y esperar una semana para que se trate.