El gobierno ahora opera sobre Coninagro para dividir al campo

La presidenta recibió a Fernando Gioino de Coninagro con la excusa de acordar precios con Sancor. La dinámica de la protesta y la agresividad del gobierno empieza a desbordar a los dirigentes de las entidades.
La reunión de hoy con el jefe de Gabinete Alberto Fernández, se suspendió en medio de un clima de suspicacias y mensajes cruzados entre los dirigentes de las cuatro entidades del agro.

Desde el inicio del conflicto se supo que Fernando Gioino de Coninagro siempre mantuvo las posiciones más conciliadoras. Y no es por ideología. Este dirigente responde a la cooperativa Sancor que hoy vive de las ayudas del kirchnerismo y sus aliados, como el venezolano Hugo Chávez.

Así, el mismo día que las conversaciones entre el campo y el gobierno llegaban a su punto más bajo, y mientras Eduardo Buzzi de Federación Agraría hablada de “veredas opuestas”, Gioino a última hora, aceptó reunirse sin los representantes de las otras entidades, con Cristina Kirchner.

Para peor, lo hizo después que la Presidenta criticara a los tamberos por los reclamos que ayer le hicieron al secretario de Agricultura Javier de Urquiza. Gioino no sólo se desmarcó de sus colegas de las entidades, sino que ignoró la posición de su propio sector.

La excusa para reunirse con la Presidenta fue ratificar los acuerdos de precios firmados hace cuatro meses por Sancor.

En un acto previo a la reunión con Gioino, la Presidenta cargó contra el sector lácteo y afirmó que los productores propusieron en la reunión del lunes en Agricultura elevar el precio de corte de la tonelada de leche en polvo para exportación a 3.500 dólares y reducir a de dieciséis a cinco los productos con precios acordados para el mercado interno.

Precio de corte es un mecanismo que utiliza el gobierno para quedarse con todo el dinero de la exportación de leche que supere el límite que fija el gobierno. Hoy la tonelada en el mercado internacional supera los 4.000 dólares.

Se supone que con esta medida garantiza precios accesibles internos, pero en los hechos lo que logró el gobierno es arruinarle la rentabilidad al negocio lácteo y provocar la desaparición de miles de tambos.

La Presidenta reveló que ayer durante su gira por Ecuador “tomé conocimiento en Ecuador que se presentó una propuesta modificando un importante acuerdo negociado el 28 de diciembre" pasado.

Ese día "el Gobierno de la República Argentina con las provincias de la cuenca lechera (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa), representadas por ministros y secretarios, firmamos un acuerdo de precios con el sector lácteo", recordó.

"En ese momento el precio de corte de la tonelada de leche en polvo para exportar estaba en 1.650 dólares y en el acuerdo accedimos a subirlo a 2.700 dólares, pero además se fijó una lista de 16 productos derivados de la industria láctea que el Estado subsidia para que todos los argentinos podamos acceder a ellos", añadió. Una vuelta por las góndolas del supermercado bastaría para desarmar tan entusiasta afirmación.