La mafia de los desarmaderos, detrás de la salida de Starc

Stornelli pidió la renuncia del subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal en un mensaje a la Bonaerense designó a María Alejandra Provítola, auditora de Asuntos Internos de la fuerza. Las sospechas de conspiración y la interna entre Paggi y Baratta que llevó a la salida del Nº 2 del Ministerio de Seguridad.
El ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, logró sacarse de encima a Paul Starc, quien renunció a la Subsecretaría de Investigaciones e Inteligencia Criminal y será reemplazado por María Alejandra Provítola, auditora de Asuntos Internos de la Bonaerense.

La salida de Starc no es casual y está vinculada a la mafia de los desarmaderos, según informaron fuentes bonaerenses.

Como anticipó La Política Online, el gobierno de Daniel Scioli ya había decidido echarlo. Lo único que se esperaba era el momento político para hacerla efectiva.

El segundo de Stornelli estaba en la mira del ministro desde hace meses. El sabía que Starc estaba conspirando en su contra para quedarse al frente de la cartera. Y así lo denunció elípticamente luego del fracaso del caso de la familia Pomar, cuyos cuerpos fueron encontrados 24 días después de haber desaparecido.

Starc llegó a la gestión de la mano de Stornelli, pero enseguida comenzó a arrastrar varios desórdenes personales. Desde operaciones para reemplazarlo al frente del Ministerio, hasta varios cortocircuitos con importantes caudillos bonaerensese, pero fue clave la intromisión en la interna entre Juan Carlos Paggi, jefe de la policía bonaerense y el comisario Salvador Baratta, tercero en la jerarquía de la fuerza.

El ex Nº2 de Stornelli siempre mantuvo un alto perfil en la vida pública demostrando a cada instante sus gustos costosos. A tal punto que eso fue un problema en la Justicia y lo enviaron a la fiscalía de Tres de Febrero para sacarlo del ojo de la tormenta. Allí lo protegió el intendente Hugo Curto. Stornelli lo repatrió y lo designó a su lado, pero se engolosinó con las mieles del poder y comenzó a mostrarse por el Conurbano sobre autos carísimos.

Pero esto hubiera sido anecdótico si no se hubiera inmiscuido –en su afán por llegar a ministro- en la interna de la Bonaerense.

Los cortocircuitos de Starc con Stornelli

Paggi y Baratta juegan una feroz, pero silenciosa guerra en la fuerza. Starc se inclinó sobre el segundo. En el Ministerio de Seguridad creen que detrás del comisario se encuentra Mario “Chorizo” Rodríguez, uno de los líderes de la “maldita policía”.

Uno de los pasos más fuertes que dieron Paggi y Stornelli en su pelea fue a mediados de diciembre del año pasado, cuando descabezaron la División de Automotores y echaron a Marcelo Andrade. Tenían la sospecha de que estaba vinculado a la “maldita policía”.

Según fuentes bonaerenses Starc lideró la resistencia a los cambios en la División. Y eso los hizo apuntar al ex subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal.

El dato clave que maneja el Ministerio es el robo de autos bajó un 13% entre febrero de 2009 y el mismo mes de este año. No lo adjudican a la buena gestión anual, sino a la última purga policial.

Otro punto que desde le gobierno bonaerense aseguran que le jugó en contra a Starc fueron varios cortocircuitos con intendente bonaerenses. El más recordado en la provincia es el que tuvo con Mario Ishii, de José C. Paz.

Fue por el secuestro de Hernán Ianonne, hijo de un poderoso empresario maderero que mantenía negocios con el jefe comunal.

El subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal vinculó directamente al intendente a la causa y quería meter preso a Ishii, el Nº 1 de los caudillos del Conurbano. Esto lo complicó con el esquema del poder del PJ.

El último cortocircuito que hubo entre Starc y el gobierno de Daniel Scioli fue por su esposa, Eugenia Talerico. Ella pertenece a la agrupación “Será Justicia” y firmó, junto a otro abogadosuna solicitada contra el jefe de Gabinete Aníbal Fernández por las supuestas presiones a la jueza María José Sarmiento en el caso Redrado.

El momento político

Si bien la decisión de echar a Starc ya estaba tomada, Stornelli pidió su renuncia recién ahora.

El ministro de Seguridad aprovecho estos días en los que su gestión se encuentra fortalecida por el por ahora exitoso “operativo verano” con el que bajó el delito en la costa atlántica.

El funcionario sciolista dividió al Grupo Halcón entre Pinamar, Gessell y Mar del Plata y, a diferencia de la organización del año pasado, los alojó en buenos hoteles, hizo los relevos en tiempo y forma y pagó sus sueldos el día acordado.

Con este operativo mejoró su relación con Scioli que se había debilitado tras el caso Pomar y pudo sacarse de encima Starc.