El Gobierno puso en marcha la segunda etapa del plan para recuperar el voto de la clase media rural

El propio Néstor Kirchner ordenó a los funcionarios sacar de la mira al campo y enfocar los cañones únicamente hacia el Grupo Clarín y la Justicia. Así pretende generar un cierto estado de "buena onda" con los productores de cara a las elecciones presidenciales de 2011. La orden también llegó a los organismos vinculados con el sector que cambiaron radical pero silenciosamente su posición.
En el Gobierno nacional se muestran cada vez más convencidos de que para poder ganar las elecciones presidenciales del año próximo necesitan recuperar el voto de la clase media rural que representa a una parte importante del electorado argentino, tal como lo adelantó La Política Online.

Para lograr este ansiado, pero muy complejo objetivo, los funcionarios kirchneristas están dispuestos a utilizar todas las herramientas que estén al alcance de la mano, según señalaron a este medio varios analistas y hombres que conocen de cerca la realidad del campo.

Es que el hecho de recuperar el voto de confianza de los pueblos del interior rural del país que llevó en buena medida a la presidencia a Cristina Kirchner en 2007, mantiene en vilo al Gobierno porque se trata de una tarea (o desafío) para nada sencillo luego del extenso conflicto de 2008.

En este contexto, y como parte de la segunda etapa para recuperar el voto del campo, el propio Néstor Kirchner ordenó a sus funcionarios sacar de la mira al sector agropecuario y enfocarse principalmente en la guerra con el Grupo Clarín y la Justicia.

“La idea del Gobierno nacional es bajar drásticamente el tono a la disputa con el campo. Se dieron cuenta de que enfrentando a este sector no obtendrán ningún rédito de cara a las elecciones del año que viene”, comentó a este medio un politólogo de renombre.

En los últimos días se pudo observar cómo los hombres del riñón kirchnerista, rápidos de reflejos a la hora de obedecer las órdenes de su jefe político, se muestran por los medios de comunicación haciendo referencia al sector rural en muy buenos términos (algo que hasta hace muy poco tiempo atrás no era del todo común).

De todas maneras, las fuentes consultadas por este medio dijeron que en realidad la movida obedece a un engaño oficial, dado que, más allá de este cambio de formas, en los hechos concretos el tratamiento del Gobierno hacia el campo sigue siendo el mismo.

El cambio en la ONCCA

No sólo a los funcionarios K se les ordenó comenzar a tener un buen trato con el campo, sino que a los organismos oficiales vinculados con el sector también les llegó la orden. Tal es el caso de la polémica Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) que dirige por ahora el pingüino Juan Manuel Campillo.

Si bien el organismo es fuertemente perseguido por diputados de bloques opositores a raíz de las sospechas de coimas, desde hace un tiempo atrás a la fecha comenzó a notarse un cambio radical pero muy silencioso en la ejecución de sus políticas.

Es que, según dijeron a La Política Online, en la Oficina de Control están más dedicados a la gestión interna y a intentar recomponer su imagen con el sector, que a realizar una política voraz de persecución como se hizo durante la gestión del actual titular de la AFIP Ricardo Echegaray.

La primera etapa del plan K para recuperar el voto rural tiene que ver con las retenciones. La idea es aguardar a que la oposición en el Congreso avance con un proyecto único para luego generar un contraataque letal, que consistiría en la presentación de un contra-proyecto para reducir los derechos de exportación a los pequeños y medianos productores.

Si bien el kirchnerismo siempre se negó a tocar este tema por temor a pagar un costo político con el campo que pueda llegar a trasladarse a otros sectores, desde hace un tiempo vienen asegurando que una baja considerable en las retenciones podría ser fundamental para obtener más votos.