Diputados: la oposición critica a Fellner pero no se decide a echarlo

Luego que el jujeño intentara frenar el proyecto para coparticipar el impuesto al cheque, la UCR y la Coalición Cívica ya no se resisten a hablar de la posibilidad de desplazarlo. Pero tampoco se deciden a aportar los votos que faltan para eso. Temen que ese trámite fracture el frente opositor y alimente las denuncias de conspiración que parte desde la Casa Rosada. Dudas sobre el interés del oficialismo por mantener la presidencia. Avalaron la votación del Senado e intentarán reeditarla en la Cámara baja.
El freno que Eduardo Fellner intentó ponerle este miércoles al proyecto aprobado en el Senado que dispone la coparticipación del impuesto al cheque no fue suficiente para que la oposición acuerde desplazarlo de la presidencia de la Cámara.

Pese a ese desaire, tanto la UCR como la Coalición Cívica siguen sin aceptar la propuesta del resto de los bloques para iniciar una embestida que termine con Fellner entregando el principal sillón del recinto.

"Consideramos que lo que hizo Fellner fue un exceso de sus atribuciones", admitió Oscar Aguad, jefe del bloque UCR, durante una conferencia que brindaron esta tarde en el Congreso.

Y siguió sin muchas definiciones: “El bloque de la Unión Cívica Radical está dispuesto a revisar la posición de Fellner en la Cámara de Diputados de la Nación si la conducta del presidente Fellner sigue siendo la demostrada hasta el día martes”.

Patricia Bullrich, de la Coalición Cívica, también fue prudente: “Va a tener que entender que es el presidente de todos”, señaló. Los radicales y la fuerza de Carrió son, justamente, quienes impidieron que en diciembre el oficialismo se quede sin la presidencia de la Cámara, contrario a lo que pedían el peronismo opositor y el Pro.

Tanto Carrió y los radicales creen que “Fellner es el mal menor”, y no imaginan a Ricardo Alfonsín, vice primero de la Cámara, al mando de un cuerpo que sigue con todos los funcionarios administrativos de estirpe oficialista. “Se volvería a pelear más por el reglamento que por el contenido de los proyectos y encima nos tratarían de destituyentes”, explican.

Recuerdan, además, que pese a todo, Fellner dio muestras de intentar en lo posible mantener la armonía y lo ratificó incluso cuando tras devolverle el proyecto a Cobos envió una carta a todos los jefes de bloque explicando lo que había hecho.

El último párrafo de esa misiva fue interpretado por muchos opositores como un gesto de buena voluntad: decía que si Cobos remitía nuevamente el texto, como se suponía que haría, Fellner lo pondría a consideración del pleno en la próxima sesión, o sea, lo excluía de la reunión de labor parlamentaria.

En la oposición pretendían dan una señal de discordia desplazando a Enrique Hidalgo, secretario parlamentario y, según los antiK, encargado de girar los proyectos a las comisiones sin mayores explicaciones.

Pero no termina de definir la embestida por dos razones: no acuerda un nombre para su reemplazo, y ni siquiera un mecanismo para definirlo; y por los últimos sucesos comenzó a reconsiderar si su ausencia incidirá en el accionar de Fellner.

Hidalgo, en definitiva, llegó a ese cargo por gestión de Alberto Balestrini y ni siquiera cuenta con el respaldo unánime del bloque kirchnerista. “¿Y si el propio Gobierno está empujando a Fellner haciéndolo hacer estas cosas?”, especulaban, dudosos, en la UCR.

Dispuestos a un cambio

El resto de la oposición dejó abierta la puerta para voltear a Fellner. “Consideramos que la actitud del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, de devolver por su propia voluntad la media sanción del Senado, ha vulnerado lo que establecen los reglamentos de la Cámara”, señaló el jefe del bloque Pro, Federico Pinedo.

“Vamos a tratar en lo posible de generar acá un clima de trabajo. Si el presidente Fellner se opone a eso, bueno, tendremos otra conferencia de prensa seguramente”, advirtió Felipe Solá, jefe del Peronismo Federal.

Los jefes de la oposición estallaron de furia cuando, luego de haber acordado con Fellner demorar el proyecto unas semanas, el martes a la noche se enteraron de que el jujeño haría todo lo contrario y lo devolvería al Senado al día siguiente.

La kirchnerista Patricia Fadel, vice segunda de la Cámara, se lo comunicó a Bullrich, encargada de transmitírselo al resto. Le blanqueó que fue Cristina Kirchner quien pidió ese trámite aún cuando, en el mejor de los casos, sólo podría unas semanas el tratamiento del proyecto. El llamado, en realidad, habría sido dirigido al jefe del bloque K, Agustín Rossi, encargado luego de comunicarle la decisión al Fellner.

La oposición ahora prevé imponer su mayoría para girar el texto a comisiones en la sesión de la semana próxima. "El presidente envió una nota al vicepresidente de la Nación y nosotros el miércoles vamos a hacer una interpretación distinta. Es decir que el presidente va a quedar aislado de su interpretación. Y creemos que la mayoría parlamentaria va a tener otra posición", anunció Bullrich. Quizá, como tantas otras veces, con el tiempo que gane, el Gobierno planifique un nuevo contraataque.