Elecciones anticipadas

Kirchner frenético, ahora evalúa Scioli o Cafiero candidatos

El ex presidente entró en una vorágine de alquimias políticas para revertir una elección que se complica cada vez más. Como las encuestas le dan mal, puso en el freezer su candidatura y ahora evalúa un arco de opciones que incluyen la postulación a diputado de Daniel Scioli y hasta la de Antonio Cafiero.Los dos hemisferios k y el peligros efecto Catamarca.
El laboratorio político de Olivos está a punto ebullición así que todo lo que se escriba, puede quedar absolutamente desactualizado en las próximas horas, y volver a adquirir vigencia un poco después. Es esa vorágine que conmueve al poder la que alimenta la sucesión de noticias contradictorias sobre los planes de Néstor Kirchner.

Es que el plan original que era su postulación a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires entró en zona de riesgo al conocerse las últimas encuestas que revelan que la postulación del ex presidente polariza el electorado bonaerense que se está inclinando a elegir entre Kirchner y la dupla De Narváez-Solá. Víctimas de esta realidad que están reflejando los sondeos son Lilita Carrió y Margarita Stolbizer. De hecho, no sólo en Olivos hay clima de crisis.

Carrió que hasta el adelantamiento electoral se veía como la gran contrincante del gobierno, según comentan quienes las frecuentan, ha regresado a sus visiones más extremas. Cuando sus partidarios le trasladan la ansiedad que sienten ante un escenario en el que van quedando relegados, le quita importancia a las elecciones y algo melancólica, menciona escenarios futuros traumáticos de crisis institucional y violencia.

En Olivos, peronistas al fin, no se detienen en ese tipo de especulaciones y acorde al temperamento de Kirchner lo que se despliega es una hiperkinesia de estrategias que se devoran unas a otras. Desconcierto de la conducción que no hace sino alimentar el clima de alarma y fin de ciclo que tiene asustados a los kirchneristas.

El plan A que entró en crisis y los dos hemisferios K

“Kirchner está perdiendo en la provincia, ese es el problema”, le confesó a La Política Online un importante funcionario. Así de simple. Frente a este escenario de derrota, se disparó la adrenalina del ex presidente y dos líneas de acción contradictorias.

Por una lado, está la “línea Catamarca”. Esto es, no importa, yo la remo, avancemos, pongamos toda la carne en el asador, voy de candidato, los intendentes también que encabecen las listas de sus distritos, tenemos la plata de la soja, y la remamos y vamos y vamos y ganamos! Es decir, no importan las encuestas sino la voluntad política de transformar la realidad. Claro, después cuando hay que contar los votos vienen las lágrimas y el recuerdo demasiado cercano de Catamarca se encarga de diluir los voluntarismos.

Surge así la fase reflexiva o pragmática. Esto es, Kirchner se serena, repasa los números y saca la conclusión obvia: No pude ser candidato para perder. Sería letal no sólo para su futuro político sino para el gobierno de su mujer, que lo tiene como principal –y casi único- motor.

El plan B

Ya en un plano más profesional, se miran entonces las encuestas con serenidad. Daniel Scioli es hoy el dirigente con mejor imagen de la provincia y el oficialista por lejos con mayor intención de voto. La consecuencia lógica es que sea el candidato.

“Daniel (Scioli) on quiere ni loco ser candidato, pero le están diciendo que en esta elección se juega el destino del gobierno nacional, y más importante, del proyecto político. Que si es necesario va a tener que jugar. Que no puede pretender todo el apoyo del gobierno y cuando este lo necesita correr el cuerpo”, afirmó a La Política Online un hombre que está al tanto de las negociaciones.

Para endulzarlo le dicen que si es candidato a diputado, una vez pasada la elección podría renunciar a la banca. Que no es necesario que deje la gobernación, que sería simplemente la acción lógica del líder de un distrito poniéndole el cuerpo a un momento crítico en el que es necesario revalidar el poder político. Alejan así el fantasma de Carlos Ruckauf que pos abandonar la gobernación incineró su futuro político.

Pero voraces al fin, otros kirchneristas de paladar negro se empiezan a regodear imaginando a un Scioli candidato, muy apretado por la opinión pública, que se ve forzado a dejar la gobernación. “Nos quedamos con el gobierno”, se entusiasman acaso con alguna insensatez. No hay que mirar más que los números del déficit bonaerense –que ya tiene un piso de 7.800 millones- para entender que no hay mucho con que quedarse. Pero así son los muchachos.

No es esto lo que preocupa a Scioli, que no quiere ser candidato. El problema es que toda esa popularidad que tiene, podría evaporarse apenas asuma el traje de candidato kirchnerista. Los matices y el perfil dialoguista que tan trabajosamente construyó, podrían evaporarse en una campaña en la que Néstor Kirchner va a querer decir lo suyo, por más que no sea candidato ¿Y quien le va a impedir que suba al palco?

El plan C


Antonio Cafiero, veterano de mil batallas, podría tener que volver a prestarle un último servicio a la causa. El ex gobernador está pasando una etapa de ultrakirchnerismo. No sólo porque nombraron a su hijo embajador en el Vaticano y le dieron a él y al resto de su familia otros mimos desde el poder. Cafiero comparte en gran medida la visión de Kirtchner en su pelea con el campo.

Además, le cayó pésimo el acuerdo de Felipe Solá con De Narváez y Macri. Lo vivió casi como un a traición de quien sin dudas fue su alumno más destacado –al menos para sus ojos-. Días atrás, Cafiero le envió a Solá una carta durísima en la que le recriminó esa alianza. La misiva fue redactada de común acuerdo con Carlos Kunkel.

Es precisamente Kunkel, quien por estas horas tiró en la mesa de Olivos el nombre de Cafiero. Nadie sabe cuanto mide todavía y si está en condiciones de soportar una campaña que será dura. Pero la sola mención de esta posibilidad da cuenta del grado de desesperación que reina en lo más alto del poder.

La misma desesperación que llevó a que resurjan la posibilidad de Kirchner candidato a senador –previa renuncia forzada de Eric Calcagno-. Alquimias signadas por la urgencia de comprobar que ya no todo lo que se toca es oro.