Elecciones 2009

Scioli suma a Lavagna con la mira en 2011

El gobernador sumó a gente ajena al kirchnerismo –incluído opositora- y, pese a que lo niegue, se está posicionado para las presidenciales. Arma un equipo de colaboradores de peso y un ministerio de Economía de fuste para una virtual presidencia. El contacto con Alberto Fernández.
Ya es sabido que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, no llegó hasta donde está por dar discursos a grito pelado en un balcón sino por una construcción paulatina basada en el perfil bajo y en esquivar las confrontaciones mediáticas, ya sea con la ciudadanía o con otras figuras de la política.

Es esto lo que le permite tener una imagen positiva a pesar de comandar una provincia atestada de conflictos sociales y graves penurias económicas. Y además de eso, la coyuntura nacional lleva a que cada vez más la brújula política apunte hacia él a la hora de imaginar al paladín del postkirchnerismo.

Scioli aprendió de sus propios errores y supo que para hacer política en la Argentina es necesario tener peso. Y para tener ese peso –desde el mismo gobierno lo califican como “base de sustentabilidad”–, es imperioso sacarse de encima la imagen de porteño, algo que parece estar pagando el jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, cuya imagen positiva no parece tener correlato si se atraviesa la General Paz.

Para esto Scioli comenzó el año pasado una acompasada estrategia que consiste en irse ganando de a poco el apoyo de distintos sectores para lograr mayor gobernabilidad y para darle un futuro promisorio a su carrera política.

El control territorial

Para sacarse de encima el adjetivo de “porteño”, lograr esa base de sustentabilidad y, sobre todo, tener autonomía política del Gobierno nacional, –una cuestión inevitable si pretende aspirar a ser presidente de los argentinos–, Scioli entendió que debe tener peso territorial en toda la provincia de Buenos Aires.

Una fuente calificada de su gobierno explicó cuál es el plan del ex compañero de fórmula de Néstor Kirchner. El primer objetivo del gobernador, luego del conflicto con el sector agropecuario, que lo vio alineado con el Gobierno nacional y le significó una dura represalia de la opinión pública bonaerense, fue recuperar espacios en los distritos del interior de la provincia.

Para eso tejió dos estrategias. Por un lado, sumó al ex diputado y cacique de la séptima sección electoral, Isidoro Laso, como asesor del jefe de gabinete, Alberto Pérez. La verdadera función de Laso, por más nomenclatura institucional que le hayan dado, es la de hacer lobby en los municipios del interior que no cuentan con gestiones del oficialismo.

Es decir que Laso tiene desde el año pasado la misión de dialogar con los intendentes del interior de la provincia que tienen distinto signo político, es decir, debe contener a los jefes comunales de la oposición, envalentonados con la furia de los habitantes del interior bonaerense que le hicieron la cruz al gobierno nacional tras el conflicto agropecuario.

Por otro lado, Scioli sumó al ex intendente del Partido de la Costa y diputado provincial Juan de Jesús, como subsecretario de Asuntos Municipales. Si bien en los papeles su función es la de trabajar con los 134 distritos bonaerenses, según dijeron a este medio, su verdadera tarea política es la de contener a los municipios del interior que tienen intendencias oficialistas.

Por último, en lo relacionado a esta estrategia comenzada el año pasado, sumó al gobierno a Edgardo Binstock, perteneciente al Movimiento Evita de Emilio Pérsico para jugar sus fichas en los movimientos sociales y a Darío Duretti, ligado al Suterh de Víctor Santa María, para mantener un diálogo constante con el sector gremial.

Lavagna

La incorporación más reciente fue la del ex presidente Eduardo Camaño – muy cercano a Eduardo Duhalde–, como Ministro de Gobierno. Como dijeron desde el gobierno de Scioli a este medio, sumaron a Camaño para que organice a la tropa en el área metropolitana, es decir, el territorio que faltaba, el Conurbano bonaerense.

Según dijeron esas fuentes, “Camaño le puede hablar de igual a igual a cualquiera” en esa zona, por lo que su presencia en la gestión le servirá a Scioli para introducirse en el territorio más conflictivo del país, que cuenta con 8 millones de habitantes y con los “peces gordos” del PJ, los intendentes del Gran Buenos Aires.

Con el alistamiento de Camaño comenzó a circular el rumor de que el gobernador ahora sumaría también al ex ministro de Economía de Duhalde y Kirchner, Roberto Lavagna, para que ayude con su experiencia en gestión a buscar alguna solución ante la grave situación económica que atraviesa la provincia –este medio explicó en otra ocasión que el déficit puede alcanzar los 12 mil millones de pesos–.

Si bien desde el ministerio de Economía dijeron a La Política Online que no se ha visto a Lavagna recorrer los pasillos del edificio ubicado en calle 8 entre 45 y 45 en La Plata, desde la Casa de Gobierno explicaron a La Política Online por qué suena el nombre del ex candidato a presidente, que fue duramente criticado por el mismo Scioli en su momento.

El principal operador de Lavagna en la provincia es Alejandro “Topo” Rodríguez, su asesor personal y vocero durante su etapa en el ministerio de Economía y un hombre que lo acompaña desde su época en el Frepaso.

Rodríguez, que pertenece silenciosamente al gobierno de Scioli desde hace rato –ocupa un cargo bajo la órbita de Alberto Pérez-, va a ser nombrado como uno de los asesores principales de Camaño, lo que hace pensar que están incluyendo a Lavagna en la gestión sciolista.

Desde el sciolismo explicaron a La Política Online que esto no es estrictamente así, pero confesaron que Lavagna mantiene una muy buena relación con Scioli y que hablan a menudo.

Los dos Albertos

Por último, para no perder en su aventura boanerense el poder que cosechó en Capital Federal durante años, Scioli sumó a Carlos Lorges, operador del ex jefe de gabinete Alberto Fernández, como asesor de su mano derecha, Alberto Pérez.

Como dijeron a este medio desde el gobierno, Alberto Pérez es muy amigo de Alberto Fernández –que fue su jefe durante el gobierno de Néstor Kirchner– y habla con él constantemente.

Si bien desde el gobierno provincial consideran que es una “falta de respeto” hablar de un lanzamiento de Scioli como presidente en el 2011, estas movidas hablan claramente de un posicionamiento del gobernador que parece estar esquivando al kirchnerismo puro y a la obediencia sin condiciones.

Sumar figuras críticas del gobierno de los Kirchner para ir adquiriendo peso propio no hace pensar en otra “palabra” que no sea postkirchnerismo.

En las próximas semanas habrá más pruebas de esta tendencia, ya que se sumarán al gobierno de Scioli otras figuras de peso del PJ tradicional, cuyos nombres no fueron precisados a La Política Online, puesto que “la exposición mediática puede hacer caer esos acuerdos”. Además, como adelantaron a este medio, se sumará gente “importante” que pertenece al PRO.