El Gobierno quiere estatizar más empresas con fondos de la Anses

Ya alquiló por tres años la papelera Massuh y le pagará un canon a sus dueños originales haciéndose cargo de las deudas, y negocia un "rescate" a las automotrices por $ 250 millones. También tiene en carpeta hacerlo con curtiembres. Los fondos jubilatorios siguen sin control.
La papelera Massuh fue la primera empresa estatizada con los fondos de la Anses, pero parece no ser la única en la agenda del Gobierno.

La gestión kirchnerista utiliza los fondos jubilatorios para tener mayor participación en el sector privado. No sólo asignando representantes del Estado en sus directorios –medida que sigue teniendo cuestionamientos legales- sino que ahora también comprando, alquilando, haciéndose cargo de sus deudas, ayudando a mantenerlas en funcionamiento y con las máquinas en marcha, sostener el empleo. Una fórmula que los argentinos ya conocen, sólo hay que remontarse a los orígenes de la actual deuda externa.

El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, asumió ayer la dirección de la papelera Massuh, empresa que el Gobierno decidió alquilar por tres años a cambio del pago de un canon a sus dueños originales. La compañía tenía una deuda de $ 249 millones que ya se la señala como un caso de vaciamiento (ver El rescate de Massuh: ¿Un vaciamiento amparado por el Estado?). Pero el kirchnerismo no se queda ahí. Avanza sobre otras compañías. Según el diario La Nación, la industria automotriz, la más beneficiada con los planes de estímulo al consumo anunciados en diciembre por la presidenta Cristina Kirchner, recibirá en breve una nueva ayuda del Gobierno. Tres terminales -General Motors (GM), Mercedes-Benz y Peugeot-Citroën- negocian con la Anses el financiamiento de parte de sus operaciones por un total de $250 millones y está en estudio “salvar” las empresas que trabajan con el cuero ligadas al mercado interno.

"El objetivo central es mantener el desempleo en un dígito, porque en este contexto, si esto quedara librado al mercado, habría despidos masivos en todas las empresas con problemas", afirmó la fuente oficial al matutino. Y con ese objetivo –o excusa- utiliza los fondos jubilatarios en manos de Amado Boudou y Sergio Chodos, y sin control, para ingresar en el control de las compañías o sencillamente estatizarlas.

La estrategia implica resucitar el espíritu del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), que fue liquidado a principios de los 90, pero sin institucionalizarlo, al menos por ahora, según explicaron según La Nación calificadas fuentes oficiales que participan de las negociaciones con Massuh.

La base para llevar adelante el plan son los recursos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) -el único actor relevante de crédito interno, en el contexto de crisis global e incertidumbre local- y del Banco Nación, que se encargará de armar los fideicomisos para llevar a cabo el plan, como ya comenzó a hacerlo en la obra pública.

A estas dos fuentes podría sumarse el blanqueo de capitales que lleva adelante, hasta ahora con poco éxito, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y, eventualmente, fondos del sistema bancario en un escenario de mayor radicalización con el sector privado.

El Gobierno cree que el riesgo es menor frente a la importancia de "salvar las fuentes de trabajo" -evitando, además, conflictos sociales en medio de la campaña electoral-, por lo que transformará la lógica de la Anses.

"De financiar a los futuros jubilados en el pasado, el organismo pasará ahora a garantizar que los trabajadores activos mantengan su empleo para poder sostener la sustentabilidad del sistema previsional", afirmaron los funcionarios.