Elecciones 2009

¿Es acertada la desperonización que ensaya De Narváez?

El empresario sigue por debajo del ex presidente, pero se consolidó en el segundo lugar.  La encuesta de Julio Aurelio que alarmó Olivos y anticipa un posible empate. El debate sobre peronizar o no, la campaña de De Narváez. Los mensajes a Felipe Solá, Mauricio Macri y Gabriela Michetti.
El sondeo aterrizó en el despacho de Daniel Scioli y provocó que el gobernador se revolviera incómodo en su sillón. El trabajo de Julio Aurelio –acaso uno de los encuestadores más serios-, se realizó sobre más de 8.000 casos, y reflejaba que la dupla Néstor Kirchner-Daniel Scioli, apenas superaba por 2 puntos a De Narváez-Solá. El error técnico de este tipo de muestreos suele rondar los 4 puntos, así que la encuesta que leía el gobernador cantaba un resultado: Empate.

Sin embargo, no es este el escenario que reflejan los cuatro sondeos publicados hoy por Clarín –no se incluye en la nómina a Artemio López-, que hablan de una sólida ventaja a favor de Kirchner. La consultora Equis, de Artemio López, ubica al tándem K muy cerca de los 34 puntos y Ricardo Rouvier le otorga, proyectado, casi el 40%. Analogías, de Analía del Franco, también con una proyección proporcional de voto negativo e indecisos, establece 36,4.

De cualquier manera, aún los resultados más optimistas para el oficialismo revelan que Néstor Kirchner quedará muy lejos de los 50 puntos que obtuvo Daniel Scioli como gobernador, y los 45 de su mujer en el 2005 y el 2007.

Por otro lado, los tres encuestadores coinciden en ubicar en el segundo lugar a la dupla Francisco de Narváez-Felipe Solá. Equis con poco más del 25% de los sufragios, Rouvier con el 29,1% y del Franco -que mide para el gobernador- 28,3%.

Peronizar o no peronizar, that’s the question

Como sea, en este marco de pelea voto a voto, las mayores dudas y peleas se encuentran en el territorio opositor. A las conocidas diferencias entre Francisco de Narváez y el PJ disidente de Felipe Solá por las listas, se suma ahora las diferencias en torno a la orientación de la campaña.

El consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, acercó  una sugerencia a De Narvéz “desperonizar” la campaña, esto es, sacar de todo afiche, spot y otra regencia publicitaria a Felipe Solá, evitar incluso todo lo posible compartir actos con el ex gobernador y sus aliados peronistas.

Esta estrategia tiene un preconcepto político, el espacio de Francisco de Narváez se ha resignado a dejar en manos de Kirchner los sectores más postergados del segundo cordón del Conurbano, que históricamente votan por el peronismo.

“En la zona sur, la más postergada de La Matanza, Néstor Kirchner tiene una imagen positiva que supera el 60 por ciento, lo valoran incluso por encima de su mujer. Es más la gente recuerda que sus mejores momentos los vivió en la presidencia de Kirchner y creen que ahora es su mujer la que no lo deja hacer”, señaló a La Política Online, un allegado del empresario.

“¿Para qué vamos a gastar tiempo y recursos en disputar ese voto?”, agregó con lógica empresaria. Por eso, en la campaña de De Narváez se decidió aceptar la sugerencia de Durán Barba y concentrase en el voto del primer cordón y del interior provincial , en la clase alta, media y media baja, en todo caso.

Incluso el ecuatoriano esgrimió encuestas que rebelan la alta imagen negativa que tendría Solá. “Le explicamos a Felipe que por su propio bien no le conviene exponerse, tiene que darse tiempo para trabajar su imagen negativa, como hizo Macri que arrancó con un rechazó del 70 por ciento”, lo chicanean al ex gobernador desde el bunker del empresario.

Es que el 2011 ya está en la mesa de discusión, y cerca de De Narváez tienenclaro que tanto Solá como Macri aspiran a contra con ellos para esa pelea. Al ex gobernador ni siquiera lo consiedran para la presidencial, pero respecto al jefe de Gobierno, afirman cerca del empresario: "Primero que se defina públicamente como candidato, si es así sería nustro postulante natural, pero no queremos que nos pase como en el 2003, que en el último minuto se le ocurra repetir en la Ciudad y nos deje en la estacada. Lo que cosechemos el 28 de junio lo vamos a jugar en la presidencial", advierten.

Como sea, la línea es desperonizar la campaña, y según su visión, hasta ahora mal no les va. “Ya estamos polarizando con Kirchner, se disipó la espuma del efecto Alfonsín y el radicalismo con Stolbizer quedaron terceros lejos”, se ufanan y agregan: “Francisco está en los dos millones de votos, va a ser el opositor mas votado del país frente a los 600 mil de (Gabriela) Michetti ¿Tan mal no debemos estar haciendo las cosas no?”.

Como en el caso de la candidata porteña, en rigor las fallas y aciertos de la campaña no deberían medirse por lo logrado sino por lo que se podría lograr. Justo cuando el kirchnerismo está en el punto más bajo de su recorrido político, cuando el peronismo bulle de deseos de desembarazarse de los Kirchner, no se percibe que se estén aprovechando al máximo esos filones.

Sin mencionar una cuestión crítica, que reconocen incluso los colaboradores más cercanos del empresario: la fiscalización del comicio.  Es que en esta delicada materia, la estructura peronista que acompaña a Solá y que quedó lastimada por el cierre de las listas (Mercuri, Brown, Villaverde, etc) era de las pocas con experiencia en la materia. “El kirchnerismo nos van a robar entre 4 y 5 puntos, eso hay que descontarlo”, se resigna la fuente consultada, que igual advierte: “Muchos de ellos sobrevenden su poder de fiscalización, por ejemplo (Jorge) Sarghini, no tiene un sólo fiscal”.

Es posible que sea verdad lo que afirman en las oficinas del empresario, lo que no deja de quitarle carga simbólica para el resto de los dirigentes y votantes peronistas, el descarto que observan surge desde ese sector hacia los hombres del PJ que integran la alianza.

“El 28 de junio hay que tomar aceite de ricino, taparse la nariz y votar por De Narváez”, graficó a La Política Online un experimentado dirigente peronista, que grafica con sencillez el problema de “desperonizar” la campaña: “Se perdió el entusiasmo, sólo queda el odio a Kirchner”. La pregunta es si alcanzará para transitar ese último tramo que separa la derrota de la victoria.